Puede resultar enigmático y hasta desconcertante el intendente de Chimbas, Fabián Gramajo. Tanto el uñaquismo como el giojismo lo observan con detenimiento para adivinar sus movimientos, muchas veces sin acertar. Por estas horas volvió a mover sus fichas con inédito bajo perfil, con la mira puesta en el ballotage presidencial pero fundamentalmente apuntando a lo que vendrá después.

El fundador del lema 'Chimbas te quiero' acaba de inaugurar su sede provincial en Capital. Era el último eslabón para activar su estructura provincial con delegaciones en los 19 departamentos y sello propio: 'San Juan te quiero'. Hacerlo por lo alto habría generado más recelo en los compañeros que vigilan a los eventuales competidores internos. La discreción se impone como resguardo, al menos por ahora.

A dos semanas de la elección definitiva para consagrar al próximo presidente de la Nación, Gramajo lanza su búnker céntrico, pero sin acto. El cartel está inscripto en la unidad circunstancial del peronismo: 'Massa presidente'. Igualmente el chimbero es consciente de que esto no se agota el 19 de noviembre.

Aún ganando el ballotage, el justicialismo sanjuanino tiene todo por discutir. El 2023 queda marcado como el año que tuvieron que despedirse del gobierno provincial luego de dos décadas ininterrumpidas. Los trapos sucios se lavan en casa, siempre. Todavía quedan varios acumulados en la pila de pendientes. Los reproches apenas entraron en pausa, porque la urgencia está puesta en lo nacional. Pero dentro de 13 días no habrá más pretextos.

Con la elección presidencial resuelta, el peronismo sanjuanino tendrá vía libre para zambullirse en el debate adormecido desde aquella foto de unidad entre Sergio Uñac y José Luis Gioja el jueves 14 de septiembre. La mano estrechada delante de las cámaras no aflojó las tensiones, pero al menos permitió la convivencia en pos de salvar el gobierno nacional.

La autonomía de Gramajo fue capítulo aparte en la interna justicialista. Sin chances de completar la fórmula como vice de Uñac, el chimbero aceptó el convite de Gioja. Fue una de las bombas políticas del año. El intendente hizo valer su territorio en cada oportunidad, aún en tiempos de adversidad y pagando el costo del desgranamiento de los 70 puntos que alguna vez supo ostentar. Con bastante menos, el gramajismo igualmente siguió ganando en la franja de Benavídez hasta el río.

En tiempos de vacas flacas para el PJ, el aporte chimbero fue y sigue siendo un soporte vital. Un respirador en terapia intensiva. En estos números se apoya Gramajo para defenderse de los que le cuestionan las idas y vueltas. Si hay una manera de medir la lealtad, es con votos.

En las primarias del 13 de agosto, Javier Milei le sacó dos puntos de ventaja a la sumatoria entre Sergio Massa y Juan Grabois en Chimbas. Dos meses después, en la general del 22 de octubre, se dieron vuelta los números. Chimbas fue el único distrito del Gran San Juan donde ganó Unión por la Patria para la categoría presidencial. Fue por apenas un punto, pero el departamento se pintó de azul en medio de la ola violeta.

En la PASO, el peronismo le ganó a los libertarios en Chimbas por dos puntos. Fue la excepción a la interna en el resto de la provincia, porque Juan Carlos Gioja superó holgadamente a Uñac. En la general, con el acompañamiento de Gramajo, el gobernador le sacó casi cuatro puntos de ventaja a Bruno Olivera. Es decir, el voto justicialista se logró contener.

El intendente chimbero se encarga de ventilar estos guarismos para acreditar que no hubo lealtades simuladas. Por el contrario, Chimbas se consolidó como el último refugio del peronismo alicaído en todo el Gran San Juan. Es cierto que los departamentos del interior siguen aportando mayoritariamente al PJ, pero su peso en el padrón general es bastante reducido. Toda victoria provincial empieza en el conglomerado urbano de mayor densidad poblacional.

Si el peronismo ya tuvo que despedirse de Santa Lucía, Capital y Rivadavia, si Milei sigue ganando en Rawson, solo Chimbas puede colaborar para contrapesar las cargas y sumar los votos del interior.

Gramajo le entregará la intendencia a Daniela Rodríguez, su esposa, el próximo 10 de diciembre. El poder quedará en familia, aunque ella tiene aspiraciones propias. La sociedad política de ambos trasciende el vínculo conyugal. Por lo tanto, Chimbas seguirá siendo el punto de referencia del gramajismo.

Aún así, el intendente logró trascender las fronteras del municipio cuando se convirtió en candidato a vicegobernador. Lo mismo le pasó a Cristian Andino, el elegido de Uñac. Sin embargo, a diferencia del sanmartiniano, el chimbero construyó territorialmente. Abrió sedes propias en cada departamento y pagó el costo por ello.

Cada vez que Gramajo decidió expandirse, hubo rezongos en voz baja de parte de sus colegas. Tal vez para evitar herir susceptibilidades, esta vez el chimbero optó por el bajo perfil. Resignó la liturgia peronista para habilitar su local en Capital. Optó por levantar las persianas sin ningún exceso. Si alguien pregunta, es un espacio más para contribuir a la victoria de Massa. Nadie tendría razones para objetarlo, desde ese punto de vista.

No obstante, es sabido que Gramajo apenas está empezando. Que su construcción política no se agota en el ballotage. Mucho menos cuando el peronismo tiene que purgar sus penas y reconfigurarse. La pelea por los lugares llegará inevitablemente.


JAQUE MATE