Si algo caracterizó históricamente al bloquismo, desde su fundación hace 105 años, fue el pragmatismo. Así Federico Cantoni supo entenderse con Juan Domingo Perón, Leopoldo Bravo con Raúl Alfonsín, Wbaldino Acosta con Eduardo Duhalde y Leopoldo Alfredo Bravo con Néstor y Cristina Kirchner. Ese rasgo genético del partido de la estrella empieza a marcar el fin de la relación con Alberto Fernández.

El dato no es novedoso, por cierto. Solo la confirmación de la candidatura presidencial de Sergio Massa podría seducir nuevamente a los bloquistas. Y para que eso ocurra todavía debería pasar el milagro económico que no se vio. Esencialmente, parar en seco la inflación. Mientras tanto, la imagen del gobierno nacional sigue en caída libre y los correligionarios están recalculando.

En principio, están resueltos a competir con lista propia de senadores y diputados nacionales en el segundo semestre del año. Esto les permitiría recuperar autonomía de los socios mayoritarios del frente oficialista. Volver a poner una boleta con la estrella impresa, como no sucede desde el 23 de octubre de 2005. En aquel comicio, la fórmula fue Juan Gilberto Maratta-Alfredo Castillo.

Pragmáticos de cuna, más bloquistas piden despegarse de Alberto
El último voto bloquista para el Congreso Nacional fue en 2005

Si intercalar nombres con el peronismo como sucedió desde 2007 en adelante no les garantizará en absoluto conservar la banca que dejará Graciela Caselles el próximo 10 de diciembre, entonces parece razonable perder compitiendo en nombre propio y no diluidos en una lista prestada. Ese es el razonamiento que gana terreno por estos días.

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Sergio Massa saludó a Graciela Caselles esta semana en el Congreso

En cualquier caso, se trata de una cuestión a resolver en el segundo semestre. ¿Por qué anticiparse tanto si mucho antes llegará la elección provincial el 14 de mayo? Bueno, aparentemente una cosa está ligada a la otra. Mucho más de lo que podría imaginarse.

Lo dijo un importante dirigente del bloquismo, que tendrá que medirse este 14 de mayo con otros rivales peronistas en uno de los 19 municipios. En las caminatas y el contacto cotidiano con los vecinos, advirtió el fuerte malestar con la Casa Rosada y el efecto contagio que tiene ese malhumor con el justicialismo de San Juan, sin separar demasiado la órbita nacional de la provincial.

Es y será un desafío importante para los candidatos peronistas sacarse de encima la mochila albertista y poner en valor el 'modelo San Juan', como de hecho están militando al unísono desde que Sergio Uñac lanzó su candidatura. Pero los bloquistas no están obligados a soportar la pesada carga. Saltó el ADN pragmático que le dio una lógica histórica al partido fundado por los hermanos Cantoni.

Por lo tanto, desde ahora hay un sector muy cercano al presidente del bloquismo, Luis Rueda, que está pidiendo tomar distancia del peronismo al menos desde lo discursivo. Entienden que podrían crecer en votos si logran apartarse lo suficiente de la grieta. Paradójicamente, una estrategia semejante terminaría colaborando con Uñac, gracias a la Ley de Lemas. Todos los candidatos bloquistas aportarán a la sumatoria del sublema que encabeza el gobernador.

Entonces plantear desde ahora la autonomía bloquista para el segundo semestre buscaría un impacto inmediato en las elecciones provinciales. El peronismo seguirá fuerte en los sectores que siempre lo acompañaron. Los amigos correligionarios tendrán que pescar en otra pecera. Y, valga la reiteración, terminarán favoreciendo a Uñac si logran abrir un poco el juego.

De uno y de otro lado de la grieta manejan sondeos similares que hablan de una carrera muy pareja, cabeza a cabeza. Por lo tanto, cada punto importará mucho para definir.

Este jueves en Banda Ancha el concejal bloquista Walter Vazquez empezó a caminar por ese sendero. Es candidato a intendente de Rivadavia y tendrá que coexistir con figuras muy potentes del justicialismo: desde Alejandra Venerando hasta Francisco Guevara y Marcelo Delgado. Todos irán pegados a la boleta de Uñac. Por el giojismo competirá Facundo Perrone. Y todos terminarán sumándose recíprocamente para intentar quedarse con el municipio que ganó Fabián Martín en 2015 y supo defender hasta ahora.

Vazquez habló de un gran pacto político para salir de los problemas crónicos como la inflación. Rechazó estigmatizar a los macristas por un lado y a los kirchneristas por el otro. Su punto de vista sintonizó finamente con esta estrategia de aligerar la mochila, tomar distancia de la Casa Rosada. Son bloquistas, no tienen ningún deber de pertenecer. Conservan el excelente vínculo con Uñac. En lo nacional, están muy cerca de barajar y dar de nuevo. ¿Por qué esconderlo si podría servirles el 14 de mayo?

Rueda viene escuchando hace tiempo los planteos internos de cortar lazos con el albertismo/cristinismo. El sector de los disidentes que se fueron con Enrique Conti y luego volvieron al partido quedó referenciado en la vicepresidenta Laura Adámoli. Ella nunca ocultó su antipatía por el gobierno nacional, pero guardó las formas. Ese recato siempre tuvo fecha de vencimiento y está muy próxima a cumplirse.

Sin embargo, Rueda abriga la expectativa de que Massa pueda restaurar el vínculo. Ya se analizó en esta misma columna el miércoles 22 de febrero. Si el ministro de Economía fuera candidato presidencial, podría reunir el consenso de la mayoría de los sectores del bloquismo. Incluidos los anti-k, como Adámoli.

La relación de Massa con el Grupo Eskenazi podría allanar las voluntades, teniendo en cuenta que Adámoli es la presidenta de la Fundación Banco San Juan. Solo falta un detalle no menor: atajar la inflación. Si el milagro fuera posible, tendrá impacto en la sociedad bloquista-justicialista. Economía y política, política y economía, siempre fueron dos caras de la misma moneda.

JAQUE MATE