El día en que San Juan vivió el terremoto más fuerte de su historia, 15 de enero de 1944, tres jovencitas sanjuaninas que no se conocían se dispusieron a casarse. Con sus blancos vestidos, sus zapatos elegidos y sus peinados elegantes, comenzaron a prepararse con sus emociones a 'flor de piel', a poco tiempo de enlazarse con su gran amor. 

Con sus invitados expectantes de la 'noche mágica', algunos en camino y otros en la iglesia esperando a los novios, no tenían idea de que un suceso cambiaría sus vidas para siempre. Porque siendo las 20.52, un sismo estremeció la tierra, causando una de las peores catástrofes que la provincia atravesó. Y acabó por terminar con la ilusión y las familias de miles de sanjuaninos.

Esta historia cobra mayor valor, tomando en cuenta que lo que salvó a estas prometidas con sus novios fue el horario de su ceremonia. Algo que no les ocurrió a otras parejas, en especial a una que mientras se casaba en Concepción, no tuvo la misma suerte. Ellos murieron en el altar, junto al cura que los casaba. Porque las paredes del templo se cayeron y los aplastaron. 

Tras los días de angustia y dolor que enlutaron San Juan, ellas y otras novias sanjuaninas fueron convocadas para dar el si, junto a sus parejas que afortunadamente no fallecieron en el terremoto. 

Finalmente, se casaron 15 días después en una iglesia de campaña (carpa) y actualmente los sanjuaninos pueden ver las fotografías que publicaron los diarios La Tribuna y Diario de Cuyo, en las que se anunciaban previamente las bodas. Permanecerán por algunos días en la muestra especial que organizó el gobierno provincial, en conjunto con el Archivo Provincial, Museo Agustín Gnecco, INPRESS y otras entidades, en el Auditorio Eloy Camus, ubicado en el Centro Cívico.