Mucho Facebook, poca calle. Mucha reunión de café, poca calle. Así transcurre el tramo final de la campaña más importante de todas, por el ballotage presidencial. El massismo sanjuanino está implorando a los compañeros peronistas recuperar el entusiasmo militante porque después del domingo será demasiado tarde para lamentaciones si el resultado no acompaña. Por debajo hay un clima de insatisfacción. Podrían estar haciendo más.

Sergio Massa perdió con Javier Milei en San Juan. En esta provincia le fue mal al ministro de Economía tanto en las primarias del 13 de agosto como en las generales del 22 de octubre. Puede ganar a nivel nacional el próximo 19 de noviembre, si se hace fuerte en los distritos más poblados del país. Pero de todos modos los sanjuaninos quedarían mal parados si no fuesen capaces de pintar su mapita de azul.

La diferencia libertaria sobre Massa no fue abrumadora en San Juan. Mucho menos irreversible. Sin embargo, el ballotage presenta final abierto. Por eso el presidente del Frente Renovador, Franco Aranda, encaró una ronda de persuasión con los colegas del uñaquismo y del giojismo. Fundamentalmente, con los dirigentes territoriales. Será el último esfuerzo del año.

Tendrán que armarse de coraje y paciencia para ir casa por casa, encarar a los vecinos, poner la otra mejilla cuando aparezca el reproche por la alta inflación y pedir por enésima vez el voto, como vienen haciéndolo desde abril. Hay tres distritos que alimentan las expectativas del justicialismo, por distintas razones. Son los municipios del eje Sur-Norte.

Según dijo un alto referente de Unión por la Patria, Juan Schiaretti rondó el 7 por ciento en Rawson el 22 de octubre. Esos votos deberían ir para Massa, si la militancia fuese capaz de convencer a los electores del cordobés. Huelga aclarar que cada punto en Rawson es muy importante por el peso de su padrón electoral. Si Milei les vuelve a ganar en ese distrito, será muy difícil revertirlo en el tanteador provincial.

En el otro extremo está Chimbas. Allí Unión por la Patria derrotó a La Libertad Avanza el 22 de octubre con viento en contra. Pesó el gramajismo, claramente. Fue el único municipio del Gran San Juan donde se logró este resultado. Pero el margen de ventaja fue muy estrecho. Para el Frente Renovador, hay chances de ampliar la victoria. Y, como Rawson, cada punto chimbero es muy importante en el escrutinio general.

En el centro de este eje Sur-Norte está Capital y aquí también el massismo abriga alguna expectativa de mejorar su rendimiento. Esto es pura conjetura. Fue el único de los 19 departamentos donde ganó Juntos por el Cambio el 22 de octubre. ¿Todo el caudal amarillo pasará a violeta? ¿O puede desgranarse algo del larretismo/radicalismo en beneficio de Unión por la Patria?

Dentro del peronismo, nadie pretende racionalmente ganar Capital. Sin embargo, les alcanzaría con evitar que todo el volumen de Juntos por el Cambio se vaya con La Libertad Avanza. Si el reparto fuese más o menos equitativo, aún quedando segundos en este municipio, sería altamente conveniente. Tratándose de un departamento con alta densidad poblacional, cada punto tendrá alta relevancia en el escrutinio definitivo.

Dicho en otros términos: nunca será igual perder por poco que perder por paliza. Esa lectura sirve en Capital, porque también está atravesada por el eje Este-Oeste que es fuertemente antiperonista. En Unión por la Patria no esperan grandes resultados en Santa Lucía y Rivadavia, por razones obvias. Las mayores expectativas están cifradas de Comandante Cabot al Sur y de Benavidez al Norte.

A pesar de las diferencias internas -al peronismo cada vez le brotan más vertientes- hay un diagnóstico compartido. Si gana Massa el próximo domingo, tendrán un respaldo político para sobrellevar los cuatro años de Marcelo Orrego. Podrán acceder a cargos nacionales para no perder visibilidad hasta 2027, cuando llegue el momento de disputar la gobernación otra vez.

Es una lectura que también están haciendo en el orreguismo. Por eso algunos dirigentes del entorno de Marcelo consideran que les iría mejor con Milei. El presidente libertario necesitaría construir vínculos. Los 10 mandatarios provinciales de Juntos por el Cambio podrían hacerse fuertes en bloque. En cambio, si les tocara alternar con Massa, podrían sufrir el rigor del peronismo.

Si ganara Massa, Sergio Uñac podría convertirse en ministro del Interior. Es una hipótesis indeseada por el nuevo gobierno provincial. Lo que incomoda a Juntos por el Cambio, estimula a Unión por la Patria. Es inversamente proporcional. Por eso el peronismo sanjuanino tiene mucho en juego todavía.

Si se repitiera el resultado del ballotage de 2015 y el justicialismo cayera derrotado, el PJ sanjuanino solo tendría los municipios para refugiarse. Es poco.

Queda otro aspecto central que el massismo cuenta como fortaleza para dar la batalla final este domingo: el aparato. Si las encuestas aciertan, será una disputa cabeza a cabeza. Por lo tanto, la movilización y la fiscalización podrían marcar la diferencia.

El aparato es una de las grandes fortalezas históricas del justicialismo y sus aliados. Cuentan también con que Orrego no se involucre a favor de Milei. Cruzan los dedos para que no lo haga.


JAQUE MATE