Astrid Nieto (32) y Lenyer Dávila (36) son un matrimonio venezolano que hace 5 años llegó a San Juan. Inmersos en una crisis social, económica y política que atravesaba su país, migraron para poder tener un futuro mejor y a la vez ayudar a sus familias. En el día de la Diversidad Cultural compartieron su historia de lucha, incertidumbre y superación con Canal 13. 

Ambos son del Estado Zulia, “específicamente de la zona sur del lago de Maracaibo, donde ahí vivimos la mayor parte de nuestras vidas hasta hace unos años”, cuentan.

Vecinos, se vieron un par de veces y nació una historia que los llevó a estar un año y medio de novios; para luego casarse. 

"Duramos 1 año y medio de novios, luego tomamos la decisión de unificarnos más, de establecernos bien, sobre todo porque ya veíamos que cada día nuestro país estaba peor. La crisis económica, política y social era muy difícil, eso fue en el 2018, y ahí tomamos la decisión de casarnos para venirnos consolidados acá a Argentina", cuenta Astrid.

Por su parte, Lenyer relató que “fue algo planeado, no se planea una migración de un día para el otro. Fue una migración forzada, forzada por todo lo que mi esposa comenta; era salir o salir; no había opción de quedarnos en Venezuela. Quizás los jóvenes de nuestra época, los contemporáneos como nosotros somos los que lo hemos tenido más difícil. Dijimos vamos a buscar un futuro de verdad, en su momento también obviamente para poder ayudar a nuestros familiares y ayudarlos a quienes quieran salir nosotros los vamos a recibir con los brazos abiertos".

Sus familias quedaron en Venezuela. El matrimonio no regresó a su país desde que llegaron a la Argentina en agosto del 2018.  Pero hace casi un año, en diciembre del 2022, la mamá de Astrid y el hermano de Lenyer pudieron visitarlos en San Juan; y en la actualidad la joven venezolana alberga a su madre en el hogar. 

Llegar a San Juan desde Venezuela “no fue fácil”, recuerda Astrid. Traslados, cruzar la frontera, y varios lugares, arribar a Buenos Aires y finalmente poder llegar a su destino final. 

“Vinimos directamente a San Juan. En el 2018 había un boom migratorio hacia la Argentina, acá se estaba muy bien. Había provincias colapsadas para entregarte el documento como Mendoza, Buenos Aires, Córdoba. En San Juan era una ventaja que te daban el DNI de un día para el otro”, explica Denyer. Obtuvieron una “precaria” como le dicen, previo al documento, pero eso les permitió poder empezar a trabajar. 

SOLOS EN SAN JUAN, HASTA QUE APARECIÓ UN "ÁNGEL"

El matrimonio recordó cómo fue llegar a la provincia sin conocer a nadie, estando lejos de sus familias; y lo que les costó dar los primeros pasos para asentarse como, por ejemplo, buscar dónde vivir.

"Fueron momentos muy difíciles, al principio como todos veníamos muy emocionados, con mucha adrenalina. Pero al pasar los días, las semanas, venía el suspenso, conseguir trabajo, donde vivir. Acá no conocíamos a nadie y todos nos solicitaban dos y tres garantes. Gracias a Dios conocimos un ángel como quien dice, una familia que jamás vamos a olvidar”, cuenta Astrid.

Y en ese momento Denyer habla del “señor Felipe y la señora Elena”, quienes los cobijaron en su hogar durante tres años y fueron incondicionales para ellos. 

“Ellos nos abrieron las puertas, le contamos nuestra historia, confiaron todo y nos dieron la oportunidad de quedarnos allí con ellos, casi 3 años", dice el joven venezolano.

LEJOS DE LA FAMILIA, EN PLENA PANDEMIA

Aparecía el COVID-19 en el mundo, y más tarde una pandemia. Sus familias en Venezuela y ellos acá. Y recordaron lo duro que fue no poder hacer nada más que una comunicación para saber que pese a la distancia, seguían unidos en un momento tan duro para todos.

En tiempos de COVID nosotros fuimos unos de los primeros contagiados en San Juan y fue muy difícil para ellos y para nosotros que estábamos solos. Todo el mundo desconocía la enfermedad, cómo era, y ellos allá super preocupados. Al pasar el tiempo, nos mejoramos y mi mamá estuvo grave, estuvo en terapia intensiva y eso... estando ella allá y yo acá y no poder hacer nada era muy complicado. Solamente una llamada para ver que me decían mis familiares, pero yo no la podía ni siquiera ver, eso fue un momento muy difícil", relata Astrid.

Por su parte, Lenyer contó que “el roce es muy importante, siempre lo digo. Son momentos que jamás los vamos a recuperar. Han sido 5 años que quizás voy a obtener lo que venía a buscar desde Venezuela y quizás me voy a superar, como creería que lo estoy haciendo acá en Argentina, pero esos momentos no los recupero más. Para mí eso ha sido lo más difícil, no ver a mis hermanos todos los días, no ver a mi mamá principalmente y los extraño. Ya se vuelve más una necesidad que ir a vacacionar ir a verlos".

Pese a lo duro que fue la migración y estar lejos de su familia, ambos coinciden en que no se arrepienten de la decisión que tomaron de dejar a su Venezuela natal. Destacan que Argentina les ha abierto las puertas; y sobre todo que en el camino tuvieron “hermanos de la vida” que los apoyaron. 

Pasando días de angustia, de ansiedad o adrenalina, de incertidumbre; con el tiempo llegó la calma y seguir enfocándose en sus metas. Siempre ayudando a sus familias desde San Juan, y con la firme convicción de avanzar en la vida por un futuro mejor, luego de trabajos que tuvieron en relación de dependencia, Astrid y Lenyer comenzaron su propio emprendimiento. Así fue que en agosto del 2021 nació “Maracaibo”. 

Lo que empezó siendo un pequeño minimarket, pequeño, “hoy día ha cambiado mucho la verdad, con mucho esfuerzo, trabajo, dedicación, constancia y disciplina, que es lo más importante para ver los resultados", cuenta Lenyer.

Pero además es conocido no solo por los vecinos de la zona si no por otros venezolanos y colombianos en la provincia ya que ellos incorporaron a su comercialización, gracias a distintos proveedores, productos de su país que son escasos en San Juan. 

QUÉ ES LO QUE MÁS DESTACAN DE LOS SANJUANINOS


“Aquí la gente tiene algo especial. Son amables, cordiales, siempre están allí para cualquier cosa. Desde que llegamos fue un apoyo incondicional”, expresó Astrid.

“El roce con las personas, el convivir, el día a día. El acento jamás lo vamos a cambiar, pero las palabras se nos pegan”, comentó entre risas Lenyer. “Es una provincia demasiado bonita como dice mi esposa y el ser humano en San Juan la verdad es increíble”.
También ambos se reconocen enamorados de la gastronomía de San Juan y la Argentina. 

Drugstore Maracaibo lleva ese nombre “para no olvidarnos de nuestras raíces, de dónde venimos y qué nos hace sentir bien”.
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