Los gatos del peronismo sanjua
Un tema tabú: la interna justicialista entre uñaquismo y giojismo, en cuenta regresiva para 2023. El afecto deteriorado versus el pragmatismo.
Luego del quiebre consumado en marzo de 2020 cuando confrontaron el uñaquismo y el giojismo en la interna peronista, ya nada fue igual. Hay pases de factura de ida y vuelta. La mayoría, a la vista del público en redes sociales. A veces con nombre y apellido. La mayor parte del tiempo, desde la penumbra. Todo esto sería una menudencia partidaria si no se divisara en el horizonte el 2023. El antecedente inmediato se remonta a 2019, cuando el mismísimo Sergio Uñac fundó el Frente Todos en lo provincial y José Luis Gioja impulsó la premisa de 'unidad hasta que duela', en lo nacional.
El martes pasaron por Banda Ancha dos referentes importantes de ambas expresiones internas del peronismo sanjuanino. Por parte del uñaquismo, el futuro secretario de Estado de Ambiente, Francisco Guevara. El exdiputado nacional dijo que planea imprimirle a su gestión el 'estilo Uñac', de diálogo y consenso. Apartarse de la grieta, como un sello generacional. Rescatar las conclusiones del 'Acuerdo San Juan' como herramienta fundamental para superar las diferencias irreconciliables. Encontrar en ese documento las respuestas a los problemas crónicos, como el de los perros en la calle.
Por parte del giojismo estuvo la diputada provincial Graciela Seva, quien dejó un par de sentencias agudas. La primera de ellas fue definir al Presupuesto 2022 que presentó la ministra de Hacienda, Marisa López, como 'un presupuesto peronista'. Tamaña calificación involucra la plena identificación con el rumbo declarado en el plan de recursos y de gastos para el año próximo. Destacó la fuerte inversión en educación y en infraestructura, particularmente en vivienda.
Pero Seva también dejó una advertencia acerca del anuncio del gobernador sobre la eliminación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias para 2023. Dijo que hasta ahora la Legislatura no ha recibido ninguna información oficial al respecto y que todo lo que han escuchado o leído fue a través de los medios de comunicación. Que si el único argumento es que la gente no quiere votar, ese es un fundamento 'débil' y que está dispuesta a discutirlo llegado el momento.
No alcanzó a decir que votaría en contra del proyecto de reforma electoral uñaquista. Pero sobrevoló la idea en la entrevista. Está claro que ella, junto a Juan Carlos y Leonardo Gioja, los tres legisladores del giojismo dentro del multitudinario bloque peronista de la Legislatura, no tendrían la capacidad de frenar la supresión de las PASO. Su eventual oposición significaría más desde lo político que desde otro punto de vista. En realidad estarían desnudando un quiebre hasta ahora no visto en Libertador y Las Heras, quedando dos años de mandato por delante.
Nótese el contraste. Seva apoyó enérgicamente el presupuesto 2022, que es medular en la cosa pública. Frente a ese asunto superior, lo electoral puede resultar periférico. ¿Vale la pena jugar a fondo pagando el costo de una fractura como no le sucede al justicialismo desde la destitución de Jorge Escobar en los años '90?
En principio, al diputado nacional José Luis Gioja no le agradaría la idea de chocar tan frontalmente. Le habría manifestado a Seva que la última opción sería la abstención, sin llegar al voto negativo. Por el momento la politóloga sostiene una postura más terminante. Se verá finalmente hacia dónde decanta el asunto. Ni siquiera se conoce la letra fina del proyecto de ley preanunciado por el gobernador.
El uñaquismo le reprocha al giojismo -a Gioja particularmente- no haberse encolumnado debajo de la conducción del legítimo presidente del PJ. Efectivamente, el pocitano ganó la interna partidaria del 15 de marzo de 2020 con el 70 por ciento del apoyo de los afiliados. La lista Lealtad Justicialista se quedó con el 30 por ciento restante, conformando una minoría que sigue referenciada en el diputado nacional.
La verticalidad es inherente al peronismo. Es un concepto asociado desde la génesis del movimiento el 17 de octubre de 1945: la lealtad. Ahí radica el nudo del conflicto. El uñaquismo le demanda al giojismo esa conducta partidaria. Pero pasaron cosas. El afecto se deterioró.
La frialdad entre unos y otros se pudo percibir en la campaña legislativa que pasó este año. Hubo acciones de uno y de otro lado, para afrontar una elección difícil. Unos privilegiaron el modelo San Juan. Los otros levantaron la bandera de Alberto y Cristina. Encontraron una avenida donde todos podían avanzar en el mismo sentido pero por carriles paralelos, sin rozarse. Esa receta no servirá para dentro de dos años, porque estará en juego el premio mayor: desde el sillón de Uñac hasta las 19 intendencias, más todos los cargos legislativos.
El giojismo sabe que sin primarias puede tener dificultades para presentar listas propias en toda la provincia. Fundamentalmente, si decide arremeter también por la candidatura a gobernador. Sabe además el giojismo cómo terminaría una interna partidaria. El antecedente de marzo de 2020 está todavía fresco y nada ha cambiado desde entonces. ¿Será momento de resucitar aquello de la 'unidad hasta que duela'?
Porque, más allá de las cuestiones internas está el frente externo: la sociedad con un bloquismo en ebullición y la oposición envalentonada luego de haber arrimado los porotos como nunca antes en 18 años. Si de algo sabe el peronismo es de pragmatismo. Lo dijo Juan Domingo Perón: son como los gatos, parece que se están peleando y en realidad se están reproduciendo. ¿Será?
JAQUE MATE