Cuatro historias de sanjuaninos que todavía sufren el terremoto
Debido a este destructivo fenómeno natural, hay muchas familias con niños que han pasado noches de lluvia o días de mucho calor a la intemperie ya que no recibieron asistencia rápidamente. Estos son algunos de sus testimonios.
Son cientos las familias que han sufrido el derrumbe total o parcial de sus casas. Personas que viven con sus hijos pequeños y que no tienen ningún lugar a donde ir. Si bien desde el gobierno provincial han asistido a una gran cantidad de ellos, hay damnificados que han tenido que atravesar lluvias y días de sumo calor a la intemperie.
Uno de estos casos es el de Alejandro Ponce, un vecino de la localidad pocitana de Carpintería. Este hombre sufrió la caída de algunas de las paredes de su vivienda, quedando sólo algunos trozos en pie. El 19 de enero, al día siguiente del terremoto, personal del gobierno provincial fue a visitarlo para tener conocimiento de su situación. Luego de algunos minutos estos trabajadores se retiraron y le dijeron que lo iban a llamar.
"El gobierno brilla por su ausencia. Vinieron una vez, miraron y dijeron que nos iban a llamar. No se para que me van a llamar si tienen que venir acá a darnos una solución. Yo no tengo porqué ir a donde están ellos, ellos tienen que venir a ver como están las casas. A mi la casa se me esta por caer. Tengo niños y dormimos afuera por el miedo de que les pase algo", expresó el afectado.
Sin ir más lejos, en el mismo territorio hay dos vecinas que denunciaron estar atravesando una situación similar. Una de ellas mencionó que se ha destrozado la mitad de su vivienda y que actualmente duerme en una carpa que el entregaron desde el gobierno. Sin embargo dejó en claro que esto no es suficiente y que ella necesita un módulo habitacional o los materiales necesarios para volver a levantar su hogar.
"Si llueve, viene creciente y pasa un accidente. A mi se me ha caído la casa a la mitad, duermo afuera con una carpa que me ha dado el gobierno. Yo soy sola. Quiero que me den una solución ya sea una casa, un módulo, sean palos, nylon o lo que sea pero que haya solución para los niños y para mi", reveló.
Por otro lado una mujer que vivía a escasos metros de esta damnificada en cuestión, esta atravesando la misma situación. Aseguró que necesita si o si un módulo habitacional hasta que consiga el dinero para poder derrumbar los restos de su morada y luego para adquirir los materiales necesarios para reconstruir.
Además, aseveró que los trabajadores de la Municipalidad les prometieron que les iban a conseguir los insumos necesarios. Lo cierto es que luego de ocho días de que realizaron esa promesa, no se los ha visto nuevamente por el lugar. Esto desató la furia de las 72 familias que viven en el lugar.
"La semana pasada nos lo prometieron, pasaron ocho días y no pasa nada. Nos envuelve en mentiras. Nos han pedido nombre y DNI porque ya venían con la ayuda y no aparecen más. Nos tienen en el olvido. Yo hacen 22 años que vivo acá y no recibo nada, ni yo ni mis vecinos que somos 72 familias. Nos viven mintiendo y mintiendo. Nos engañan como si fuéramos unos niños", dijo.
Sumado a esto María Alejandra Aguirre, otra residente de Carpintería, contó otra complicación que tuvieron tras el terremoto. Esta mujer adulta contó que a partir del día 20 de enero, los colectivos dejaron de pasar por el lugar. Esto puso en una complicada situación a quienes trabajan en Capital u otros departamentos, ya que no tenían manera de llegar.
Esta situación se normalizó recién el 26 de enero, por lo que estas personas estuvieron sin poder cumplir con su trabajo durante una semana prácticamente. "El 20 ya no pasó más el transporte. Nos quedamos una semana sin servicio, recién el martes 26 arrancó el transporte público. Yo tengo a mi hijo que hace una semana que no sale a trabajar. La gente que tiene que ir a trabajar al centro no tienen como ir ni venir.", manifestó Aguirre.
Finalmente otra pocitana, en este caso residente en Aberastain y calle 15, también quiso poner en conocimiento su complicada situación. Esta madre de familia contó que por la lluvia que llegó a San Juan tras el terremoto, tuvo que colgar un nylon de un árbol para poder guarecerse con sus cuatro pequeños. Recién una semana después del destructivo sacudón, las autoridades llegaron con una carpa para ella y su familia.
"Se me cayó el comedor y todo lo del fondo para adentro, esta inhabitable. A los 6 días llegaron los del gobierno, trajeron una carpita para que durmiéramos en el fondo. Todavía no se cuál es la solución. Todavía no terminan de demolerme la casa. La lluvia la pasamos bajo de un nylon puesto en un pimiento. Incluso mi papá vive acá y no le ha pasado nada pero ha tenido que dormir en una silla. Nosotros queremos una solución. Vienen y dejan las máquinas paradas", sentenció.