Tuvo una elipsis interesante el intendente de Capital, Emilio Baistrocchi, en este 2023 memorable. Claramente termina el año muy diferente de como lo empezó. Apostó a ganar montado en una gestión prolija. La derrota le enseñó que las elecciones no solo se conquistan con metros de asfalto, cordón cuneta e iluminación. A todo eso hay que agregarle mucha política.

No podría decirse que Baistrocchi renegó de la política en sus cuatro años de gobierno municipal. Sin embargo, cultivó un estilo distante, por momentos áspero con algunos compañeros que esperaban un trato distinto, clásico. La rigidez del intendente quedó plasmada en números.

Asumió el 10 de diciembre de 2019 con una planta de 4.000 trabajadores y le entregará a Susana Laciar una grilla con 3.300 empleados. La tradición política siempre infló esos valores, para contener a quienes colaboraron fielmente. Con Baistrocchi se van prácticamente todos.

La nueva administración llegará con la tijera afilada para seguir achicando el gasto, pero eso ya se analizó en esta columna el miércoles pasado. El punto es que Baistrocchi rompió varios moldes de la política tradicional. Hoy lo está reconsiderando. Es evidente.

No porque esté arrepentido, para nada. Sino porque aquella primera percepción de que una gestión eficiente alcanzaba para ganar elecciones fue corregida. Lo dijo claramente este lunes en Banda Ancha, a seis días de su despedida.

'A la política cuesta leerla cada vez más', dijo el intendente. Es cierto. 'Tanto el municipio como la provincia han tenido una muy buena gestión, pero evidentemente puede haber existido errores desde lo político', reflexionó Baistrocchi. Su opinión es interesada, por supuesto. Podría discutirse un rato largo acerca de la calificación que merecen los funcionarios que se retiran.

Pero el punto central de esa declaración radica en el reconocimiento de que faltó política. O no supieron entender la política. ¿Acaso alguien sí? Bueno, si algo dejó este 2023 disruptivo fue que muchos manuales se quemaron en el camino.

Baistrocchi coincidió con varios compañeros de su generación, en que 'el internismo' les costó demasiado caro. Que es una absoluta mentira aquello de 'el que gana conduce y el que pierde acompaña'. A las pruebas habrá que remitirse: el que gana tiene que convocar o aguantarse la rivalidad eterna del que perdió.

El intendente capitalino dejó otra sentencia que seguramente hará ruido hacia adentro del PJ: 'Esta elección nos ha dejado más que claro que las estructuras ya no son las que priman. En algunos casos han sido contraproducentes'. Sin anestesia, fue un señalamiento directo a las juntas y unidades básicas que históricamente sostuvieron al peronismo. Seguramente habrá voces en disonancia.

Pero Baistrocchi tuvo un punto de apoyo esta vez. No solo ganó Javier Milei, con una estructura prácticamente inexistente y montada sobre la marcha. También ganó Laciar en Capital, sin que nadie la viera venir. No era la candidata más fuerte dentro de Juntos por el Cambio, sino Rodolfo Colombo. Dio el batacazo el 14 de mayo y gobernará durante los próximos cuatro años.

Le tocará a ella transitar al menos un primer tiempo muy difícil, a juzgar por la dureza libertaria que promete cortar los fondos para obra pública abruptamente, en un contexto de estanflación. El panorama es público y notorio. El nuevo oficialismo está sacando cuentas para acomodarse de la mejor manera y la nueva oposición también.

Es precisamente el rol que le tocará a Baistrocchi a partir del 10 de diciembre. Tendrá tres concejales propios y seguirá vinculado a ellos. Se expresará a través de ellos. No dejará de hacer política. No buscó refugio en un cargo judicial como sí hicieron otros colegas abogados.

Baistrocchi se niega al retiro de la política. Todavía no cumplió los 50 años de edad y, quién sabe, en un marco de tanta incertidumbre todo puede suceder. Algo de eso deslizó en la entrevista este lunes. 'Las acciones de los próximos gobiernos van a poner en valor o en el olvido a las gestiones que las antecedieron', dijo.

Se puede abreviar. Si a Laciar no le fuera demasiado bien, la comparación con Baistrocchi será automática. El mismo criterio se aplicará en cada estamento, desde lo municipal hasta lo provincial y lo nacional. 

Esa mirada de largo plazo estará atada a la política. Cuándo no. El PJ tiene todavía pendiente una reingeniería de raíz. Para Baistrocchi, tal vez faltó aggiornarse a lo largo de los 20 años de gobierno. Ponerse de acuerdo en el cómo será el mayor desafío.

El intendente capitalino coincidió con otros referentes importantes como Carlos Munisaga, Cristian Andino y Leonardo Gioja, en que el único camino posible es la unidad. El problema es quién convocará. ¿Le tocará a Sergio Uñac, en su calidad de presidente todavía en ejercicio?

Sigue siendo un tema tabú. Y no tienen demasiado tiempo por delante, si los mandatos vencerán en marzo de 2024. Dijo Simón Bolívar que 'el arte de vencer se aprende en las derrotas'. ¿Será?


JAQUE MATE