Aldo Amaya, el hombre al que lo movió la fe
El entorno universitario brindó detalles de cómo era uno de los dos empleados que perdió la vida este miércoles. Lo definieron como un trabajador 'intachable'.
Comenzaba la mañana y él llegaba a horario. Como siempre. Con un rosario en la mano. Sonriente y lleno de energía, dispuesto a empezar con la labor como si fuese su primer día. Así fuera que la noche anterior hubiera sido larga, porque también estudiaba. Él se encomendaba y arrancaba. Así describe el entorno de la Universidad Nacional de San Juan a Aldo De La Cruz Amaya, uno de los dos empleados que perdió la vida este miércoles en el Villicum.
Daniela Dávila, una compañera y amiga, lo definió ante Canal 13 como un hombre de luz. 'Trasmitía mucho amor y respeto, él era parte de la actividad parroquial. Colaboraba con el grupo Guadalupe, donde se dedicaba a guiar a parejas por un camino de tolerancia y compañerismo', señaló.
Era padre de tres hijos y junto a su esposa, Claudia Clevers, brindaba contención a parejas jóvenes y otras con más experiencias que ya estaban desgastadas. Ese era uno de los pasatiempos más importantes que tenía, y lo hacía 'con total entrega'.
A pesar de ser planta permanente del Casleo, el ente dependiente del Observatorio Astronómico Feliz Aguilar, continuaba estudiando. 'Él estudiaba la Tecnicatura Administrativa en Gestión Universitaria y siempre decía que quería demostrarle a sus hijos a que más allá de la edad se podía recibir', afirma Dávila.
Amaya encontró su deceso en el siniestro vial registrado en la mañana de este miércoles en ruta 40. Junto a Cristian Castro, compañero de trabajo, colisionaron con un camión a la altura del Villicum. Ambos perdieron la vida en el acto.
'Vamos a extrañar su palabra de contención, su fanatismo por River y su ringtone de -y va el tercero- cada vez que le sonaba el teléfono. Vamos a extrañar su pasión por el trabajo y por su familia', recuerda entre lágrimas Dávila.