Una semana de dientes apretados
Comienza este lunes una nueva etapa en la "cuarentena administrada". Uñac aclaró que será una "prueba piloto". Una enorme oportunidad, al límite del riesgo.
Los sanjuaninos y sanjuaninas tendremos a partir de este lunes una enorme oportunidad, al límite del riesgo, al comenzar una nueva etapa en la "cuarentena administrada", que permitirá algunas flexibilidades de trabajo, por primera vez luego de un mes completo de confinamiento domiciliario.
No ha pasado el peligro de contagio. Por el contrario, ni siquiera ha empezado, teniendo en cuenta que la provincia aún no tuvo señales de circulación viral comunitaria. Entonces, cabe preguntarse si abrir el grifo de las salidas podría generar un impacto severo en la exitosa curva aplanada. Si esta decisión puede implicar un desvío, cuando todavía no se sabe a ciencia cierta cuál es el punto de destino. Ni cuándo habremos llegado.
Sin embargo, más allá de los temores, legítimos, fundados, hay otro conflicto que se cuenta en billetes. La economía llegó al extremo de la asfixia. Sin producción no hay trabajo, sin trabajo no hay salarios, sin salarios no hay consumo, sin consumo no hay recaudación, sin recaudación no hay Estado. El sistema es un tanto más complejo, pero esta mínima descripción ayuda como esquema.
La economía encendió la luz amarilla. Argentina viene de cuatro años de indicadores negativos, sobre todo los sociales. El gobierno de Mauricio Macri dejó más pobres e indigentes que los que encontró cuando comenzó la gestión de Cambiemos. Más del 50 por ciento de la capacidad industrial ociosa, por la brutal caída del consumo. No cabe abundar en detalles acerca de la situación en que terminó el país a fines de 2019 porque son bastante conocidos.
En medio de la tempestad, la provincia logró sostener sus números con tremendo esfuerzo. Pero no fue gratuito. Lo hizo, a costa de sacrificar recursos propios en sustitución de los nacionales que dejaron de llegar.
En consecuencia, San Juan esperaba que con el inicio del nuevo gobierno y su promesa de reactivación de la economía a través del consumo, la producción y el empleo, más la renegociación con los acreedores de la deuda pública, hubiese un alivio en el mediano plazo. Un par de años a lo sumo, para empezar a ver los resultados positivos.
Pero, como el resto del planeta, nadie contaba con que explotaría una pandemia semejante al Coronavirus, con un nivel de contagios y una tasa de letalidad en grupos vulnerables que provocan pánico. La economía tuvo que ponerse en pausa. La política resolvió que era momento de priorizar la vida humana, sin medir el costo. ¿Cuánto vale la Salud Pública? Aunque parezca insensato, hay quienes en otras naciones se atrevieron a ponerle precio al gasto sanitario. No fue el caso de Argentina.
Sin embargo, el camino escogido por el presidente Alberto Fernández también tuvo su flanco débil. La cuarentena nació condenada a toparse, más temprano que tarde, con la cruel realidad de los recursos. Entonces hubo que flexibilizar, no el distanciamiento social, sino el criterio. No son tiempos de decisiones absolutas.
Esta semana que comienza está marcada precisamente por una escala de grises muy regulada y ensayada en simulacros que se llevaron a cabo en el Comité de Emergencia Covid-19 de San Juan. Sin embargo, como toda prueba piloto, recién ahora saldrá del laboratorio y se enfrentará con la realidad. Al cabo de los días se podrán conocer a ciencia cierta todos los cabos sueltos. Esos pequeños o grandes detalles que nadie hubiera imaginado y que recién aparecieron cuando se echó la máquina a andar.
Seguirá estando, indefectiblemente, la vida por encima de la economía. Porque sin la gente, no hay economía posible. Será también una semana para tener los dientes apretados. Y el barbijo puesto en todo momento.
JAQUE MATE