Sin haber anunciado nada aún, Rodolfo Colombo siempre fue el candidato cantado de Juntos por el Cambio para la Capital. Una curiosidad montada en la contundencia de los números: de todos los referentes opositores, él arranca con la intención de voto más importante. Sin embargo, nunca estuvo en los planes quedarse con la exclusividad del espacio. 

La Ley de Lemas pide diversificar las candidaturas para sumar todo cuanto sea posible. Esa competencia interna siempre tendrá efectos secundarios. En el fragor de la batalla, las esquirlas pueden provocar daños imprevistos. Incluso entre colegas del mismo espacio.

Colombo y sus más estrechos colaboradores contaban con una gran interna cambiemita. Se entusiasmaban con una decena de nombres en carrera. Sí, diez candidatos y candidatas para acumular una cantidad de votos amenazante para Emilio Baistrocchi. Pero ese borrador se fue deshaciendo con el paso de las semanas.

El jueves pasado un operador actuarista se mostró preocupado por la pasividad de otros dirigentes que habían amagado con anotarse en la carrera. Algo no andaba bien. Se estaban echando para atrás o estaban recalculando los movimientos. Un día después Susana Laciar confirmó su postulación con el patrocinio político de Marcelo Orrego. Puro Producción y Trabajo de paladar negro.

Colombo estaba esperando a Laciar porque era la segunda opositora que aparecía en los sondeos previos, todavía lejos suyo pero con cierta ventaja sobre cualquier otro orreguista. Que la diputada nacional se anotara en la contienda era una buena noticia, porque significaba un aporte interesante a la sumatoria de los sublemas.

Sin embargo el anuncio de Laciar vino con efectos secundarios. Uno de ellos es que su candidatura podría devorarse a muchas otras de aquella línea de largada de 10 aspirantes. Con la figura de Orrego de por medio, la diputada nacional puede presentarse como 'la candidata'. Por lo tanto, podría atraer a otras fuerzas asociadas y convertir la interna de Unidos por San Juan en una divisoria de aguas. Están con ella o están con Colombo. Y viceversa.

Por supuesto el orreguista Guido Romero declinó sus aspiraciones y se puso a trabajar para Laciar. El bloquismo disidente también habría tomado una decisión semejante, bajando a Enrique Conti de las especulaciones previas. Y puntos suspensivos para Dignidad Ciudadana, desde donde Gustavo Fernández había asomado con aspiraciones.

¿Todos contra Colombo? Sería un exceso en el análisis. Una lectura apresurada. Lo cierto es que al líder de ACTUAR debería interesarle que Laciar se instale con potencia y no sea una mera candidata testimonial. Si él considera que puede sostener su ventaja, entonces cada voto que logre la diputada nacional terminaría jugándole a favor suyo. 

La pregunta es, hablando de efectos secundarios: ¿son muy diferentes los votantes de Colombo y los de Laciar? ¿O son tan parecidos que, cada punto que suba Laciar podría significar una resta para Colombo? 

Vale la misma reflexión que se proponía en esta columna el lunes para la interna del peronismo en Rawson. Si uno asfixia al otro, entonces pierden ambos. La Ley de Lemas solo funciona si cada quien logra hacer su mayor aporte para la sumatoria final. Entonces sí, a Colombo debería interesarle que Laciar sea competitiva. Siempre y cuando el crecimiento de ella sea acotado y no amenace su liderazgo. Esa es otra historia.

Laciar pasó este lunes por Banda Ancha y dejó una serie de conceptos claros, demostrando que empezó la campaña en serio. Fundamentalmente, que no está sola.

Habló del eje Este-Oeste, de sumar a Capital al corredor que empezó en Santa Lucía con Marcelo Orrego y luego se extendió hasta Rivadavia con Fabián Martín. Se identificó implícitamente con esa cuna basualdista, como miembro fundadora de Producción y Trabajo.

Evitó confrontar con Colombo, aunque la tensión entre ambos sea natural. Viene desde 2021, cuando el líder de ACTUAR archivó sus aspiraciones para el Congreso Nacional, le dejó la candidatura exclusiva a Laciar y lo hizo como una apuesta a la continuidad del frente en 2023. Ahora sí van a medirse entre ambos.

'Rodolfo es un histórico dirigente que se ha presentado tanto en la Capital como en la provincia. Seguramente tenemos distintas miradas, distintas formas de comunicar', dijo Laciar este lunes en Canal 13. Comparten espacio pero no son iguales, sería la síntesis. Con algo de malicia podría interpretarse que la diputada nacional le facturó a Colombo la veteranía como candidato. Él prefiere hablar de perseverancia.

'Somos una gran familia que seguramente tenemos distintas miradas', insistió Laciar. Con el correr de los días tendrán que visibilizar esos matices si es que quieren agrandar la torta de Juntos por el Cambio, hoy denominado Frente Unidos por San Juan.

Laciar también tuvo alguna mínima crítica hacia Baistrocchi. Apenas cuestionó la oportunidad de refaccionar la Plaza 25 de Mayo y demandó planificar las inversiones escuchando más a la gente. Pero claramente su foco estará puesto en lo nacional. Asoció a este gobierno provincial y municipal al 'modelo' que 'no respeta las instituciones'. 

Era una muletilla esperable, en un contexto de grieta y polarización extrema. Del otro lados también habrá municiones. Si Sergio Uñac y Emilio Baistrocchi cargan con el kirchnerismo/albertismo, Marcelo Orrego y Susana Laciar tendrán que asumir la mochila macrista. Hay un factor común a ambas polaridades. Las dos tienen fuertes núcleos de adhesión. Las dos tienen feroces rechazos también.

Pero, aunque esa sea la pelea de fondo, en simultáneo estará la otra: la interna y propia de cada frente. La pulseada entre Colombo y Laciar puede resultar particularmente atractiva, porque pone en juego algo más que un resultado electoral. Es una disputa de poder.

JAQUE MATE