El veredicto de la peste
Se cumplen los primeros 14 días después de la Fase 1. Recién a partir de ahora se conocerán los contagios desde que terminó el aislamiento.
Este viernes se cumplen los primeros 14 días desde la salida de la Fase 1. De aquí en adelante las estadísticas empezarán a reflejar los contagios ocurridos desde que se habilitó el comercio presencial, la totalidad de la actividad productiva y la construcción, además de la administración pública. Las próximas jornadas revelarán el grado de efectividad que tuvieron los protocolos para evitar una nueva escalada de la curva epidemiológica.
Es el modo en que se cuenta la pandemia. De 14 en 14. Los testeos revelan el pasado. Por eso el amesetamiento de los contagios con detecciones mínimas siempre por debajo de los 10 nuevos casos diarios, no debería inducir a una impostada sensación de seguridad. Todo eso, vale repetir, es reflejo del cierre absoluto que dispuso Sergio Uñac el viernes 21 de agosto y que se extendió durante dos semanas completas.
La estrategia fue efectiva. El salto de apenas 22 casos a los 466 actuales se compensó con una reducción progresiva de nuevos positivos y una creciente cantidad de recuperados, que alcanza ya los 166. A pesar de la circulación por conglomerado, San Juan volvió a convertirse en la provincia de menor tasa de incidencia en todo Cuyo. Incluso con números inferiores a los de San Luis y La Rioja, que tienen menos población. Ni qué decir Mendoza, con un avance de la peste que provoca estupor.
El gobernador tomó una decisión política al decir que los sanjuaninos necesitan salud pero también necesitan trabajar. Llamó a los ciudadanos a convivir con el virus que llegó para quedarse, porque en todo el mundo los intentos de apagarlo fueron inútiles. Una vez que entró, nunca más se irá. Y los brotes pueden reaparecer de un momento a otro sin previo aviso, como sucedió en el verano europeo. Aquella premisa de preservar la economía a la par de lo sanitario, seguirá marcando el rumbo.
Este fin de semana seguramente habrá nuevas flexibilidades, amparadas en la tasa de contagios decreciente. Sin embargo, esta segunda quincena de septiembre será clave para evaluar esta consigna de convivir con el Coronavirus sin que la enfermedad haga estragos en la población. La propia secretaria de Planificación de Salud Pública, Alina Almazán, reconoció que con la mayor presencia de personas en la vía pública seguramente habrá una mayor transmisión viral. Que aumenten los casos está dentro de lo esperado. La pregunta será cuándo, en qué preciso instante, será necesario presionar el "botón rojo" del que habló Alberto Fernández, equivalente a paralizar todo nuevamente.
El Gran San Juan acumuló 227 casos positivos de Coronavirus y Caucete 176 según el detalle que informó oficialmente Salud Pública este jueves. En contraste con los valores de las provincias vecinas, siguen siendo números muy discretos. Pero siguen midiendo el pasado. La verdadera prueba de esta experiencia en Fase 3 saldrá a la luz en los próximos días. Esa cifras son apenas el punto de partida.
En estas dos semanas de flexibilidad pasaron cosas. Hubo afluencia masiva de personas al microcentro, hubo cafés y bares completos, hubo más y más fiestas clandestinas, pero también hubo marchas políticas opositoras y una injustificada concentración de militantes en el Centro Cívico el día de la visita presidencial. Entre las miradas descreídas de la pandemia y las otras más apocalípticas, hay un debate sobre el efecto real que pudieron haber tenido esas aglomeraciones. El paso del tiempo dará la sentencia. Los testeos certificarán los resultados.
En fila siguen algunos sanjuaninos y sanjuaninas que esperan su turno para salir a ganarse el sustento. Y que dependen precisamente de la evolución de las cifras. Si trepan de nuevo las estadísticas, verán cada vez más lejos su oportunidad. Están los prestadores turísticos y están los trabajadores de la cultura. El martes en Paren las Rotativas la ministra Claudia Grynszpan reconoció las dificultades y prometió ayudar. Pero al mismo tiempo hizo un pedido en tono de súplica: entender que no habrá soluciones óptimas sino posibles. Que los niveles de actividad nunca se acercarán a lo que eran antes de la pandemia. Y que habrá que diseñar nuevos modos de consumo.
El malestar empezó a sentirse con fuerza esta semana en redes sociales, con la legitimidad de que los artistas firman con nombre y apellido, agrupados y alejados de cualquier doble intención. Es solo la pura, simple e impostergable necesidad de trabajar. Decir que la respuesta está en manos del gobierno, es una media verdad. La otra mitad depende de los números, de la maldita curva que reduce a las personas a números, pero en definitiva explica la gravedad del momento.
Pasaron los primeros 14 días. Ahora solo queda esperar el veredicto.
JAQUE MATE