Para Juan Carlos Gioja, uno de los veteranos del peronismo sanjuanino, 'hay que sacarse el sombrero' frente a una conducta típica del PJ, sobre todo en momentos críticos. En sus propios términos: 'cuando las papas queman, estamos todos juntos'. Interesante definición para desmenuzar, porque dice mucho más que lo que aparenta.

Hace prácticamente un año y medio, José Luis y Juan Carlos Gioja enfrentaron a Sergio Uñac por la conducción del Partido Justicialista en la provincia. Fue una interna llena de tensiones que dejó varios heridos en el camino. Las diferencias se terminaron liquidando con el voto de los afiliados y el reparto de poder terminó 70-30 a favor del gobernador.

Respaldado en esa plataforma, Uñac por primera vez desde 2015 armó una lista de diputados nacionales con total prescindencia del giojismo. Renovó su apuesta por Walberto Allende, sumó a la ministra de Gobierno, Fabiola Aubone, y repitió a su secretario privado y presidente del bloquismo, Luis Rueda, para completar los cargos titulares. Entre los suplentes tampoco hubo espacio para esa cuota del 30 por ciento partidario.

Preguntar entonces si el giojismo está acompañando o se quedará sentado al lado del camino, como Fito Páez, es lógico y sensato. En Banda Ancha, Juan Carlos Gioja sostuvo enfáticamente que sí, que están coordinando la fiscalización y logística del comicio. Que en su caso lo está haciendo con la Junta Departamental de Rawson. ¿Con el presidente de ese órgano partidario, Marcos Andino? No, con otros compañeros. Pero el canal de diálogo está abierto al menos por otras vías.

La incomodidad es inocultable y los matices están a la vista no solo en las primeras líneas sino también en los estamentos inferiores hasta llegar a las bases. Por eso Juan Carlos, que no niega -porque no podría- las diferencias, le asigna doble valor al esfuerzo por sostener la unidad.

'Cuando las papas queman, estamos todos juntos', dijo con tono de sentencia. Fue al mismo tiempo el reconocimiento de que la situación es delicadísima. Que el gobierno nacional se juega una parada crucial para transitar los dos años restantes de mandato hasta 2023. Y que la suerte del gobierno provincial hoy en cabeza de Uñac, también está atado al futuro de Alberto Fernández.

'Estamos juntos, que no te quepa duda', dijo el menor de los hermanos Gioja. Su palabra debe ser entendida como la expresión del grupo que encabezó en la interna de marzo de 2020 y que hoy, contándolo a él, suma tres diputados provinciales en la Legislatura. Los otros dos son Leonardo Gioja y Graciela Seva. Siempre votaron afirmativamente las iniciativas del Poder Ejecutivo. Lo dicho: cuando las papas queman, las cicatrices pueden hacerse a un lado. Aunque sea transitoriamente.

Desde ese lugar, Juan Carlos también intentó apaciguar las tensiones en su patria chica, en Rawson. Le tocó ser intendente por dos mandatos hasta 2019, cuando lo sucedió Rubén García. Fue el producto de otra interna con el uñaquista Pablo García Nieto. Se enfrió un poco la relación del actual jefe comunal con el giojismo, después de una discusión pública con el presidente del Concejo Deliberante, Juan Carlos Salvadó. Pero terminaron encarrilando la convivencia por supervivencia.

Rawson es sin duda el distrito electoral más importante para el PJ por el volumen de su padrón y porque puede obtener una diferencia con la oposición que le permita compensar algún resultado más ajustado en el eje conformado por Santa Lucía, Capital y Rivadavia, donde Juntos por el Cambio podría tener mejor performance. Pero Rawson tiene su propio entretejido de intereses. Muchos caciques con la mira puesta en 2023.

Rubén García ha manifestado en Banda Ancha su intención de ser reelecto. Tuvo que decirlo así, anticipadamente, ante una ola de aspirantes que empezaron a anotarse aunque él todavía no cumplió ni siquiera los dos primeros años de mandato y la mayor parte del tiempo tuvo que convivir con la pandemia. Juan Carlos Gioja, coherente con aquella consigna de estar unidos cuando las papas queman, pidió tregua y llamó a la calma a los dirigentes rawsinos.

Primero, descartó totalmente tener intenciones de volver a la intendencia en 2023. Dijo que de todos los cargos que ha ocupado el más exigente fue el municipio. Incluso se permitió bromear, anotándose para la embajada de Argentina en Francia, antes que para regresar al Palacio de Villa Krause. Su paso al costado descomprime, alivia las presiones porque es un jugador de peso todavía en ese distrito. Pero quedan otros.

A esos otros les mandó un mensaje fuerte: 'No podemos pensar en el 23 si no tenemos resuelto el 21. Termina siendo una falta de respeto hacer un acto proselitista cuando ha pasado lo que ha pasado en la Argentina. Es una locura'. ¿Hay que creerle que el giojismo no tiene aspiraciones para el municipio? Ni. Que él no se anote no significa que su espacio no esté midiendo el escenario. Pero es cierto que un arrebato podría complicarles esta parada electoral. Y si el resultado es malo ahora, todos quedarán muy dañados para adelante.

Reconoció Juan Carlos Gioja que Uñac ha llevado adelante una gestión de gobierno coherente con lo nacional. Fue una expresión sin vueltas, sin falsos elogios pero sin retacear el crédito tampoco. Pero hizo una advertencia. Planteó que esta elección resuelve temas nacionales, dos modelos de país. Que no se puede reducir la campaña a plebiscitar lo provincial o lo municipal, independientemente de que sean cartas a favor para el oficialismo.

Todas las cartas suman, cuando la partida viene complicada. O, como dirían los peronistas, cuando las papas queman.


JAQUE MATE