Cada 4 de mayo se celebra el día internacional del bombero. En este marco, Diario 13 charló con dos voluntarios que dan muestra de vocación y respeto por su tarea de ayudar al prójimo. 

Este día se instauró como un homenaje a los hombres y mujeres que ponen en riesgo sus vidas en la extinción de incendios, el rescate de personas y la protección de sus comunidades y el medio ambiente, siempre dispuestos a ayudar a aquellos en peligro. En la Argentina existen más de 900 cuerpos activos de bomberos, y se estima que los bomberos voluntarios activos alcanzan la cifra de los 43.000. Cabe destacar que, el 2 de junio en nuestro país es el Día del Bombero Voluntario, el cual se celebra desde hace más de 130 años, en homenaje al primer escuadrón de Bomberos Voluntarios. 

En razón de la fecha charlamos con Agustín Moya (42), quien es jefe de Bomberos Voluntarios de Pocito y con Lucas García (34), que es parte del cuartel de Bomberos de Caucete. Ambos recalcaron que la vocación los mueve día a día para ser voluntarios. 

Por un lado, el jefe de Bomberos, Moya que es voluntario desde hace 18 años, comentó que todo inicio porque cuando era pequeño vivía a 2 cuadras del cuartel de calle San Luis y Güemes. Si bien es técnico en informática y fotógrafo profesional, lo que más ama es su voluntariado. El hombre de 42 años confesó que al comienzo su familia no lo apoyaba porque se ponía en riesgo, pero ahora es el orgullo de todos.

Sobre la razón por la que eligió ser bombero dijo: 'El porqué muchos, elegimos ser bomberos, no lo sabemos, pero sí sé para qué lo hacemos' comenzó. En este sentido dijo: 'lo hacemos para ayudar, para servir. Es una vocación, nos apasiona el día a día, a pesar de que no es un trabajo como tal, sino una vocación'.

A su vez, expresó: 'a pesar de los riesgos, lo seguiríamos haciendo. En el cuartel lo pensamos todos de la misma manera. Acá se aprende mucho sobre respeto, compañerismo y familia'. Uno de los deseos de Moya radica en el valor que le dan en el país a los voluntarios. Según comentó en este medio, 'en Argentina no existe un respeto tan fuerte como en otros lugares, tal como en Chile'. Además, confesó que para mantener la institución ponen de sus bolsillos, ya que no tienen ayuda para equipamientos o materiales. 

Por otro lado, Lucas García, no siempre es bombero. Su oficio es ser albañil y pero nunca deja de lado su voluntariado. El hombre de 34 años señaló que su deseo comenzó de pequeño y confesó que desde el comienzo lo apoyaron desde su familia. 

El joven, comentó 'quise ser bombero porque de chico me llamaba la atención la sirena, el camión y las herramientas que tenían. Después me di cuenta de que era lo mío'. En su día a día lo mueve el prójimo, 'me gusta ayudar a todos sin importar las circunstancias' indicó. De este modo concluyó 'es una vocación que apasiona'.