Hace 80 años, en San Juan, se registró uno de los mayores sismos en la historia del país. La capital de la provincia sufrió la destrucción de más del 90% de sus edificios, lo que llevó a una reconstrucción completa de la región. La peor parte de la llevó Albardón debido a que el epicentro fue en La Laja.

El temblor, de 7.4 grados en la escala de Richter, tuvo lugar en una zona donde no se conocían las viviendas antisísmicas. En San Juan, la tierra se abrió en dos y brotó agua a borbotones.

Más de 10,000 personas perdieron la vida ese día, y miles más en los días posteriores, debido a la malaria, la falta de vivienda y las consecuencias del terremoto. Con la ciudad devastada por este fenómeno natural, miles de sanjuaninos quedaron sin techo, a merced de la lluvia, las réplicas del terremoto y las enfermedades derivadas de la descomposición de los cadáveres que debían ser transportados y acumulados.

80 años del día que San Juan bramó
 (Archivo General de la Nación)

La cantidad exacta de víctimas nunca se conoció con certeza, ya que muchas debieron ser enterradas rápidamente en una fosa común por el ejército. Se estima que fueron más de 10,000. Además, se organizaron operativos de rescate que dependieron de la voluntad de las personas que sobrevivieron, quienes tuvieron que remover escombros para salvar vidas o desenterrar fallecidos. 

Como si fuera poco, en la noche de ese 15 de enero,  los habitantes de San Juan también tuvieron que enfrentar la desgracia de la lluvia y el granizo, lo cual obstaculizó enormemente las labores de rescate. Sumado a esto, el calor de enero en San Juan aceleró la descomposición de los cadáveres, llevando en muchos casos a que tuvieran que ser cremados en pilas a los costados de la calle o en el cementerio de la ciudad.

80 años del día que San Juan bramó
(Archivo General de la Nación)

Este hecho también impulsó al país a iniciar un mega operativo de solidaridad, especialmente en Mendoza, que habilitó su hospital central para recibir heridos y desplegó médicos, enfermeros y voluntarios para ayudar a la gente.

La peor parte la sufrió el departamento Albardón, específicamente en la zona de La Laja, debido a que el epicentro del sismo ocurrió en ese lugar y el agua afloró, haciendo que los lugares desaparecieran.

Allí la desesperación era enorme, las familias habían perdido todo lo que tenía, y debieron acudir a la buena voluntad para poder obtener algo de comida o un espacio para resguardarse de la tormenta que los azotó horas después del sismo que marcó sus vidas. 

80 años del día que San Juan bramó
(Archivo General de la Nación)

Esta tragedia marcó un antes y un después para los sanjuaninos, quienes tomaron conciencia de que vivían en una zona sísmica y que las probabilidades de que ocurriera un evento similar eran altas. Por eso, las viviendas antisísmicas se convirtieron en un denominador común en las construcciones locales, y desde entonces, toda la provincia tuvo que reconstruirse por completo. Aunque las obras llevaron años, marcaron un precedente importante en cuanto a la edificación y la prevención sísmica.