Contigate: algo más que pura interna bloquista
De repente un día volvió a calentarse el debate en la Legislatura. Quedó al descubierto el juego de cada bloque.
De repente un día volvió a calentarse el debate en la Legislatura. Después de meses -¿años?- de aletargamiento, hubo discursos encendidos y acusaciones cruzadas. El detonante fue la denuncia presentada por el candidato dinosaurio Marcelo Arancibia contra el vocal del Tribunal de Cuentas Enrique Conti, porque el bloquista siguió militando en política a pesar de su inhibición de rango constitucional. Hubo varias revelaciones este jueves en el recinto. La primera de ellas es que hubo algo más que pura interna bloquista en el medio.
Los diputados y las diputadas del interbloque Con Vos, versión local de Juntos por el Cambio, resolvió finalmente no soltarle la mano a Conti. Hubiera sido una alternativa viable y con cero costo político. Haberse desentendido lisa y llanamente de la conducta de su vocal de cuentas, entregarlo e ir buscando reemplazante. Tal vez algún orreguista puro. Pero no, la opción fue resistir.
Claro que por una cuestión de números, el pataleo orreguista encarnado por las diputadas Nancy Picón y Marcela Quiroga, se convirtió en un acto testimonial. La resolución siempre estuvo en manos de la mayoría justicialista.
Ahora Conti tendrá que enfrentar al Jurado de Enjuiciamiento y, posiblemente, la remoción del cargo. Primero se verá la admisibilidad de la presentación de Arancibia, pero con un dato no menor: la nota ya no será un mero escrito de un particular sino que llegará como comunicación de la Cámara de Diputados.
Si pasa ese primer filtro, el de la admisibilidad el histórico bloquista tendrá que enfrentar un proceso como el que destituyó al juez iglesiano Eduardo Alonso recientemente. Tendrá dos alternativas: quedarse a defenderse o ahorrarse el mal rato y renunciar. Tal vez, aprovechar políticamente el momento para denunciar persecución política. No es descabellado. En el oficialismo peronista empezaban a ver que le habían servido en bandeja una acción de esa naturaleza.
Fue simbólico que este jueves hicieran punta los bloquistas. El chimbero Andrés Chanampa fue el promotor de la moción. Y luego el zondino Edgardo Sancassani cruzó a Picón y Quiroga en el transcurso del debate. Los justicialistas, que en verdad siempre tuvieron la llave del asunto por el peso de su mayoría, casi se sentaron de espectadores. Y a votar.
Como dijo Picón, pudieron haber tomado conocimiento de la nota presentada por el particular y mandarla al archivo con la recomendación para Arancibia de que se dirija al órgano competente. Pero no, optaron por darle tratamiento. Pudieron haber derivado el escrito a una comisión y dejarlo reposar ahí un par de semanas. Incluso hasta después de las elecciones. Pero no, se optó por tratarlo sobre tablas, con llamativa urgencia.
Arancibia, que presenció el debate, salió satisfecho. Esta semana el candidato dinosaurio fue noticia y se anotó un triunfo político. ¿Importa en términos electorales su logro? Difícilmente, por tratarse de un tema bastante alejado de los intereses de la mayoría que está midiendo el bolsillo. Es importantísima por supuesto la figura del Tribunal de Cuentas, pero cuesta pensar que un votante definirá su apoyo el 14 de noviembre por ese carril.
¿Perjudicó a Juntos por el Cambio? Algo. Al menos en el denominado círculo rojo, la de este jueves fue una derrota. Luego no necesariamente debería traducirse en una pérdida de votos en las urnas. Además, como se dijo antes, habrá que ver qué estrategia despliega Conti a partir de ahora. No es un recién llegado a esta arena.
¿Cuánto tuvo de interna bloquista este episodio? Chanampa deslizó el martes en Banda Ancha que Conti ya no es afiliado porque le suspendieron la ficha debido a que se abrió del partido orgánico. Pero nadie le puede negar su historia. Algunos dentro de la fuerza centenaria siguen con detenimiento e incomodidad estas decisiones atribuidas directamente a Luis Rueda, el presidente.
Rueda hace tiempo resolvió poner las cosas en orden. Hizo una convocatoria amplia para que volvieran todos los que se habían alejado durante la gestión de Graciela Caselles. Los decidieron quedarse afuera fueron minoría. Con Conti no tiene problemas en particular, más allá de que es una figura de peso específico que se mantiene en la oposición. Sí tuvo diferencias irreconciliables y hasta personales con Juan Domingo Bravo, por declaraciones agraviantes que hizo el hijo de Don Leopoldo durante la interna bloquista el año pasado.
Rueda está jugándose la conducción porque el año que viene habrá elecciones internas nuevamente y esta vez los mandatos se extenderán por 4 años. El que gane la conducción tomará las decisiones para las elecciones de 2023 y de 2025. No es poca cosa.
Pero el episodio ocurrido este jueves en la sesión legislativa fue mucho más que una disputa entre bloquistas. El PJ actuó con disciplina castrense y definió que Conti rinda cuentas ante el Jurado de Enjuiciamiento. Vale la reiteración: el peronismo siempre tuvo la llave para frenar o dilatar la embestida de Arancibia.
La embestida contra Conti fue legal, porque le imputan el incumplimiento de las inhibiciones políticas de todo juez. Pero al mismo tiempo fue una embestida política. 'No hay corrupción buena y corrupción mala', dijo Arancibia el martes en Banda Ancha, enchastrando a diestra y siniestra a sus rivales del 14 de noviembre. Su desafío no solo es competir contra el oficialismo sino también contra la oposición mayoritaria y hasta ayer, moderada. Su apuesta siempre fue jugar hasta el último recurso para partir el escenario en tres, o quedarse afuera.
En el medio se encontró con la interna bloquista, que jugó a su favor. Y con la decisión peronista de hundir el cuchillo.
JAQUE MATE