La gran tentación
¿Y si fue inútil la cuarentena? ¿Y si San Juan nunca debió adherir al aislamiento? Reflexiones en una semana crucial.
La reapertura del comercio para el público, la semana pasada, fue prueba superada para los sanjuaninos y sanjuaninas. La tensión del día inicial fue aflojando en la medida en que pudo comprobarse en el terreno que no llegaron hordas de personas para congestionar el microcentro. Por el contrario, quienes se acercaron lo hicieron ordenadamente, DNI en mano, barbijo en boca y alcohol en gel en el bolsillo. Fue la prueba de fuego exitosa que permitió levantar un poco más la barrera de las restricciones.
Este lunes comenzará el nuevo desafío. No solo se extenderá el horario de comercio permitido sino que por primera vez en dos meses los mayores de 60 años tendrán otra vez derecho de caminar por la peatonal. Se abrirán los templos de los 45 cultos registrados en la provincia. Y desde este martes también se iniciará el ensayo de las caminatas saludables en parques y plazas de toda la provincia. Casi como si la pandemia no estuviera.
En términos absolutos, la peste todavía no llegó a San Juan. Solo hubo hasta ahora tres casos importados, lo suficientemente aislados como para evitar que contagiaran a nadie. Con otras medidas como el ingrato confinamiento obligatorio en hoteles para repatriados se garantizó que el Covid-19 no circulara por las calles sanjuaninas como hoy ocurre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde provoca estragos.
Entonces, cabe preguntarse si la cuarentena que este lunes cumple 60 días ininterrumpidos valió la pena. Si el dañino costo económico que está pagando la provincia fue en vano. Si la prohibición de los abrazos con los seres queridos significó poco más que una gran pérdida de tiempo. Es grande la tentación de suponer que se sobredimensionaron las decisiones. Que quienes tienen la autoridad y responsabilidad de gobierno se extralimitaron, preparándose para un escenario ficticio que, en definitiva, nunca llegó.
Bueno, contra estas conjeturas, hay varias consideraciones necesarias. La primera de ellas es que la peste no llegó pero la pandemia todavía no se extinguió en el mundo, ni en el continente, ni en el país. Seguirán extremándose las medidas de bloqueo en las fronteras, desde esta semana con testeos rápidos a los camioneros que ingresen con cargas foráneas a San Juan.
Mientras el Hemisferio Norte está intentando salir de su cuarentena forzosa, con muchos inconvenientes, pero con el aliciente de que está entibiando el ambiente, en el Hemisferio Sur está por comenzar el invierno. Flexibilizar el confinamiento en esta latitud supone medir muy finamente las variables, dejando margen suficiente para dar marcha atrás de inmediato si las cosas no resultan como estaban planificadas.
La segunda consideración necesaria es que San Juan no tiene circulación viral comunitaria pero esa situación hay que validarla a diario. La Organización Mundial de la Salud sigue corrigiendo sus propias afirmaciones acerca del Coronavirus. El fin de semana pasado difundió una novedad inquietante, acerca de que no hay pruebas concluyentes de que el germen perdure en las superficies. ¿Entonces? Entonces, siguen sumándose las incógnitas. De alguna manera el virus se vuelve tremendamente contagioso y de ello hay sobradas pruebas a escala planetaria.
No podría el gobierno de San Juan dar por superado el evento. Cada día sigue siendo una página en blanco que, al finalizar la jornada, tendrá grabados los números epidemiológicos. Los testeos del laboratorio del Hospital Rawson siguen revelando decenas de resultados negativos. Esto implica que la búsqueda no cesa y que hay un minucioso seguimiento de la enfermedad, esperando que no aparezca. Pero abriendo el paraguas para contener un brote. Porque, hay que decirlo, puede suceder.
Y una tercera consideración necesaria, es que el panorama 60 días después del inicio de la cuarentena dista mucho de aquel preliminar del 19 de marzo, cuando el presidente Alberto Fernández anunciaba el confinamiento obligatorio para todo el país. Aquella nebulosa amenazante que venía barriendo continentes desde el lejano oriente justificó las acciones más drásticas. Otras naciones que optaron por esperar un poco antes de reaccionar preventivamente, terminaron cavando fosas comunes. Las imágenes son desgarradoras.
Será grande la tentación en esta nueva semana, de suponer que tanto esfuerzo no valió la pena. Que si el Coronavirus no llegó a San Juan, entonces la cuarentena fue inútil. Pero sería un error tremendo interpretar que es asunto resuelto. Apenas inicia una fase experimental, que otra vez pondrá a prueba la nueva normalidad.
JAQUE MATE