Crónica del último adiós a Nicolás Naranjo
El reconocido ciclista sanjuanino fue velado este martes desde el mediodía en la sede del Club Sportivo Rivadavia de La Bebida, de donde era oriundo. Hubo lágrimas, llanto, múltiples homenajes.
Nicolás Naranjo, el ciclista sanjuanino que murió el domingo a las 18:55 luego de accidentarse gravemente en una rodada el sábado en Mendoza, fue velado y despedido en el club de sus amores. En la sede del Sportivo Rivadavia de La Bebida, el reconocido corredor recibió el último adiós de cientos de amantes del ciclismo y rivadavadienses que se acercaron, según retrató este martes por la tarde las cámaras del móvil de Canal 13.
Con un agujero en el pecho y un profundo dolor, familiares y amigos de Naranjo recibieron sus restos para ser velados. Pasado el mediodía, cientos de personas se congregaron atrás de las vallas para respetuosamente decirle adiós al ‘Héroe de La Bebida’. Estaba estipulado que a las 17:30 terminara en velorio, para que su cuerpo sea trasladado al Cementerio San Miguel de Rawson.
Tanto adentro como afuera del club se sentía el dolor de amantes del deporte y conocidos de Nico. Lejos estuvo de respetarse el distanciamiento social, pero si hubo predominación de barbijos entre los presentes. En la intimidad familiar y de amigos del corredor en la Capilla Ardiente, se vivieron momentos de mucha congoja. Hubo llantos, lamentos, gritos de dolor y hasta un homenaje a través de un audio en el que se escuchaba una las carreras ganadas por el oriundo de La Bebida.
En las afueras de la institución deportiva rivadavadiense, estaban tristes pero orgullosos luciendo sus respectivas indumentarias, ciclistas profesionales y amateurs para llevar a cabo la caravana hacia el cementerio. Cada tanto, los presentes aplaudían y vitoreaban el nombre del reconocido corredor sanjuanino.
Al llegar el momento en que el féretro fue llevado por familiares y amigos al hombro, estallaron los aplausos, como así también el llanto desconsolado de muchos. Al llegar a la puerta del club se escuchó el grito acongojado de una mujer que decía: ‘Hasta siempre Nico’.
Antes de colocar el ataúd en la carroza fúnebre, un integrante del RIM 22, vestido de civil, interpretó un ‘toque de silencio’ con una trompeta. Se renovaron los aplausos, pero esta vez con más duración que los anteriores. Tal vez sabiendo que sería el último, antes de emprender el viaje al entierro. ‘Viva Nico’, gritó un hombre, ‘viva’ respondieron los presentes al unísono.
Finalmente, el camino hacia el último adiós del joven ciclista empezó. El féretro ya descansaba en la parte trasera de la carroza fúnebre, los ciclistas acompañaron el andar en un principio parsimonioso, que luego aceleró un poco. Las lágrimas, presentes en toda la jornada, se hicieron notar. Todo el dolor del pueblo sanjuanino amante del ciclismo quedó expresado en el último adiós al querido orgullo de La Bebida, que supo desandar las pistas de todo el país con su pasión.