Las votaciones más recientes de la Legislatura demostraron dos cosas. La primera, que el acuerdo interno entre Sergio Uñac y José Luis Gioja avanza viento en popa. La segunda, que los otros socios de Unión por la Patria están saliéndose progresivamente de aquel frente que dominó la provincia durante los últimos 20 años.

Los desgranamientos, como era de esperar, fueron capitalizados por el gobierno de Marcelo Orrego. El oficialismo, que asumió en híper minoría dentro de la Cámara de Diputados, logró construir una mayoría con aliados que se le fueron cayendo al justicialismo.

El caso más reciente fue el bloquismo. Pero antes ocurrió con el Frente Renovador de Sergio Massa, que en San Juan encarna Franco Aranda. Es un caso digno de análisis porque deja al descubierto otra grieta que arranca en Buenos Aires y se extiende hasta San Juan.

El fin de semana pasado, el kirchnerista Wado De Pedro hizo un posteo que ofendió al massismo. Para rechazar la versión periodística que lo ubica como candidato de Cristina para la Corte Suprema -pacto con Javier Milei mediante- el ex ministro del Interior dijo que ninguno de ellos continuó en el cargo durante la gestión libertaria, como sí hicieron algunos funcionarios del Frente Renovador.

El massismo salió a responderle a Wado. Lo llamaron a 'no caer en chicanas'. Más allá de la discusión pública, la tensión entre los K y los massistas creció exponencialmente hacia adentro. Ese malestar irradió un clima de distanciamiento evidente aquí San Juan.

Aranda lleva meses acompañando al orreguismo y oponiéndose al uñaquismo y al giojismo. Por supuesto, no ha sido una casualidad. Su voto a favor del RIGI fue paradigmático.

En la víspera de la sesión, Aranda recibió un llamado desde Buenos Aires. La conducción nacional del Frente Renovador, que se había opuesto enérgicamente al RIGI en el Congreso, le preguntó por qué estaba considerando apoyar el régimen en San Juan. El diputado provincial explicó las razones técnicas y ahí quedó todo.

Hubo además un trasfondo político. Aranda supo después que Gioja había operado para intentar cambiar su voto en la Legislatura. El influyente ex gobernador hizo pública su objeción al RIGI y movió todos los hilos a su alcance para construir una mayoría opositora. Esta vez no le alcanzó.

Que el Frente Renovador haya desoído el pedido de Gioja a nivel nacional y en la Legislatura Provincial también, fue indicativo de este divorcio que recién se empieza a visibilizar pero viene en gestación hace meses.

Aranda volvió a votar con el orreguismo la semana pasada cuando, sobre tablas y sin previo aviso, el Ejecutivo mandó la rescisión del contrato con la UTE constructora del dique El Tambolar

El Frente Renovador contribuyó con la nueva mayoría parlamentaria, como también lo hicieron los tres bloquistas y otros dos diputados escindidos circunstancialmente del peronismo orgánico: el chimbero Gabriel Sánchez (San Juan Te Quiero) y el calingastino Jorge Castañeda (PJ uñaquista).

Esta nómina abona la idea inicial: cada desgranamiento del ex Unión por la Patria se convierte automáticamente en ganancia para el oficialismo orreguista. Si estos acuerdos puntuales luego tendrán o no proyección en el tiempo, es prematuro todavía afirmarlo. Pero nadie se sorprenda si sucede finalmente.

Mientras el Frente Renovador se aleja del kirchnerismo a tan solo 10 meses de haber compartido alianza y haber llegado al balotaje, en San Juan hay un correlato directo. Aranda tiene en mente competir el año que viene. En ese borrador no aparece la chance de convivir con el PJ.

Como partido político, el Frente Renovador tuvo un traspié. Días atrás la Justicia Electoral Federal comunicó que se le cayeron 7 afiliaciones y formalmente quedaron en riesgo de perder la personería política. Pudieron subsanarlo rápidamente. Más allá de la anécdota, el episodio revela algo mucho más importante. Están cuidando la herramienta para poder competir en 2025 sin depender de nadie.

Aranda sabe que las posibilidades de ganar una banca en el Congreso Nacional el año que viene son remotas. No cuando en frente habrá pesos pesados. Orrego tendrá sus candidatos, Milei también y el peronismo, lógicamente. Colarse en ese triángulo sería improbable. Pero anotarse en la grilla, participar de la campaña y reunir votos en toda la provincia servirá para mantenerse en la discusión. Solo a través de las urnas se puede validar la cuota de representatividad que cada uno dice tener.

Por esa misma razón, Aranda se acopló a otros referentes del interior que le están pidiendo a Massa que sea candidato a diputado nacional el año que viene por provincia de Buenos Aires. El ex ministro de Economía podría de esa manera volver al ruedo, al debate de los temas públicos.

Es pronto para tomar este tipo de decisiones. Pero las grietas siguen apareciendo.


JAQUE MATE