Es común en la actividad parlamentaria del mundo democrático, que los diputados y/o senadores negocien su voto por obras para sus respectivos distritos. Pasa en Estados Unidos, tantas veces mirado con reverencia desde este modesto rincón del Cono Sur. Pero pasa también en los recintos europeos, venerados por herencia de la colonia española. El próximo domingo los sanjuaninos y las sanjuaninas votarán por tres legisladores nacionales, luego de haber transitado una campaña que rara vez puso el acento en las grandes necesidades en materia de infraestructura. Y son muchas.

Un asunto crítico para esta provincia es el de la conectividad. Entrar a San Juan desde Mendoza por la Ruta 40 es no solo peligroso por el deterioro del pavimento, porque hay solo un carril de ida y un carril de vuelta, sino que es vergonzoso. Es la puerta de acceso y la carta de presentación para ese turismo atraído por bellezas naturales, servicios y eventos deportivos. 

Los cientos o ¿miles? de personas que arriben la semana que viene a la provincia para ver el partido entre Argentina y Brasil por las eliminatorias del mundial, vía Mendoza, se preguntarán si Messi y Neymar anduvieron a los saltos por ese asfalto. Tranquilo todo el mundo, las selecciones con seguridad aterrizarán directamente en el aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento, no en El Plumerillo. Bien por ellos.

Pero el abandono de la Ruta 40 entre Mendoza y San Juan igualmente queda a la vista de todos. Es inocultable. Vialidad Nacional tenía previsto licitar otra vez el tramo que va desde calle 8 hacia el sur, porque quedó ahí abandonado por parte de la empresa concesionaria original (Green SA). Pero ni siquiera concretando esa mejora -necesaria y bienvenida- se habrá resuelto el problema.

Entrar desde Mendoza a San Juan es una pesadilla que probablemente camioneros y colectiveros tengan naturalizada, de tanto transitar por esas huellas marcadas en el pavimento. No así el resto de los conductores.

Pero no es un tema de Ruta 40 sur solamente. La conexión hacia el norte a la altura de Talacasto y hasta Jáchal es directamente una trampa mortal. Sí, se inauguró recientemente la autopista que comunica Avenida Circunvalación con el puente de Albardón y fue un avance palpable, necesario para evitar nuevas muertes por esos cruces a nivel donde hubo tantos siniestros fatales. 

Pero costó tanto esa obra, por las desavenencias con el gobierno nacional anterior fundamentalmente, que pensar en mejorar todos los kilómetros que quedan asusta.

Entrar a San Juan por la Ruta 141 desde Chepes hasta Bermejo es también encomendarse a la buena suerte, porque hay largos tramos que, en el mejor de los casos, están tapizados de pozos y parches que invitan a reducir la velocidad o jugarse la moneda a cara o ceca.

Como es sabido, la Ruta 141 es una de las alternativas para ir y volver hacia Córdoba, ese camino que atraviesa la provincia de La Rioja y entra a San Juan por Caucete. Entrar a Córdoba por la Ruta 38, que empalma precisamente con el camino que sale de Bermejo, es un alivio porque el asfalto está en muy buenas condiciones. Al mismo tiempo es desmoralizante comparar el esfuerzo puesto por Vialidad Nacional en uno y en otro lado.

Entonces entrar a Córdoba es una experiencia placentera mientras, a la inversa, entrar a San Juan significa experimentar una aventura, adivinando qué pozo conviene 'tragarse', porque es menos profundo que otro. Normalizar esta diferencia es inaceptable. Enhonabuena que la rica y pujante provincia mediterránea tenga esas rutas y autopistas. No reclamar el mismo trato para San Juan sería admitir un serio problema de autoestima.

Esas rutas, por donde se ingresa a San Juan, no son parte de la campaña. El Frente de Todos tiene para exhibir la conclusión del Acceso Norte antes referido, en el tramo entre Circunvalación y puente de Albardón. No es poco, teniendo en cuenta que la obra se solventó en buena medida con recursos provinciales, mientras el gobierno de Mauricio Macri cortaba el financiamiento.

Dirán hasta el cierre de campaña, en el Frente de Todos, que tener línea directa con Nación permitirá siempre a la provincia obtener los favores de la Casa Rosada. Ojalá el sistema no funcionara como funciona y Vialidad Nacional empezara a tener una mirada federal en serio.

Dirá Juntos por el Cambio que los problemas viales y la postergación de San Juan son parte de la 'corrupción K'. Hablarán seguramente de Lázaro Báez, aunque todas las obras bajo investigación se ubiquen en Santa Cruz. Lo pondrán como ejemplo de los desvíos de recursos públicos para las valijas de unos pocos. El problema es que cuando le tocó gobernar a Mauricio Macri la gestión de Vialidad Nacional para San Juan fue impresentable, prácticamente abandónica. 

Está cantado que, en los pocos días que restan antes de la veda, la campaña se focalizará en la competencia de modelos, en ponerle un freno a la corrupción y en una cantidad de slogans bien amortizados. Muchas veces, frases hechas. Mientras tanto, seguirá la reverencia hacia los parlamentos de Norteamérica o Europa. A los candidatos hay que decirles: miren un poco más allá.


JAQUE MATE