Hubo un cambio parcial. Casi insignificante. No será el Hotel Provincial el punto del encuentro público entre Sergio Uñac y José Luis Gioja esta semana, sino el Hotel Viñas del Sol. La fecha se ratificó. Será este jueves a las 10.30 horas. Significará el relanzamiento de una campaña decisiva para Unión por la Patria en lo nacional y para el peronismo en lo local.

El Hotel Provincial tenía una carga adicional, equivalente a una cábala, porque fue el escenario del lanzamiento del Frente Todos en 2019. Fue el primer lugar en consideración para esta ocasión, según una alta fuente del espacio justicialista. Sin embargo, la reubicación unos kilómetros hacia el Este terminará siendo irrelevante. Para Uñac y Gioja el hotel es lo de menos.

Sin ninguna estelaridad, Franco Aranda tuvo participación en la organización del evento. Le corresponde como presidente del Frente Renovador en San Juan. Es el hombre de Sergio Massa en la provincia. Sin embargo, su primer intento de centralizar la campaña y ponerse por arriba de la interna uñaquista-giojista salió mal.

El 13 de julio, la semana siguiente a la derrota sufrida en manos de Marcelo Orrego, Aranda convocó a todos los sectores involucrados en la campaña de la fórmula Massa-Rossi. Pero la respuesta fue discreta. Los líderes mandaron a segundas líneas. El mensaje quedó clarísimo. Nadie iba a subordinarse a la batuta de Franco. 

La prioridad entonces era dirimir la pulseada entre Uñac y Gioja. La enésima confrontación, esta vez por las candidaturas para el Congreso. Aranda y el massismo de paladar negro tuvieron que tragar saliva durante esta provincialización explícita de las PASO. Pagaron el costo de invisibilizar la cuestión nacional.

Llegaron las primarias y Uñac se quedó con la candidatura a senador. Pero no fue la noticia más destacada el 13 de agosto, sino la ola libertaria que barrió el país y también se sintió en San Juan. El fenómeno de Javier Milei terminó de allanar el camino a la unidad justicialista, aunque sea fabricada por la urgencia.

El mensaje de las urnas fue contundente. Si el escenario ya no está dividido en dos fuerzas mayoritarias sino en tres muy parejas entre sí, cualquiera se puede quedar afuera del balotaje y del Senado. En 39 días se terminará el misterio. Es el tiempo que falta para votar otra vez.

Para Uñac no hay lugar a cavilaciones. Necesita irremediablemente el aporte de los votos giojistas para alcanzar su banca en la Cámara Alta. Caso contrario, correrá el riesgo de entregar la gobernación el 10 de diciembre e irse a su casa. 
A Gioja ya le sucedió. En tres meses le dirá adiós a la Cámara de Diputados de Nación y quedará en el llano. Seguirá siendo una voz de referencia dentro del peronismo, por su impronta. Pero por primera vez desde 1987 no ocupará un cargo electivo.

Si ganara Massa las elecciones, Gioja podría ser convocado para alguno de los múltiples lugares de la administración pública argentina. Pero si el tigrense se quedara sin nada, todo el peronismo tendría que desalojar. Ya sucedió en 2015.

Para Uñac es imprescindible que Gioja acompañe. Para Gioja, es inevitable militar la boleta completa. En esa confluencia de necesidades estará sellada la unidad en una foto este jueves.

Interpretar que la alianza obedece a la necesidad de tener un cargo sería ingenuo. No es esa la lectura correcta de los hechos. Lo que está en disputa es el poder.

El poder del justicialismo está en vías de achicamiento en San Juan. La victoria de Orrego el 2 de julio inició la cuenta regresiva para la entrega del gobierno que estuvo durante 20 años en manos del PJ y sus aliados.

El peronismo también deberá desprenderse de la Municipalidad de la Capital, frecuentemente definida como la segunda gobernación por su valor simbólico, su estructura, visibilidad e índice de coparticipación.

Al justicialismo le tocará rearmarse como oposición por primera vez en décadas, con mayoría propia en la Legislatura y un par de municipios en el Gran San Juan. Despedirse también de la Casa Rosada agravaría más la situación.

No se trata solamente de contrarrestar la ola violeta, que puso a los candidatos de Milei en San Juan en el primer lugar. En términos individuales fueron los más votados el 13 de agosto. Para el PJ y aliados también será un desafío confrontar con Orrego.

El gobernador electo puso en funcionamiento la maquinaria para apuntalar a su candidata presidencial, Patricia Bullrich. La imagen de Orrego sigue siendo muy influyente en el electorado sanjuanino, a punto tal que hace un mes logró imponer a Horacio Rodríguez Larreta en las PASO, a contrapelo de lo que sucedió en el resto del país.

Entonces para el justicialismo local hay dos flancos que atacar. Uno es el libertario, por el arrastre de Milei. El otro es Orrego, por su propio caudal. El margen para prolongar la interna peronista se agotó.

No obstante, la foto de unidad este jueves será apenas el primer paso. Un importante dirigente -externo al uñaquismo y al giojismo- advirtió off the record que una selfie no alcanzará para resistir el embate. A los flashes habrá que sumarles trabajo territorial efectivo, poniendo en pausa las viejas facturas. Después del 22 de octubre habrá tiempo para ponerse al día.

Entonces está claro. Para Uñac y Gioja el hotel es lo de menos.


JAQUE MATE