El crudo testimonio de una enfermera veterana de la guerra de Malvinas
‘Yo no pisé la turba malvinense, pisé la sangre’, expresó Alicia Reynoso en Canal 13 sobre su participación en el conflicto bélico de 1982.
La guerra de Malvinas dejó en el pueblo argentino secuelas imborrables. Más en los que participaron. Muestra de ello, fue el crudo testimonio que una enfermera veterana contó este viernes en Banda Ancha. Se trata de Alicia Reynoso, quien enumeró cuatro palabras claves para ella cuando le piden definir o contar que vivió en el conflicto bélico: ‘Honor, olor, dolor y horror’.
‘Yo no pisé la turba malvinense, pisé la sangre’, expresó fuertemente Alicia acerca del conflicto que mantienen los veteranos de guerra sobre los que merecen y no el beneficio de pensiones y honores por pelear en el conflicto bélico llevado a cabo en 1982 en los lugares más australes del país.
Luego la enfermera señaló la importancia del ‘Nunca Más’, para que los mismos acontecimientos no vuelvan a ocurrir. ‘Siempre en las escuelas me preguntan lo que yo vi y siempre les contesto lo mismo. Ni a ustedes les va a servir lo que yo vi, ni a mi recordarlo’, contó la veterana de Malvinas.
Lo que a Alicia la desvela es que se entiendan que desde el 2 de abril de 1982 hubo mujeres y hombres que a la par se jugaron la vida por el país. ‘Primero decían que el 2 de abril era de Galiteri, después de algunos veteranos y ahora nos peleamos entre nosotros. ¿Qué ejemplo le estamos dando a la sociedad?, ninguno’, manifestó.
‘Yo no pise la turba malvinera, yo no me ensucié los borsegos, pero me lo ensucie con sangre y eso no me hace ni más ni menos veterana’, expresó con ímpetu la enfermera, para luego añadir: ‘Los que piensan que la guerra solo fue en Malvinas están muy equivocados’.
Alicia siguió con la defensa de todos los que no pisaron las islas, pero que de igual manera fueron parte del combate. ‘Gracias a Dios hemos sabido que Malvinas nos une, y las mujeres y hombres estamos bien presente sembrando eso. Para que ellos brillaran hubo un sin número de personas que hicieron posible que ellos fueran héroes. Nadie se salva solo, ni menos en una guerra. Esta grieta que se nos ha presentado me hace preguntarme que si los 12.000 que dijeron haber estado en las islas realmente estuvieron. Yo me acuesto y miro a mis nietos a la cara sin mentirles’, sostuvo duramente.
Alicia contó lo que muchos (no todos), cuentan de la actitud de los militares a cargo post-guerra. La orden que todos y todas recibieron fue la de quedarse callados y calladas. ‘Aquí no pasó nada nos dijeron y si pasó, pasó señores y no tiene que volver a pasar’.
Alicia contó que tras su vuelta a su hogar nunca las fuerzas armadas, ni el gobierno le brindaron o facilitaron atención psicológica. En una oportunidad, muchos años después una profesional con la que se atendió ocasionalmente, cuando ella le mencionó que era veterana de Malvinas le dijo que no sabía cómo habían hecho muchos de ellos para sobrevivir con tantas cosas calladas de la guerra y sin atención psicológica.
La enfermera veterana de guerra contó que tras la derrota argentina en la guerra la mandaron por 9 meses a hacer un curso de la Escuela de Aviación. En esa instrucción a la que debió asistir encontró solo recuerdos recientes de lo que había sido el conflicto armado.
A otras enfermeras, contó Alicia, las mandaron a otros puntos y objetivos distribuidos en la Argentina. Siempre con la orden de que callaran todo lo que habían vivido. ‘Fue todo un esconder bajo de la alfombra, acá no pasó nada’, sostuvo.
‘Cuando como militar no preparas y cuidas tu tropa estas ejerciendo violencia. Las tropas venían mal alimentadas, mal vestidas desorientadas en tiempo y espacio’, relató con crudeza Alicia, la veterana de Malvinas que siempre apuesta por el ‘Nunca Más’ a la guerra. ‘En la guerra nadie gana’, sentenció.