El plan reservado para sacar a los intermediarios de los planes sociales
En línea con el gobierno nacional, la provincia cocina una modalidad para llegar a los beneficiarios directamente. Pero hay un obstáculo político.
Fue reiterativo el ministro de Familia y Desarrollo Humano, Carlos Platero, este lunes en Banda Ancha. A lo largo de toda la entrevista cargó las culpas por la pobreza y la indigencia al modelo anterior, una y otra vez. Por otro lado, enfatizó los controles que empezaron a implementar para evitar los desvíos en las ayudas sociales. La lectura oficial es clara: hay quienes usan la miseria ajena para sacar provecho.
Lo que no reveló Platero fue el plan que elaboran muy silenciosamente para sacar a los intermediarios de las ayudas sociales que distribuye la provincia, en línea con Javier Milei y con Sandra Pettovello. Hay un obstáculo político que demora la implementación.
El plan consiste en sustituir la compra de alimentos y el acopio en galpones, por un sistema similar a la Tarjeta Alimentar. Es decir, que el gobierno haga la transferencia del dinero directamente al bolsillo de los beneficiarios empadronados. Sería una manera de evadir a las organizaciones sociales. Subyace la idea de que hay filtraciones por todos lados.
Según reveló una fuente muy cercana al ministro, Platero ya le presentó la propuesta a Marcelo Orrego. Quedó todo en borrador, sujeto a evaluación. No se trata solamente de sacar cuentas, aunque preliminarmente habría un ahorro con respecto al gasto que implica el sistema actual si en vez de comprar alimentos en grandes volúmenes se hiciera la transferencia a las familias en efectivo.
La evaluación trasciende la planilla de Excel. Tiene un componente político, inevitable para este o cualquier otro gobierno. Enfrentarse a las organizaciones sociales no parece buena idea. De mínima, habrá protestas en las puertas del Centro Cívico. ¿Está dispuesto Orrego a esta confrontación? La respuesta sería: no por ahora.
El Ejecutivo provincial tiene varios frentes que atender. La paritaria docente, sin ir más lejos. Las demandas sociales en general, también. Abrir nuevos frentes de batalla no es el estilo de Orrego ni de sus funcionarios. Toda la beligerancia del presidente Milei es proporcional a la moderación del gobernador sanjuanino.
A las protestas sociales, la Casa Rosada respondió con el protocolo antipiquetes. En San Juan, esta mano dura no se implementó ni se implementará. Orrego acompañó a Patricia Bullrich en la campaña presidencial cuando ganó la interna de Juntos por el Cambio, pero nada más.
Platero tuvo que entenderse con las organizaciones sociales apenas asumió la función, en diciembre del año pasado. Los primeros encuentros fueron ásperos. Debió intervenir el secretario general de la Gobernación, Emilio Achem. Encontraron soluciones para la convivencia. Pero ocho meses después hay tensiones apenas disimuladas.
Por ejemplo, con la Asociación de Amas de Casa que conduce Laura Vera. El gobierno orreguista entiende que la dirigente no solo milita en el justicialismo sino que tiene línea directa con Sergio Uñac. Por lo tanto, la miran con recelo.
Mientras tanto, los indicadores sociales son alarmantes. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina, que pertenece a la UCA, el 55 por ciento de la población es pobre y el 20 por ciento es indigente.
Los números son peores en el Gran San Juan, donde alrededor del 60 por ciento está por debajo de la línea de pobreza. El gobierno provincial decidió desplegar un esquema de contención clásico, con reparto de alimentos, ropa y útiles escolares que se compran a nivel central. Luego se distribuye a los municipios, a las organizaciones sociales y, en casos puntuales, a familias no empadronadas que hacen pedidos específicos.
A menudo estos alimentos o los útiles escolares aparecieron en sitios de ventas online. Platero nunca lo pudo digerir. Por eso elevó a Orrego la iniciativa de manejarse directamente con transferencias dinerarias a los beneficiarios. Cuando se detecte un desvío, se daría de baja esa cuenta. Quedarían al margen los dirigentes sociales. ¿Acaso un modelo así es posible de implementar?
Surgen dudas al respecto, porque hasta Pettovello tuvo que echar mano a la Fundación Conin para repartir la leche que tenía almacenada a punto de vencer, cuando recibió una intimación judicial para hacerlo de inmediato. La dependencia de los entes oficiales a la red de organizaciones civiles es tan argentina como el mate o el dulce de leche.
El tiempo dirá. Orrego le recibió el borrador a Platero. En reserva y silenciosamente. Tal vez quede ahí.
JAQUE MATE