La siesta más movida que vivió Valle Fértil
Hace una década, el helicóptero en el que viajaba José Luis Gioja y otros funcionarios se precipitó. Vecinos del departamento, que presenciaron este momento, recordaron cómo fue ese día trágico.
La polvareda, los chispazos, los gritos de desesperación y las corridas de cientos de curiosos, hicieron que la siesta vallista, del 11 de octubre de 2013 se viera totalmente revolucionada. Es que, el pueblo se vio conmocionado por el accidente que no sólo los marcó a ellos, sino que puso a San Juan y al exgobernador de la provincia, José Luis Gioja, en el centro de un hecho histórico. A 10 años de ese día, Diario 13 habló con algunos vecinos que presenciaron ese momento y ellos contaron cómo vivieron esa trágica y extraña siesta.
Un día como hoy, hace 10 años, el clásico silencio que inunda las calles de San Agustín después de las 15, desapareció. Es que, el estruendo ensordecedor de la caída del helicóptero quedó como haciendo eco entre algunas viviendas. Los que vivían, muchos de ellos aún lo hacen, a pocos metros de la zona donde quedó la aeronave, aún recuerdan cada detalle, como si fuera que pasó ayer.
Hay algunos que recuerdan que el día hacía mucho calor, y otros incluso, hasta cuentan el detalle de lo que almorzaron esa jornada. Sin embargo, todos coinciden en que pasadas las 15 la tradicional siesta se vio alterada. Hay vecinos que se emocionan y hasta hicieron largas pausas antes de poder relatar lo que sintieron ese día.
Algunos trataron de ayudar a las personas que habían quedado debajo del helicóptero, muchos, incluso sin saber quiénes eran los accidentados. Otros corrieron a buscar ayuda a la policía y al hospital departamental, para que alguien asistiera a los heridos. Es que, nunca imaginaron ser testigos de un acontecimiento así. "Se sintió un ruido re fuerte. Salimos y la gente gritaba que era Gioja quién se había accidentado. Ese día corría viento y algunos dicen que por eso se había enganchado el helicóptero en unos cables", dijo Rosita Caminos, una vecina que vive a menos de una cuadra donde ocurrió el accidente.
Asegurando que todo el operativo se montó de manera muy rápida y que algunos vecinos no pudieron acercarse a la zona, otras personas del departamento comentaron que tenían miedo de que el helicóptero explotara si perdía combustible y que era imposible no ver la angustia en el rostro de todos los vallistos.
Vecinos rezando en la puerta del hospital y en los alrededores de “canchita de aviación”, como le dicen al lugar donde cayó el helicóptero, es otra de las postales que algunos vallistos dijeron recordar de hace exactamente 10 años. “Ese día se cortó la luz con el accidente y eran las 7 de la tarde y no volvía. Con unas amigas nos fuimos a tomar mate a mi casa, y pensábamos en prender una vela. Yo sólo tenía la vela del bautismo de mi hijo y la encendimos”, dijo Fátima Calivar, otra vecina que agregó que los niños, entre juego y juego, preguntaban cómo estaba Gioja porque habían quedado muy sorprendidos.
Mientras las sirenas de la policía, las ambulancias y los bomberos, hacían que el silencio quedara totalmente desaparecido, el llanto de algunos vecinos también era parte de los sonidos que se escucharon ese día. "La gente lloraba, había muchas personas nerviosas. Había unas viejitas que lloraban sin parar", dijo otra vecina. Mientras que algunos otros comentaron que a pesar de ellos no pueden olvidar lo que pasó, sienten que hay personas que sí olvidaron las necesidades sanitarias que tenía el Valle y que quedaron al descubierto hace 10 años. "Tras ese accidente pensábamos que el hospital de nuestro Valle iba a cambiar, pero sigue estando igual. No tenemos adelanto, no se hicieron mejoras. Estamos igual y eso que pasó una década de la caída del helicóptero. Tenemos necesidad de equipamiento y profesionales", dijo Olga Elizondo otra de las vecinas que rememoró ese momento.