Borrón y cuenta nueva a la fuerza
La nueva Ley de Lemas o Sistema de Participación Amplia y Democrática (SIPAD) desafía los planes, particularmente en dos departamentos estratégicos para la Juntos por el Cambio: Santa Lucía y Rivadavia.
La nueva Ley de Lemas o Sistema de Participación Amplia y Democrática (SIPAD) desafía los planes que tenían en mente algunos dirigentes de la oposición, particularmente en dos departamentos estratégicos para la Juntos por el Cambio: Santa Lucía y Rivadavia. En ambos casos tendrán que abrir el juego para presentar varios candidatos alternativos porque de lo contrario estarían dando ventaja al peronismo y aliados.
Sin embargo hay particularidades que distinguen a Santa Lucía de Rivadavia y viceversa. El martes pasado en Paren las Rotativas el consultor Antonio De Tommaso puso al intendente Juan José Orrego entre los que mejor miden. Dijo que su imagen se mantiene sobre el 60 por ciento. Con ese valor, debería suceder un imprevisto realmente importante para arrebatarle la reelección el año que viene.
Cuando un dirigente reune por sí mismo holgadamente más de la mitad de los votos, el resto no tiene mayores chances. No hay Ley de Lemas que valga. Sería esperable entonces que el Frente de Todos ofrezca un abanico bien variado de candidatos para sumar todo lo que pueda, sabiendo de antemano que el hermano menor de Marcelo Orrego parece imbatible. Achicar sustancialmente su ventaja, aunque no alcance para derrotarlo, puede ser un atractivo premio consuelo en busca de sumar puntos para la gobernación.
Rivadavia es diferente. Si bien Fabián Martín tiene 42 por ciento de imagen positiva y 30 por ciento de imagen negativa, de acuerdo a los números de De Tommaso, ya demostró que tiene oficio para retener el municipio. Incluso se convirtió en lugarteniente de Orrego, en condiciones de pelear la gobernación si fuera necesario.
Pero Martín, como es sabido, no podrá ir por otro mandato en Rivadavia. Entonces, a diferencia de Santa Lucía, en Rivadavia el peronismo y aliados pueden alimentar otras expectativas.
Con el sistema electoral anterior, de primarias y generales, las PASO funcionaban como instancia eliminatoria. Quedaba en carrera una sola lista por alianza y después se medían a simple pluralidad de sufragios. Ganaba el que tuviera un voto más. Pero ahora, con el sistema SIPAD la ecuación cambia drásticamente.
La interna potente que ofreció el PJ en 2019 con tres listas encabezadas por Marcelo Delgado, Ruperto Godoy y Raúl Alonso se hubieran sumado entre sí para competir contra Martín, si hubiera estado vigente la Ley de Lemas. Es lo que sucederá el año que viene. Y el Frente de Todos ya está ensayando una oferta cuanto menos interesante.
Está envalentonado el secretario de Estado de Ambiente, Francisco Guevara, como también lo están otros excandidatos con intenciones de competir nuevamente, como Delgado y Alonso. Pero el giojismo tiene las fichas puestas en Facundo Perrone, que hace tiempo viene trabajando en el territorio. Desde el Concejo Deliberante asoma Leonardo Lorenzo. Hay otros y otras también en la discusión. Falta ver si el Frente Renovador de Franco Aranda promueve alguna figura de su estructura. Y por supuesto el bloquismo. El mismísimo presidente partidario, Luis Rueda, fue incluido en las encuestas por las dudas.
Eso es más o menos lo que debería enfrentar Martín bajo el actual régimen de SIPAD. Todos juntos, al mismo tiempo, sumándose mutuamente. Para el intendente, ofrecer una sola lista el año que viene es inviable. Impensable.
Tiene un heredero bastante nítido Martín en Rivadavia, aunque todos han cuidado no hacerlo demasiado evidente. Es el diputado departamental Sergio Miodowsky. Transita su segundo mandato como legislador y es actualmente el presidente del bloque Producción y Trabajo, además de conducir el interbloque Juntos por el Cambio. Es el heredero natural para Rivadavia. Pero, Ley de Lemas.
Aunque De Tommaso dijo en Canal 13 que Miodowsky 'reluce un poco más', esa definición no lo alejaría demasiado del resto. No es la situación de Juan José Orrego en Santa Lucía. No hay ventajas abrumadoras. Habrá que construir estrategias para sumar y hacer la diferencia.
Así las cosas, Miodowsky tendrá que aceptar la idea de competir con otros colegas de Juntos por el Cambio, porque será la única manera de parangonarse de igual a igual con el Frente de Todos. Hay ciertamente otras figuras del martinismo para ofrecer un abanico amplio de candidatos. Pero no son tantos si se toma en cuenta que cada uno de ellos debe llevar su propia lista de concejales.
Podría aparecer en la grilla Nancy Picón, pero la dirigente comparte estructuras con Martín y Miodowsky. Lo mismo sucede con el presidente del Concejo Deliberante, Juan De la Cruz Córdoba, otra figura relevante del martinismo. O Ariel Villavicencio, el secretario de Obras Públicas de Rivadavia, que también entraría en los planes.
Más que nunca, Martín necesitará el surgimiento de candidatos de otros partidos aliados a Producción y Trabajo, para que se sumen con sublemas en Rivadavia. Mientras más competitivos sean, mejor. Los candidatos testimoniales no sirven.
Y sí, por supuesto que Juntos por el Cambio todavía cuenta con derribar el sistema electoral en la Justicia, por considerarlo inconstitucional. Como todavía abriga la esperanza de que se restituyan las PASO, si no fuera en la Corte de Justicia de San Juan, en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero ese derrotero tiene final incierto. Mientras tanto, se avecina el 2023 y el ecosistema político empezará a funcionar bajo la lógica de los lemas y sublemas, como en los años '90.
A la fuerza, habrá que hacer borrón y cuenta nueva. Todos los planes originales, borradores guardados celosamente, concebidos para el viejo esquema de primarias y generales, ya no sirven. Lo único que se mantiene inalterable es el objetivo: ganar como sea.
JAQUE MATE