Detrás del protocolo y la solemnidad del cambio de guardia de honor de la Bandera Ciudadana que encabezó el ministro de Defensa, Luis Petri, hubo un chispazo que nadie vio. Pero sucedió. Quedó al descubierto una nueva grieta en el gobierno libertario, con un funcionario que llegó al gabinete por fuera de la ola violeta. 

Ese origen diferente empezó a hacer ruido, a juzgar por el detalle del sábado pasado en San Juan.

Tanto el senador Bruno Olivera como el diputado nacional José Peluc, los dos legisladores propios de La Libertad Avanza, amanecieron el sábado sin haber sido invitados a la ceremonia organizada por el Ministerio de Defensa. Se habían enterado del acto solo a través de la prensa. Estaban preparados para verlo todo por televisión.

La convocatoria llegó sobre la hora y con el correspondiente pedido de disculpas. El asunto no pasó a mayores. Estuvieron para la foto, como corresponde. Aquí no pasó nada. Pero sí pasó.

Pocas horas antes, Peluc estuvo en Mendoza. El viernes asistió a la disertación de Javier Milei en la 45° Convención del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). El sanjuanino viajó hasta allá con la intriga por el 'descuido' de Petri. 
Quedó claro que fue una situación muy encapsulada en Defensa. Y tal vez en el Ministerio de Seguridad, el de Patricia Bullrich. Para el ala libertaria más afín a Karina Milei, aquí en San Juan, lo sucedido el sábado pasado fue motivo suficiente para empezar a desconfiar de los halcones. 

O al menos, para observarlos con detenimiento.

La frialdad de Petri con los libertarios sanjuaninos fue inversamente proporcional a su cercanía con el gobernador Marcelo Orrego. Quedó plasmado en la foto institucional tomada en las escalinatas de acceso al Teatro del Bicentenario, donde los legisladores Olivera y Peluc terminaron en segunda fila, algo distantes del ministro de cuna radical.

Ese origen específico despertó algunas sospechas en el espectro violeta. Que Petri todavía no se haya sacudido el color amarillo de Juntos por el Cambio podría ser motivo de discordia

Hace alrededor de un año Petri acompañó a Bullrich en la fórmula presidencial. Entre los dos derrotaron a Horacio Rodríguez Larreta en la primaria. Pero los votos no fueron suficientes para llegar al ballotage. Perdido por perdido, ambos decidieron militar por Milei. 

Fue una reacción inmediata y tuvieron su recompensa al ser incorporados al gabinete en ministerios muy sensibles y apetecidos por Victoria Villarruel. La participación de la vicepresidenta en el Ejecutivo se esfumó en un instante.

El espacio libertario caminó estos nueve meses envuelto en polémicas, deserciones y expulsiones dentro del gabinete y de los bloques del Congreso. Por eso, que Olivera y Peluc hayan afianzado su pertenencia no es poco. Su relación con Karina funciona como garantía hacia afuera. Así han resistido los embates gestados tanto en San Juan como en Buenos Aires.

Lo que no figuraba en el mapa, al menos en público, era la fisura con el ala de los halcones. Con Bullrich el vínculo era más que aceptable. Se tradujo en la coordinación local entre Peluc y María Eugenia Raverta, hoy a cargo del Comité Regional contra la Trata de Personas.

En consecuencia, cabe preguntarse si el traspié de Petri -voluntario o involuntario- puede dañar esta otra relación sanjuanina. Raverta, bullrichista de la primera hora, se sumó a la mesa libertaria para coordinar el trabajo político de cara al 2025 y al 2027. Apostó a una relación de mediano/largo plazo, pagando el costo frente a sus colegas del PRO como Enzo Cornejo, que rechazan alinearse con La Libertad Avanza.

Raverta y Peluc se tienen mutua consideración. Pero si la relación empieza a dañarse desde Buenos Aires, en San Juan no habrá más remedio que acomodarse a los acontecimientos. El chispazo con Petri no colaboró en absoluto.

Por su parte Orrego, que apoyó casi todas las iniciativas de Milei en el Congreso a través de sus dos diputadas nacionales, tuvo buena llegada con los ministros egresados de Juntos por el Cambio: Bullrich y Petri. También con otros, como el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Pero con Patricia y con Luis el contacto ya existía desde antes y se notó al menos durante los primeros meses de gestión.

Algo de eso sobrevoló el sábado, sobre el arco del Teatro del Bicentenario, mientras sonaba la fanfarria militar.


JAQUE MATE