El trueque trunco de Orrego
Sin Ley Bases no habrá alivio fiscal, dijo el presidente el 1 de marzo. El gobernador está atado de manos por no tener senador.
Una alta fuente del orreguismo, viajera frecuente a Buenos Aires, confirmó lo que muchos pueden intuir: cada vez que un funcionario sanjuanino visita a un funcionario nacional, es recibido con una pregunta recurrente: ¿cómo votarán las diputadas Nancy Picón y María de los Ángeles Moreno en el Congreso? Recién después puede seguir la conversación.
Es una escena repetida y esperable. Refleja la condición que puso el presidente Javier Milei el 1 de marzo en la apertura del año legislativo: si los gobernadores quieren alivio fiscal, primero tendrán que darle la Ley Bases. Bueno, el trueque está todavía en veremos.
Es un problema mayúsculo para Marcelo Orrego. Sus diputadas de Producción y Trabajo hicieron lo que tenían que hacer en ocasión de la votación en la Cámara Baja. Pero el partido que lidera el gobernador no tiene representación en el Senado. Está atado de manos. No puede más que ser testigo de lo que sucederá este miércoles.
Nuevamente hay final abierto.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, pasó de dar por sentada la aprobación de la Ley Bases a relativizarla. El giro sucedió el fin de semana en la mesa de Mirtha Legrand. Según la prensa porteña, hasta los senadores libertarios quedaron sorprendidos por la nueva perspectiva emanada de la Casa Rosada.
Según el sitio especializado La Política Online, Francos fue el emisario de Milei para instruir a Victoria Villarruel sobre directamente levantar la sesión si los senadores aliados seguían deformando el proyecto de ley.
El León parece dispuesto a reencontrarse con su esencia. Si no es todo, es nada. El problema es que el país entero depende del rumbo que fije Javier. Si esta semana quedara abortada otra vez la Ley Bases, el efecto inmediato será el congelamiento de relaciones con las provincias. Alerta amarilla en San Juan.
Este temor explicó el comunicado que este lunes por la tarde emitieron los gobernadores de Juntos por el Cambio, incluido Orrego. Los 10 mandatarios amarillos hicieron un pedido público a los senadores para que aprueben la Ley Bases, para 'dar una clara señal a los mercados'.
En el fondo, los gobernadores buscaron dejar plasmada y visible su vocación de colaborar, independientemente del fracaso potencial de la ley en el Senado. Sería una manera de contrarrestar la furia de Milei, si acaso fuera posible tal cosa.
Sin Ley Bases no habrá alivio fiscal, dijo el presidente el 1 de marzo y nada indica que vaya a cambiar su tesitura. Ni siquiera después de la demostración de acompañamiento que hicieron los gobernadores dialoguistas.
Todo muy lindo, pero sin ley no habrá alivio. Por si no se entendió.
¿Qué culpa tiene Orrego de que los senadores no acompañen la famosa ley ómnibus? Ninguna. Él hizo todo lo que estaba a su alcance. Pero los votos de Sergio Uñac y Celeste Giménez no le pertenecen.
Los justicialistas levantarán la mano en contra en general. En particular puede haber algún matiz, fundamentalmente cuando se trate el capítulo referido al RIGI. Puede no ser suficiente para salvar la ley. Mucho menos para viabilizar la redacción original que pretendía la Casa Rosada.
El texto en discusión tuvo tantas modificaciones que Milei está a punto de bocharlo. Ya lo hizo una vez, el martes 7 de febrero, cuando naufragaba el tratamiento del articulado.
Más allá de las coincidencias o las divergencias ideológicas entre Orrego y Milei, el gobernador tiene un interés práctico en que prospere la Ley Bases.
Cada vez que un funcionario suyo visita un despacho en Buenos Aires, le refrescan la memoria: si San Juan quiere fondos para, por ejemplo, obras públicas, primero debería salir el paquete de medidas que el Congreso mantiene bloqueado.
Orrego puede rendir cuentas por sus dos diputadas, Picón y Moreno. Ambas funcionan como su brazo político en la relación con Nación. Haberse quedado sin senador hoy tiene un alto costo para el gobierno provincial.
Más allá de que Picón y Moreno fueron garantes de la Ley Bases cuando se trató en Diputados, el monitoreo sobre ellas no ha cesado. Por ejemplo, quedaron expuestas cuando Unión por la Patria, la UCR y otros bloques impulsaron la nueva ley de movilidad jubilatoria.
¿Cómo iban a votar en contra de subir las jubilaciones? Simplemente no podían hacerlo. Por eso las diputadas orreguistas terminaron optando por la abstención. Para La Libertad Avanza, esa moderación nunca será suficiente. ¿Hay que repetirlo? Si no es todo, es nada.
JAQUE MATE