Baistrocchi entró en la era del postuñaquismo y el postgiojismo
El intendente saliente está resuelto a construir su propio espacio interno, como ya hicieron otros referentes de la nueva generación. Conducción en disputa, más allá del 22 de octubre.
Ya no es lo que era la relación simbiótica entre Emilio Baistrocchi y Sergio Uñac. El vínculo se enfrió a punto tal que el intendente capitalino está reorientando su construcción para la era del postuñaquismo, que supone también el postgiojismo. Se incorpora así a toda una generación de dirigentes que, con mayor o menor caudal de votos propios, espera con ansias el día después del 22 de octubre para pasar a lo que sigue: la reconfiguración del Partido Justicialista.
Será en marzo de 2024, de acuerdo al calendario interno. Son cada vez más los dirigentes sub 50 que están satelitando por afuera de la disputa entre Sergio Uñac y José Luis Gioja. Baistrocchi se acaba de anotar en este club, desairado por haber sido excluido del círculo más cercano al gobernador y disconforme con el rumbo que tomó la conducción tras la derrota del 2 de julio.
Así lo hizo saber una alta fuente del espacio baistrocchista. La gota que colmó el vaso fue la citación a la foto de unidad de este jueves en el Hotel Viñas del Sol. Para el intendente capitalino resultó inadmisible que Uñac les reconozca un lugar de privilegio a los que lo desafiaron: Franco Aranda y Fabián Gramajo.
El gobernador que ahora busca una banca en el Senado está forzado a construir unidad, en busca de retener los votos obtenidos por el giojismo en la primaria. En razón de esa urgencia es que conformó la mesa de unidad con quienes estuvo enfrentado todo el año electoral.
Aranda logró edificar el Frente Renovador en San Juan. Gramajo ya lanzó su propia corriente, 'San Juan te quiero'. Pero también habrá otros emergentes con territorio que saldrán a patentar su espacio. Por ejemplo el intendente electo de Rawson, Carlos Munisaga. O el intendente electo de Pocito, Fabián Aballay, tal vez el último reducto del uñaquismo puro. Quedará por ahí flotando la incógnita acerca del sanmartiniano Cristian Andino.
Del lado del giojismo también hay dirigentes que vienen empujando por la renovación generacional y tienen buen diálogo con sus pares del uñaquismo. En Capital el ejemplo más notable es la relación cordial que existe entre Baistrocchi y Leonardo Gioja. Claro que, para que germine un acuerdo como este, primero debería darse por superada la histórica división entre el gobernador y el diputado nacional.
Baistrocchi está lanzando el baistrocchismo. Cuenta entre sus activos dos elementos principales: su gestión que será la vara para medir el rendimiento de Susana Laciar desde el 10 de diciembre y los votos que obtuvo el 14 de mayo, que lo ubicaron, lejos, como el justicialista mejor posicionado. Aún en la derrota, el intendente no tuvo quien le hiciera sombra dentro del PJ y aliados.
Su plan a partir de ahora es 'alambrar' ese capital, inspirado, paradójicamente, en el arandismo y el gramajismo. Con estilos diferentes, muy alejado de ambos, Baistrocchi entendió que la única manera de sobrevivir en el llano será seguir al mando de la tropa capitalina. Está dispuesto a hacerlo desde el consenso con todos los que estén listos para barajar y dar de nuevo.
Este miércoles en Banda Ancha el secretario de Gobierno de Capital y futuro concejal, Horacio Lucero, reconoció que Baistrocchi será el conductor del bloque justicialista durante la gestión de Laciar. Los ediles del baistrocchismo conservarán su identidad política. Con una estrategia similar se mantuvo a flote Rodolfo Colombo los últimos 20 años, a pesar de no haber ganado nunca.
Queda manifiesto que Baistrocchi no tiene planes de retiro. Tampoco tiene intenciones de abandonar el justicialismo, sino de dar la batalla por dentro. Su primer objetivo será conservar la conducción de las cuatro juntas departamentales de Capital: Centro, Desamparados, Concepción y Trinidad. Quiere renovación en esos cuatro distritos, sin despreciar el acompañamiento de los históricos.
Apoyado en esa estructura, buscará tender puentes con sus pares generacionales para la nueva conformación del justicialismo a nivel provincial. Sin embargo, es consciente de que todo esto está muy atado al resultado del próximo 22 de octubre.
Si Uñac consigue una banca en el Senado, aunque sea por la minoría, tendrá todavía una cuota de poder para reclamar su propio lugar en la futura conducción partidaria. Si quedara fuera del Congreso sería catastrófico para el peronismo, pero al mismo tiempo les permitiría trazar una línea y arrancar desde cero.
Baistrocchi sigue considerando que Uñac tuvo una buena administración, pero empezó a distanciarse desde lo político. Aquella línea sucesoria que ponía al intendente de Capital como el heredero natural del gobernador, se rompió. En el medio sucedió la seguidilla de derrotas, pero también hubo otras desavenencias reservadas para pocos.
El desgaste de la relación se hizo evidente en las últimas horas con un gesto notable. A Baistrocchi le llegó la invitación para la foto de unidad en el Hotel Viñas del Sol a través de un flyer. El mismo que la organización le envió a la prensa. No lo llamó nadie para confirmar su asistencia. Mucho menos para involucrarlo en la campaña. Esa exclusión retumbó en el palacio municipal frente a la Plaza Aberastain.
El postuñaquismo empieza a emerger. Como el postgiojismo. Se multiplican las cabezas. Esto recién empieza.
JAQUE MATE