'Cristina y Néstor no son peronistas', sentenció Pepe Villa esta semana en Banda Ancha. Un provocador con derecho a provocar. Se lo ganó con historia militante. Con sus matices y claroscuros. Su jerarquía dentro del PJ no necesita cargo partidario. Por eso retumbó su repentina afinidad con la vicepresidenta de la Nación. Dijo que 'estuvo bien Villarruel visitando a Isabelita'. Habrá que detenerse en esta coordenada. Esto también está pasando en el caos justicialista.

Un dirigente nacido en el peronismo que hoy milita en las filas de La Libertad Avanza dijo, en una charla reservada, que lo que hoy sucede en el PJ se parece bastante al '83. Tras la derrota de Ítalo Luder con Raúl Alfonsín hubo un desparramo. Cuarenta años más tarde los herederos del General no le encuentran la receta a la unidad.

Así reapareció en escena Cristina, con su vocación de poder intacta, con un núcleo duro dispuesto a seguirla a muerte, pero también con un sector interno que la rechaza. En San Juan está sucediendo, sofocadamente. Tanto Sergio Uñac como José Luis Gioja se acoplaron de inmediato al operativo clamor para que Ella sea la nueva conductora del PJ. Pero hacia abajo hay dudas. Muchas dudas. Incluso en las primeras líneas que secundan tanto al senador como al ex diputado nacional.

Ninguno se atrevió hasta ahora a cometer un acto de desobediencia. Pero en privado arde el Whatsapp. En cambio Villa, que no necesita pagarle peaje a nadie, salió a jugar con peso específico propio. Su manifestación crítica contra Cristina y Néstor no debió sorprender porque él nunca fue kirchnerista. De ahí a mostrarse interesado en Villarruel hay una distancia respetable. Aparentemente no es el único dispuesto a observar esa alternativa.

Para Villa, la vicepresidenta es 'inescrutable'. Efectivamente lo es. Pero su foto con María Estela Martínez de Perón en España, estratégicamente difundida el 17 de octubre, fue una maniobra explícita. Que tenga a su lado a Claudia Rucci, hija del sindicalista asesinado por Montoneros, encaja perfectamente con el perfil que está construyendo Victoria.

Victoria Villarruel on Twitter / X

Para muchos peronistas será inaceptable siquiera cruzar una palabra con Villarruel, por su afinidad con los represores condenados y su oposición a los juicios de la verdad. Pero para otros peronistas puede ser una opción potente, tal vez un último recurso frente al empoderamiento cristinista en el PJ.

Villa habló en nombre propio, por supuesto. Pero su discurso está enhebrado con lo nacional y con lo local. No actúa como una máscara suelta en un corso. Todo lo contrario. En Banda Ancha defendió 'la organización' como respuesta imprescindible para los tiempos que corren.

Criticó severamente a Javier Milei y su modelo de ajuste. Pero defendió al ala dialoguista de la CGT que integra, entre otros, el jefe de UPCN nacional, Andrés Rodríguez. El referente de los estatales se pronunció a favor de Ricardo Quintela. Es decir, en contra de Cristina. Huelgan mayores aclaraciones, ¿verdad?

Villa está actuando en sintonía con esta postura nacional. Pero también hizo su parte en lo provincial cuando regresó a la CGT de Eduardo Cabello. Hubo reconciliación después de largos años de enfrentamiento.

¿Qué cambió? Un par de cosas. La primera fue que el PJ perdió el poder en San Juan después de 20 años y hoy les toca reagruparse. La segunda fue que Cabello tomó distancia de Uñac. En especial, después del parteaguas que significó la postulación de Cristina a la presidencia del partido.

Cabello responde directamente a su referente nacional, Gerardo Martínez, quien, al igual que Rodríguez de UPCN, integra el ala dialoguista de la CGT. Para Villa este comportamiento blando con la motosierra libertaria tiene un justificativo: mejor negociar los términos de la flexibilización laboral antes que nada. Para los sectores más radicalizados este fundamento será solo una defección.

La fisura de la CGT es la fisura del peronismo. ¿Es realmente inaceptable Villarruel para este justicialismo antiK? Por ahora es una pregunta que orienta el análisis. Entre Villa y Villarruel hay solo una sílaba de diferencia. Toda una metáfora de esta página que todavía se está escribiendo.


JAQUE MATE

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