Enrique Eskenazi no es sanjuanino, pero es un apellido íntimamente relacionado con San Juan. Porque este empresario que se inició en el rubro de la construcción, produjo su gran salto desde la compra del paquete mayoritario del Banco San Juan y desde allí se proyectó a otros tres bancos provinciales: los de Santa Fé, Entre Ríos y Santa Cruz. Todo esto ante de dar otro salto a las grandes ligas con la frustrada compra de YPF de la mano de los Kirchner. 

Pero ese mal paso parece haber quedado en el recuerdo porque Eskenazi figura en el puesto número 12 del último ranking de la Revista Forbes de los 50 argentinos más ricos (https://www.forbesargentina.com/50-argentinos-mas-ricos/) con una fortuna de nada menos que 1.300 millones de dólares, lo que lo convierte holgadamente en el “sanjuanino” que más debería aportar al fondo que está siendo elaborado por diputados del PJ para paliar las consecuencias económicas del coronavirus.

Igual, no sería el único. El paper que ha ganado la calle sobre el impuesto Patria –así llamado por los legisladores oficialistas que lo fogonean, como Máximo Kirchner o Carlos Heller- indica que sería un pago excepcional a las grandes fortunas del país. Pero establece que el mínimo imponible serían los 10 millones de pesos sobre personas físicas o jurídicas, a abonarse por única vez como complemento del Impuesto a los bienes personales.

Ese piso de $10 millones haría que no sólo sean las grandes fortunas las que deban aportar, por lo que aparecieron algunas advertencias para no incluir a la clase media. Tanto ese mínimo que sólo trascendió extraoficialmente como la condición de personas físicas o jurídicas (hay quienes cuestionan que se grave a las empresas), serán materia de debate parlamentario luego de que se conozca el proyecto en el Congreso esta semana.

Lo que parece seguro es que habrá muchos sanjuaninos alcanzados por el impuesto por única vez, pensado como una manera de compensar la caída de la recaudación nacional y que, además, será coparticipable con las provincias. Esta modalidad de fijar impuestos excepcionales a la riqueza tampoco es una novedad en la Argentina sino que también está siendo considerada tanto por otros países como por entidades como la Unión Europea.

Lo que sí está claro es que Eskenazi será el empresario con intereses en San Juan que más deberá aportar si es que el impuesto prospera. Tampoco está claro que deba hacerlo por el monto de su fortuna que le calcula la revista Forbes, con datos del 2018 que es la última que se conoce. Si el impuesto es sobre Bienes Personales, se deberá calcular sobre lo efectivamente declarado en el país, exceptuando si hay depósitos en el exterior no declarados o paraísos fiscales.

Eskenazi es el dueño de casi el 70% de las acciones del Banco San Juan, cuyo capital comparte con otros empresarios de la provincia y con el Estado provincial, que participa en un 18%. Es la entidad crediticia con la que opera la provincia en todas sus cuentas, y la que le permitió el gran salto a Eskenazi en el rubro bancario, proveniente de la construcción, donde había adquirido el paquete principal de la empresa en la que trabajaba: Petersen, Thiele y Cruz.

Desde el Banco San Juan se proyectó hacia otras provincias, la primera de ellas Santa Cruz. Allí se quedó con el banco provincial, donde conoció a los Kirchner y protagonizó el episodio de los fondos que el entonces gobernador recibió de la Nación por regalías petroleras.

Hasta convertirse en la cara de la búsqueda de nacionalización empresaria de los Kirchner, cuando fue respaldado en la compra de la mayoría de la petrolera estatal YPF a la española Repsol mediante un acuerdo para pagar las acciones con las utilidades de la misma empresa. La experiencia terminó en de manera controvertida cuando el grupo Eskenazi debió retroceder, e incluso sus acciones terminaron en un grupo inversor que luego demandó al país con los fondos buitres.

Todo esa parábola se dio hace varios años, pero el Grupo que desarrollo don Enrique y piloteó luego su hijo Sebastián pudo recuperarse, al punto de figurar en Forbes de 2018 en el puesto 12. Además del banco, el Grupo Eskenazi desarrolló en San Juan un polo turístico y vitivinícola en Zonda, donde produce uva con la que elabora sus vinos Xumek, que conduce su hijo Ezequiel.