Fue atípico para un cierre de campaña. Bajo protesta de algunos románticos del peronismo clásico, no fue un acto multitudinario en un estadio, con movilización y adrenalina para alimentar la mística en la recta final. Tuvieron que conformarse con una serie de reuniones exclusivas para grupos selectos. Sin embargo, el viernes pasado Sergio Massa se las ingenió para dejarles a todos y todas una inyección de optimismo.

El itinerario comenzó en el hangar de Pocito, continuó por la fábrica de paneles solares y finalizó en un coqueto salón también ubicado en el departamento. Ahí terminó la agenda oficial. Pero quedaba una parada más. Antes de abandonar la provincia compartió un ágape en las dependencias del EPSE, reservado para muy pocos.

Además de la comitiva que acompañó a Massa, asistieron Sergio Uñac, José Luis Gioja y el titular del Frente Renovador en San Juan, Franco Aranda. Alguno más, sin extender demasiado la lista de comensales.

Fue notable la ausencia de Fabián Gramajo, tal vez disgustado porque le asignaron una silla recién en la tercera fila dentro del salón Grazia. Algún malintencionado habrá sospechado que fue la revancha de Aranda, porque no lo dejaron subir al escenario en Chimbas en la visita anterior del candidato presidencial.

Pero lo importante fue lo que sucedió ahí, entre bocaditos y bebidas. Massa ventiló algunos números que surgen de encuestas nacionales. Son los sondeos de Unión por la Patria al más alto nivel. Palabras más, palabras menos, el candidato presidencial les transmitió: 'chicos, yo no soy de decir estas cosas, pero el desplome de (Patricia) Bullrich es más que evidente y el domingo 22 vamos a ganar'

Una fuente que estuvo en el lugar describió las reacciones. En general hubo alegría, pero también una cuota de recelo. Se sabe que las encuestas, a veces, pueden desorientar. Por eso causó sorpresa la contundencia de Massa. Les inoculó una dosis de optimismo que no esperaban.

'Con una economía explotada, con una inflación del 140 por ciento, estar competitivos es un verdadero milagro', habría dicho Massa en ese círculo de altos referentes del peronismo sanjuanino. Incluso se filtró alguna chicana contra el presidente Alberto Fernández, que el ministro de Economía intentó atenuar con su media sonrisa característica.

Según uno de los invitados, Massa se mostró confiado en el voto femenino que rechaza a Javier Milei. En ese segmento se fortalece la alternativa de Unión por la Patria. Ahora bien, ganar el próximo domingo no significa, bajo ningún punto de vista, liquidar el comicio en primera vuelta. Implica quedar en la primera posición para encarar el ballotage el 19 de noviembre.

Este panorama que describió Massa había sido anticipado en la víspera de ese ágape por otros miembros de la delegación. Por ejemplo, José Ignacio de Mendiguren. El 'Vasco' les dijo a los sanjuaninos del Frente Renovador que las encuestadoras más duras para el candidato de Unión por la Patria, que lo daban 4 o 5 puntos abajo de Milei, ahora lo ponen un punto arriba o en situación de paridad.

Hay dos posibilidades. La primera es que el massismo esté militando el entusiasmo desde lo discursivo, en esta última recorrida por las provincias. La segunda es que efectivamente tengan los números alentadores que dicen tener. En cualquier caso, la inyección anímica hizo efecto aquí en San Juan.

Por eso este fin de semana largo hubo quienes siguieron protestando, en voz baja, por la modalidad de la visita. Las pulseritas para ingresar privaron a muchos militantes que hubieran querido estar y no pudieron. Sin embargo, este reproche fue silenciado. No son momentos de agravar las tensiones del peronismo local que apenas están disimuladas. Falta muy poco para el 22 y cualquier error no forzado podría dañar la elección de manera irremediable.

Massa podrá aspirar a una segunda vuelta. Le quedará una vida más por delante, como en los juegos electrónicos. Pero Uñac no. Las bancas para el Senado y Diputados de Nación se resolverán dentro de cinco días. Y punto. No habrá nuevas oportunidades ni derecho al pataleo.

Se ha dicho y escrito en reiteradas ocasiones que Uñac puede salvar el año si gana su banca de senador, aunque sea por la minoría. Para ello le serviría sobremanera el efecto arrastre de Massa. Aún así, su campaña ha focalizado más en la figura del gobernador que en la del candidato presidencial. En medios de comunicación, en redes sociales y en la vía pública, se ha puesto en valor la trayectoria del pocitano. Tuvo una razón esta decisión.

Del otro lado hay una figura potente que hará valer su localía el próximo domingo: Marcelo Orrego. El gobernador electo ha jugado fuerte a provincializar el comicio, para contrarrestar la eventual tercera ubicación de Patricia. Si lo consiguiera aquí en San Juan, a contrapelo de la tendencia nacional, podría quedarse con la apetecida banca de senador para Emilio Achem.

Orrego tiene el desafío de repetir lo que ya consiguió el 13 de agosto. Usando su foto impresa en la boleta, hizo ganar a Horacio Rodríguez Larreta la interna que perdió en el resto del país. Si pudiera lograr la excepción otra vez, Uñac estaría en un aprieto. Hacer esta predicción es imposible.

Lo que nadie parece discutir es que, al menos aquí en San Juan, Milei sigue arriba. En ese marco, el dato que dejó Massa fue bienvenido por el peronismo alicaído. El resto dependerá de las urnas.

JAQUE MATE