Munisaga y Gramajo, la alianza menos pensada
El intendente electo de Rawson habló de llevar el modelo chimbero a su municipio. Puente virtual entre los dos últimos bastiones justicialistas del Gran San Juan.
Que Fabián Gramajo aprovechara el último día hábil de la gestión para presentar los patrulleros comunales recién comprados, fue entendible. Que Carlos Munisaga lo acompañara, como secretario de Estado de Seguridad, también. Pero que el acto se convirtiera en el lanzamiento de una alianza entre ambos, eso no estaba en los planes de nadie. Excepto de ellos dos.
'Esto es un modelo a seguir, el modelo que ha llevado adelante Fabián Gramajo', dijo el intendente electo de Rawson rodeado de micrófonos y cámaras. Cuando las definiciones son tan explícitas no hay espacio para las especulaciones. Queda todo a la vista. Es lo que sucedió este jueves en la plaza de Chimbas.
Tampoco fue espontáneo. Ni un rapto de afecto. Munisaga venía conversando con Gramajo durante los días anteriores, midiendo la conveniencia de un acercamiento estratégico. Si faltaba un empujoncito para acelerar el acuerdo, sucedió esta semana.
Fue una filtración publicada por el diario Huarpe el pasado lunes. Según esa versión, el uñaquismo cocina un triunvirato para bloquear el ascenso de Munisaga y Gramajo en la conducción del Partido Justicialista. La operación terminó de ponerlos a ambos del mismo lado.
Tanto Munisaga como Gramajo reclamarán su silla en la próxima mesa de autoridades del PJ. Llegarán con la autoridad territorial de haber ganado en sus respectivos distritos. A la postre, Rawson y Chimbas son los últimos bastiones del peronismo en el Gran San Juan: Santa Lucía y Rivadavia se volvieron impenetrables y Capital también se les escapó en 2023.
Con Marcelo Orrego en la Gobernación, la franja amarilla que corre de Este a Oeste podría irradiar hacia otros municipios también. Que Chimbas y Rawson estrechen lazos parece natural, frente al avance amarillo. Pero claramente hay otros factores en el medio, vinculados a la interna peronista. La inagotable interna peronista, capítulo mil.
Munisaga tendrá que afrontar una gestión altamente desafiante, debido al grado de abandono en que cayó Rawson. Este miércoles en el programa 'Es lo que hay' de Canal 13 anunció que le pedirá al Concejo Deliberante que declare la 'emergencia sanitaria' por 40 días. Básicamente esto significa tener amplias facultades de contratación para atender la situación terminal de los vecinos tapados de basura.
Limpiar las calles y mejorar los espacios públicos en general marcará un antes y un después para Rawson, pero ese será apenas el principio. A Munisaga le tocará, como al resto de los intendentes, transitar la estanflación garantizada por el presidente Javier Milei. Es decir, escalada de precios con caída de la actividad. Todo más caro, con menos recursos.
A este horizonte, Munisaga le sumará la particularidad de alternar con un gobernador de otro color político. Su fortaleza era funcionar en tándem con los 15 jefes comunales de la Agrupación San Juan por Todos, los peronistas y los bloquistas. Pero las fisuras aparecieron antes de asumir y ese conjunto original empezó a parir subdivisiones.
Luego de la demostración política de Munisaga, Gramajo tendrá un gesto de reciprocidad asistiendo a la asunción en Rawson este sábado.
Gramajo alteró el ánimo de algunos compañeros a lo largo de todo el año electoral. Primero, porque abandonó el uñaquismo para conformar fórmula con José Luis Gioja. Fue una bomba. Luego porque avanzó con su propia estructura, 'San Juan te quiero' y algunos entendieron que se estaba 'cortando solo'.
El chimbero nunca planeó abandonar el peronismo, mucho menos conformar su propio partido político. Pero sí busco tonificar su estructura para jugar de igual a igual cuando llegara la hora del reparto de posiciones en la nueva conducción del PJ.
Munisaga también tiene aspiraciones. Le tocó jugar una interna numerosa el 14 de mayo. Enfrentó a Mauricio Ibarra y a Juan Carlos Gioja, por citar dos pesos pesados del peronismo rawsino. Y ganó. Pero aquel resultado consumado será puesto a prueba. Está demostrado el poder de daño que tiene una interna irresuelta, con tan solo mirar el triste final de Rubén García.
Subordinarse no aparece en el GPS de Munisaga. Su acercamiento a Gramajo es evidencia empírica de que está dispuesto a dar batalla por la cuota de poder que le corresponde.
Para el ciudadano común, preocupado por la limpieza de sus calles y el costo de vida, esta disputa política pudiera no tener sentido. Pero lo tiene.
El peronismo quedó muy maltratado tras la derrota sufrida el 2 de julio. Y recibió el golpe de gracia con la caída del ballotage presidencial. Quien domine el partido a partir de ahora podrá plantarse como jefe de la oposición a Orrego. No están las cosas como para que ese poder recaiga en una sola persona. Pero es precisamente lo que está en discusión.
Los mandatos actuales en el organigrama justicialista vencerán en marzo del año próximo. Por lo tanto, la presentación de listas será en febrero. No habrá paz en el verano 2024. Y el que se quede afuera, perderá margen de maniobra para la otra discusión: la elaboración de listas legislativas de 2025 y finalmente, el proyecto para intentar regresar al gobierno en 2027.
¿Que falta mucho? No. En política los años son apenas un suspiro. El que se relaja, pierde. Munisaga y Gramajo lo entendieron hace rato.
JAQUE MATE