Cuándo Colombo se empezó a parecer a Cristina
La comparación puede resultar y seguramente resultará ofensiva tanto para unos como para otros. Pero a esta altura de los acontecimientos, se puede trazar una analogía bastante nítida entre ambos.
La comparación puede resultar y seguramente resultará ofensiva tanto para unos como para otros. Pero a esta altura de los acontecimientos, se puede trazar una analogía bastante nítida entre el sanjuanino Rodolfo Colombo y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El vector que los une es estrictamente electoral. Ambos aparecen necesarios para construir una eventual victoria, en sus respectivos espacios.
Dicho de otro modo: sin Colombo y su estructura militante no le alcanzaría a Juntos por el Cambio para buscar el triunfo en la Municipalidad de la Ciudad de San Juan. ¿Esto significa que debería ser él el candidato después de salir segundo en tantas oportunidades anteriores? No necesariamente. Parece entrampado el histórico dirigente de génesis radical, entre su piso elevado y un techo que todavía no logró perforar.
Entonces el parangón con Cristina se torna más nítido. Si ellos no alcanza, con ellos solos tampoco. En ACTUAR no lo desafían a Colombo. A diferencia de otros contextos preelectorales, cuando algún dirigente del espacio se entusiasmó con la posibilidad de que el conductor le pasara la antorcha y lo nominara candidato a intendente, esta vez se están haciendo a un lado. Dicen que lo están pidiendo desde Buenos Aires algunos dirigentes de peso como el porteño Martín Lousteau.
Colombo, a fuerza de trayectoria y votos demostrados en elecciones anteriores, es perfectamente identificado por la plana mayor de Juntos por el Cambio a nivel nacional. Y eso siempre es un factor que cotiza bien a la hora de las definiciones. Y al momento de pedir ayuda financiera para sostener una campaña. Este último no es un punto menor, en absoluto.
Pero nadie gana una elección por pura rosca tampoco. Hacen falta votos. Colombo los tiene. ¿Serán los suficientes en 2023? ¿Habrá llegado finalmente el contexto apropiado para que pueda concretar su sueño inalcanzable de sentarse en el sillón de Caseros e Ignacio de la Roza? Por ahora nadie podría responder estas preguntas a ciencia cierta. Porque la política nunca jamás será una ciencia exacta.
Con Emilio Baistrocchi, que está habilitado para buscar la reelección el año que viene y efectivamente lo intentará, Colombo perdió en 2019. Podría ir por la revancha en 2023. Nada se lo impedirá en tanto no aparezca en el horizonte algún rival interno que le haga sombra. Los antecedentes lo avalan. Saliendo segundo, siempre fue quien le garantizó los mejores resultados en Capital a Roberto Basualdo primero y a Marcelo Orrego después.
En 2021 empezó a correr la carrera para convertirse en diputado nacional pero terminó bajándose cuando Orrego impuso a Susana Laciar como su candidata, con el sello de Producción y Trabajo. Colombo se hizo a un lado, priorizando la sociedad política porque entendió que el acuerdo es de largo aliento. Y su hora llegará indefectiblemente si son capaces de permanecer unidos. Apostó por esa concordia cuando acompañó muy activamente a Laciar en la campaña. Se mostró en todo momento. Así también pudo atribuirse en buena medida los resultados alcanzados en el distrito, donde mejor les fue.
El pasado miércoles en Banda Ancha uno de los referentes de Producción y Trabajo en Capital, Guido Romero, dijo que deben estar juntos si quieren ganar. Defendió las PASO que el uñaquismo busca suprimir definitivamente, pero al mismo tiempo consideró que las listas de unidad serían la mejor alternativa para mejorar la competitividad de Juntos por el cambio tanto en lo provincial como en lo municipal.
En 2019 Romero declinó sus aspiraciones a intendente para respetarle la preferencia a Colombo. El orreguista fue compañero de fórmula, como candidato a diputado departamental. También quedó segundo, debajo de la justicialista Celina Ramella. Pero por el acuerdo entre Producción y Trabajo y ACTUAR, la lista de concejales fue intercalada. El trato funcionó y hoy goza de buena salud.
Romero admitió que si Producción y Trabajo no tiene una figura lo suficientemente relevante para aspirar a la candidatura a intendente, es responsabilidad de la propia dirigencia. Si no lograron hasta ahora que ninguno o ninguna sea lo suficientemente competitivo, no pueden pretender que Orrego los corone por encima de Colombo. Fue un sinceramiento durísimo. Revelador al mismo tiempo.
Es cierto que Producción y Trabajo viene presionando hace tiempo para jugar con candidatos propios, porque en Capital siempre acudieron a un socio que les traccionara más votos. Así surgió la sociedad estratégica con Colombo. Siguen soñando con emular a Santa Lucía y Rivadavia, donde el partido fundado por Basualdo logró construir verdaderos bastiones. ¿Podrán hacerlo en la Ciudad de San Juan en algún momento?
El de Capital es un caso excepcional también. Digno de estudio. Porque en las elecciones de corte nacional, la oposición suele arrasar. Pero en los comicios municipales el justicialismo siempre encontró candidatos que lograron retener el gobierno. Desde 2007 con Marcelo Lima hasta la actualidad con Baistrocchi han pasado 15 años de gestiones peronistas ininterrumpidas.
Dentro de Producción y Trabajo algunos siguen empujando a Romero para que dispute la candidatura a intendente. Otros incluso empezaron a mencionar a Susana Laciar, atendiendo a los buenos números que alcanzó el año pasado como diputada nacional. Pero con las cámaras encendidas -y apagadas también- Romero prefiere guardar las formas y preservar esa relación necesaria con Colombo.
Porque Colombo, a esta altura de las circunstancias, es como Cristina. Sin ella no alcanza. Con ella sola no basta. Pragmatismo puro en la construcción electoral.
JAQUE MATE