Uñac y la luna de miel
Hay clima de guerra. No en San Juan, donde oficialismo y oposición siguen sosteniendo una duradera luna de miel. Pero el espejo nacional alcanza para anticiparse.
Hay clima de guerra. De batalla. No en San Juan, por el momento, donde oficialismo y oposición siguen sosteniendo una duradera luna de miel que comenzó en el momento mismo en que llegó la pandemia. Pero sí se respira la tensión a nivel nacional, donde la grieta se metió con la política sanitaria hasta el borde del absurdo. Donde la ciencia misma fue puesta en tela de juicio sin más argumentos que la militancia del hartazgo social.
'Estamos en un momento de alto riesgo colectivo', dijo la ministra de Salud, Carla Vizzotti, este lunes por enésima vez. Fue al momento de anunciar una serie de inversiones en infraestructura sanitaria en distintas provincias argentinas. Entre ellas San Juan.
La aparición de cinco gobernadores al lado del presidente Alberto Fernández en esa conferencia virtual tuvo doble lectura. Por un lado, cada uno se refirió a la inversión que recibirá su distrito. En el caso de San Juan, unos 700 millones de pesos para construir un hospital de referencia en Calingasta. Tendrá 5.200 metros cuadrados.
Pero por otro lado, más allá de la infraestructura, la ceremonia virtual permitió mostrar ese otro país que queda afuera de la avenida General Paz, que es mayoritario en extensión y en población también. Que pone en contexto las medidas restrictivas aplicadas al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como lo que son: focales, temporales y dirigidas a frenar la escalada de contagios para aliviar la demanda de camas críticas.
Después de un domingo ruidoso en las puertas de la Quinta de Olivos, con cacerolas por las clases presenciales, la imagen de este lunes permitió visibilizar ese otro país donde la realidad sanitaria es bastante diferente por el momento y donde las condiciones de circulación y escolaridad siguen inalteradas, de acuerdo a la nueva normalidad.
'Queremos acompañarte en cada una de las medidas que estás tomando en lo sanitario', dijo el gobernador Sergio Uñac, en un gesto explícito de respaldo frente a la disputa judicial y política que enfrenta la Casa Rosada con el Gobierno Porteño. En realidad, la oposición tiene una gama de líderes que todavía tienen pendiente su ordenamiento. Hay una suerte de competencia abierta para ver quién dirige a quién.
Está naturalmente Horacio Rodríguez Larreta, con el poder indiscutible que le confiere su cargo. Pero también está vía Twitter el ex presidente Mauricio Macri. Y también está la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, poniéndole el cuerpo a las protestas de los indignados. Más moderada pero igualmente presente está la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, quien recientemente presentó su libro. La verticalidad por ahora no aparece. Son varias cabezas que en algún momento tendrán que dirimir su organización.
Pero ese es un tema secundario. Fernández atraviesa por una instancia crucial. En plena segunda ola de contagios, hubo una rebelión contra el retorno a las clases virtuales por 10 días hábiles. La suerte del gobierno y su política sanitaria parecía destinada a resolverse en los alrededores del Obelisco. Era prudente abrir el panorama y recordar, aunque sea por una vez, que la Argentina es bastante más extensa.
Fue así que apareció Uñac en escena. También su par neuquino Omar Gutiérrez, la santacruceña Alicia Kirchner, el santafecino Omar Perotti, y finalmente el bonaerense Axel Kicillof. Todos hablaron de salud, por supuesto. Pero fundamentalmente engrosaron la trinchera oficialista en este tiempo de tensión. En este clima de batalla.
Fernández habló de la gobernadora que 'se jactaba de no construir más hospitales'. Reivindicó la reconstrucción de un sistema de salud 'que estaba totalmente diezmado'. Y el logro palpable de que a ningún argentino o argentina 'le faltara atención médica'. Para algunos será poco. Si son mayoría o minoría, eso se resolverá no por encuestas, sino directamente en las urnas.
Paralelamente este lunes en Banda Ancha habló en exclusiva el ministro de Ciencia de Nación, Roberto Salvarezza. Fue una oportunidad poco frecuente, la de conversar mano a mano con un miembro del gabinete albertista, para un canal de televisión provincial. Doble valor entonces.
Salvarezza, que tiene perfil científico indiscutible, entendió que no por ello hay que despreciar la política. Son tiempos de mucha política. Porque los argumentos del laboratorio, lamentablemente, pueden resultar insuficientes en el fragor del combate. Recordó que un sector de la oposición desde el comienzo de la pandemia incitó a la quema de barbijos, a desafiar la cuarentena, a desconfiar de la vacuna Sputnik V alegando que era un veneno.
'Cuesta entender esto. Es una actitud poco inteligente, poco racional, ponerse del lado de los sectores antivacunas y después decir que faltan vacunas. Es una contradicción permanente', dijo Salvarezza. Sin embargo, cuando gana la fatiga social basta una chispa para encender la protesta. Está sucediendo.
El ministro de Ciencia de Nación también habló de las elecciones legislativas que vendrán en el segundo semestre. 'Hay mucho en juego. Necesitamos que la ciudadanía acompañe a este proyecto', sostuvo sin falsos pudores.
Uñac volvió a subirse a la política nacional este lunes. Todavía no le tocó tener que cerrar la economía. Por el contrario, recibió al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para inaugurar un horno calero. Tampoco le tocó aún frenar las clases presenciales, porque la curva epidemiológica sigue moderada. Pero de un momento a otro, todo puede cambiar. Es la volatilidad propia de la pandemia nefasta que agobia al planeta.
La luna de miel con la oposición entonces puede llegar a ser una circunstancia. El espejo de lo nacional alcanza para anticiparse.
JAQUE MATE