Los sanjuaninos y las sanjuaninas están en riesgo. En peligro. Por estas horas los casos diarios de Covid 19 siguen cayendo y es una buena noticia. Pero como tantas otras veces, esa verdad tiene dos caras. Si por un lado la provincia transita por una tregua momentánea con la pandemia, por el otro esta curva de contagios solo puede volver a subir. No es tremendismo, ni pesimismo gratuito. Hay datos contrastables que encienden la luz amarilla. 

El viernes pasado la médica Claudia Noriega, a cargo del principal centro de hisopados de la provincia, montado en el Estadio Aldo Cantoni, fue certera. Consultada por Canal 13 en el lugar, dijo que hay menos personas cada día para testearse y eso es evidente. Basta pasar por la zona para verificar que se redujeron considerablemente las larguísimas filas que alguna vez llegaron al Auditorio Juan Victoria. Pero Noriega dijo también que el índice de positividad sigue siendo elevado. El mismo de siempre. El virus está ahí.

Un panorama muy parecido se reveló este martes en el Centro de Adiestramiento René Favaloro, punto multitudinario que atiende a Rawson y a toda la zona sur del Gran San Juan. Allí la médica Lidia Alonso coincidió con el diagnóstico de su colega del Aldo Cantoni. Notaron una baja en la cantidad de personas que piden hisoparse. Después de alcanzar un pico de 450 pacientes sospechosos por día, se estabilizaron en unos 300. Sin embargo, el índice de positividad no se movió un milímetro. Es el de siempre. El germen sigue ahí.

El domingo pasado se cumplieron dos semanas desde que terminó el confinamiento estricto por 9 días. Eso es claramente lo que está sucediendo: apenas se está visibilizando el efecto de haber cortado la cadena de transmisión viral. Se refleja tanto en los casos diarios como en la progresiva liberación de camas críticas, que todavía está muy elevada pero tiende a la baja. Ingresan menos pacientes, por un lado. Y muchos de los que estaban graves están muriendo. Así de cruel. Ambos factores están contribuyendo al alivio de las terapias intensivas.

Sin embargo esta tregua momentánea es producto de una intervención humana. Es artificial. Solo se consiguió con el parate de 9 días consecutivos. El virus sigue dando vueltas y las temperaturas están bajando. El invierno apenas está a punto de comenzar. En un par de semanas debería medirse el impacto de la salida del confinamiento, el regreso de la actividad comercial, gastronómica, escolar, deportiva y, en consecuencia, la mayor utilización del transporte público.

La curva eventualmente volverá a subir. Esta afirmación no proviene del arte de la adivinación sino del antecedente. A esta película ya la vieron en el Hemisferio Norte. Así anotaron tres, cuatro y hasta cinco olas. Parece bastante sensato esperar un comportamiento semejante aquí en el otro extremo del globo terráqueo.

Por eso en Argentina se imitó el esquema de confinamientos intermitentes diseñado en Europa. Serán acotados, puntuales, focales, como el de fines de mayo. Vendrán más, irremediablemente. La primera gran preocupación será otra vez la economía, el daño en las pymes, en el empleo, en los cuentapropistas.

También duele la educación. Sin embargo las vacaciones de invierno adelantadas y extendidas le pondrían un manto de piedad al asunto. Después se verá en agosto cómo sigue el panorama. Desde ya el 2021 ha sido un poco más productivo que el 2020. En burbujas, día por medio, con algún sobresalto, aún así esa cuota de presencialidad hizo la diferencia. Hay total coincidencia entre las autoridades ministeriales y las cúpulas sindicales.

Es una carrera contra el tiempo. Resistir mientras se acelera la vacunación. Esta semana llegaron más de 21.000 dosis de AstraZeneca y fundamentalmente el segundo componente de Sputnik V, la más deseada, la más demorada también. El objetivo es alcanzar lo más rápidamente posible la inmunidad de rebaño, alcanzando al menos a 7 de cada 10 habitantes de esta provincia. Y de este país.

Mientras tanto, el fin de semana pasado la policía desbarató seis fiestas clandestinas. Desde juntadas de amigos hasta cumpleaños familiares. La reunión más numerosa tuvo ¡50 invitados! En total fueron demoradas unas 140 personas. ¿Alguien supone que esas fueron todas las reuniones sociales de San Juan, llevadas a cabo entre las sombras? De ninguna manera. No alcanzaría la totalidad de la fuerza de seguridad para poner orden. Es nuevamente una cuestión de decisión personal.

La libertad ha sido dañada. Más allá de la pavada que dijo Alberto Fernández sobre que los argentinos 'vinimos en los barcos', en esa charla con el presidente español Pedro Sánchez, reconoció otra cosa: los gobiernos progresistas y/o de centroizquierda están yendo en contra de su propia ideología al restringir, al confinar. Pero son los tiempos que tocan. La única medida efectiva hasta que haya avanzado lo suficiente la vacunación es el encierro inteligente, acotado, selectivo.

Y si alguien todavía tiene dudas, están los números a la vista. Los contagios cayeron, las camas empezaron a liberarse. Y el peligro sigue latente.


JAQUE MATE