Contestó con destreza la diputada nacional Susana Laciar este miércoles en Banda Ancha, para dar a entender sin decir. Para ahorrarse el título ingrato que le hubiera costado un roce con Rodolfo Colombo. Fue un gesto interesante cuando Juntos por el Cambio parece haber perdido las formas en la voraz pelea presidencial.

No fue una pregunta capciosa sino una pregunta política, legítima. ¿Susana Laciar es Marcelo Orrego en Capital? Si hubiese contestado afirmativamente, se hubiera apropiado del candidato a gobernador que hoy está repartido en el abanico variopinto de la Ley de Lemas.

Laciar respondió con su currículum detallado, mencionó todas y cada una de las tareas compartidas con Orrego en los últimos 20 años. Incluso su colaboración con la Municipalidad de Santa Lucía en la gestión debut de Marcelo entre 2011 y 2015. Para el buen entendedor quedó implícita la referencia. 

Hay un ADN innegable desde el momento mismo en que ambos fueron cofundadores de Producción y Trabajo, orbitando alrededor de Roberto Basualdo.

Por eso fue llamativa la prudencia de la diputada nacional. Pudo aprovechar el momento para sacar ventaja. El título hubiera salido entrecomillado. Pero habría funcionado como una provocación para Colombo y el resto de los candidatos de Capital que comparten boleta con la fórmula Orrego-Martín.

Laciar prefirió esquivar la confrontación. A 31 días del comicio y con Ley de Lemas de por medio, dinamitar la alianza no parece buena idea. Sin embargo al elector capitalino puede presentársele la duda genuina: ¿qué diferencia hay entre votar a Colombo, Laciar o cualquiera de los otros candidatos inscriptos en la misma subagrupación?

Vale hacer la enumeración completa: además de Laciar y Colombo están el radical Martín Sassul, el autoconvocado Eduardo Cerimedo y el exconcejal basualdista Gonzalo Campos. Gracias al sistema electoral, todos sus votos terminarán sumándose y el que salga primero se llevará el pozo acumulado.

Este Sistema de Participación Amplia y Democrática o SIPAD habilita un doble juego. Por un lado, la confrontación interna. Por el otro, el deber de convivir porque, a la postre, son todos compañeros de equipo.

En este embrollo cada candidato individualmente corre el riesgo de diluirse entre tanta cordialidad o asomar la cabeza y generar alguna incomodidad. Laciar hizo equilibrismo este miércoles en Banda Ancha.

Su pertenencia y su correspondencia directa con Orrego es tal vez su carta más fuerte en esta oportunidad. No porque carezca de pergaminos propios. Tiene más de 20 años de trayectoria en sus espaldas. Sin embargo, en instalación o grado de conocimiento queda debajo de Colombo. ¿Cómo podría empardar en tan poco tiempo?

La respuesta es altamente visible en la vía pública por estos días. Donde hay una foto de Susana, ella está junto a Marcelo. La cartelería deja plasmado ese lazo natural entre ambos, aunque la candidata luego prefiera no hacer alarde en un estudio de televisión.

La rareza sanjuanina de Juntos por el Cambio
Cartelería de campaña 2023

De todos modos, al enumerar su recorrido junto a Orrego, Laciar subrayó aquel primer mandato como intendente de Santa Lucía. Abiertamente sacó a relucir la patente de ese modelo de gestión que hoy se volvió imbatible en las urnas.

Colombo tiene una fluida relación con Orrego y también con Laciar. Ha ofrendado gestos para cuidar el vínculo. El más reciente se remonta a 2021, cuando resignó su aspiración a la diputación nacional y se acopló a la campaña de Susana.

A Colombo le pidieron que insista esta vez en Capital porque en las primeras mediciones aparecía como el opositor mejor rankeado. Entonces arrancó con ventaja con respecto a sus eventuales rivales internos. Ninguno le hacía sombra. Todo parecía montado para terminar contribuyendo a su elección como intendente. 

Del otro lado estarán Emilio Baistrocchi y un entretenido armado que conjuga al peronista Carlos Lorenzo y la bloquista Graciela Caselles, todos con el sello de Sergio Uñac; más el giojista Leonardo Gioja, el arandista Gabriel Castro y el candidato del PTP Federico Agüero. De aquí saldrá la sumatoria total.

Si Colombo sigue siendo la mayor apuesta de Juntos por el Cambio o Unidos por San Juan en Capital, siempre necesitará el aporte robusto de otros competidores internos. Para eso será necesario que Laciar crezca sustancialmente. Y el resto de los participantes también. Pero la receta tiene una contraindicación.

Esa advertencia es inherente a la Ley de Lemas. Para que la sumatoria sea funcional a Colombo, Colombo tiene que salir primero en su espacio. Por lo tanto, Laciar debe subir pero no tanto.

La diputada nacional mostró cierta habilidad este miércoles en Canal 13 cuando, ante cada pregunta incómoda, rápidamente llevó la confrontación afuera de Juntos por el Cambio. El adversario es el Frente de Todos. Ni siquiera el peronismo o el justicialismo: siempre utilizó la etiqueta 'kirchnerismo' como estigma.

Laciar evitó por todos los medios provocar cualquier incomodidad en Colombo. Sabe que una palabra suya desacomodada impactará al más alto nivel. Porque más allá de que lo admita públicamente o lo disimule, todo lo que salga de su boca tendrá el aval de Orrego. 

La política siempre fue extremadamente sensible a este tipo de interpretaciones. Entonces, si Susana pega, es Marcelo el que pega. Y si Susana cuida, es Marcelo el que está cuidando. Esto segundo fue lo que sucedió hace apenas unas horas en Canal 13 en vivo.

Entre lo dicho y lo no dicho está lo sugerido y lo implícito. A veces los silencios valen más que mil palabras. Buscar el equilibrio terminó siendo una rareza sanjuanina en el cuadrilátero feroz de Juntos por el Cambio.


JAQUE MATE