El voto verde vacante
La decisión del diputado Guevara a favor del aborto legal lo sacó del rol de suplente y lo puso en primera fila. Con costos y beneficios.
Lo que hayan hablado el miércoles 2 de diciembre Sergio Massa, Máximo Kirchner y Francisco Guevara quedó entre ellos. Una foto de alto voltaje político dejó constancia del encuentro en el despacho del presidente de la Cámara de Diputados. El sanjuanino se ocupó de darla a difusión. Pero el tenor de la conversación quedó en reserva. Aunque diga el legislador más joven que no le pidieron el voto por la Ley de Aborto Legal, aunque diga la verdad, nadie podría sostenerlo con certeza. Solo ellos tres lo sabrán.
Si tuvo o no que ver esa reunión con el voto verde de Guevara... a esta altura sería bastante inconducente invertir tiempo en esa cavilación. Pero vale hacer un simple racconto de hechos. El sanjuanino se instaló en Buenos Aires el martes 1 de diciembre y desde entonces no paró. Se abocó de lleno a escuchar argumentos. Pidió información al Ministerio de Salud que dirige Ginés González García e incluso a la Secretaría Legal y Técnica de Presidencia, a cargo de Vilma Ibarra.
A las razones celestes ya las tenía de cuna. Guevara se formó en el seno de una familia católica como la mayoría de los jóvenes en esta provincia. Se educó en un colegio confesional de Desamparados. Tomó todos los sacramentos. Su primer impulso fue el rechazo al aborto. Esa pudo haber sido su postura definitiva. Pero algo hizo que se tomara un tiempo adicional para escuchar los motivos verdes y sopesar las consecuencias.
Dijo que se que quitó de encima todos los conceptos personales previos. Que entendió que 'es una problemática que existe, que hay que dejar de esconder la mugre debajo de la alfombra y que es un tema de salud pública'. Se amparó en su juventud para hacer esa reflexión. Y se permitió hablar de las carencias que todavía hay en materia de eduación sexual, a pesar de la legislación vigente.
Guevara sabía desde el momento cero que votar a favor del aborto legal tendría un costo político. Sin dejar de integrar el uñaquismo, se permitió apartarse a título personal del veredicto celeste que hizo el gobernador ya en 2018 y que ratificó en 2020. Aún así, el acompañamiento del joven legislador al proyecto de Alberto Fernández podrá ser ofrecido por Uñac como una muestra de cercanía, en el tema más difícil y agrietante.
Guevara era el único que podía hacerlo. Todos sus compañeros de bloque, José Luis Gioja, Walberto Allende y Graciela Caselles, estaban atados al voto celeste que formularon hace dos años. El reemplazante de Daniela Castro era quien tenía cierto margen de maniobra.
Eligió a Banda Ancha y Canal 13 para blanquear su postura final, seguramente porque entendió que debía encontrar un espacio plural donde la entrevista no gire hacia la condena. Donde lo religioso no fuera el punto de partida para el juicio. Sabe Guevara que cuando regrese a San Juan, cuando pasen los días, las semanas y los meses, será señalado por su discordancia con la opinión mayoritaria. Se puso a sí mismo en contra de la corriente. Fue una decisión arriesgada. Posiblemente necesaria.
Esa jugada consciente por la minoría lo habrá coronado como el único diputado sanjuanino capaz de interpretar a quienes en 2018 se sintieron totalmente excluidos, no representados por la voz monocorde de los legisladores nacionales. Guevara pasó de ser un político suplente a tener un nombre propio. La foto con Massa y Máximo lo pusieron en ese lugar. Su voto terminó de consumar ese carácter.
Guevara asumió la banca en diciembre de 2019, tras la convocatoria de Daniela Castro al Ministerio de Defensa como virtual viceministra de Agustín Rossi. Para que le tocara acceder a la diputación, primero tuvieron que resignar su prioridad el bloquista Luis Rueda y la justicialista Fernanda Paredes. Solo así fue posible que el joven, digente de la JP y hasta entonces funcionario de tercera línea del Ministerio de Turismo, pudiera llegar al Congreso.
El diputado tendrá entonces un fugaz paso por el Parlamento, completando los dos años de gestión que dejó Castro, la titular original de la banca. Pudo haber apostado al bajo perfil, a evitar la notoriedad. Pero hizo exactamente lo opuesto.
Con este voto, Guevara se puso a sí mismo en boca de todo San Juan. Fue descubierto por militantes verdes y celestes, con reconocimientos y repudios. Si esta apuesta genuina termina de proyectarlo o le obstaculiza la carrera política, eso apenas está por verse.
Mientras tanto, Guevara se aseguró un lugar en primera fila. Ocupó un espacio que estaba vacante. A lo mejor ese sea su mayor acierto. En cada discusión política que surja hacia adelante, tendrá opinión propia y un grupo expectante de lo que diga. Lo estarán esperando de uno y de otro lado. Habrá ganado detractores irreconciliables dentro de su propio partido, pero también defensores, dentro y afuera del PJ.
JAQUE MATE