'Pedrito' es un querido vendedor de Quiniela que transita de punta a punta el centro sanjuanino, repartiendo suerte entre sus clientes. Si bien este trabajo lo cumple desde hace décadas, hace algunos meses le ocurrió algo que nunca antes le había pasado y que lo marcó para siempre. El hombre vivió una situación milagrosa que le contó con lujo de detalles al móvil de Canal 13.

En ese momento Pedro Vargas, como hizo durante los últimos 60 años de su vida, se encontraba vendiendo sus clásicos sobrecitos con jugadas en Capital. En ese contexto se cruzó con un conocido con el que se puso a conversar en la vía pública. Durante esa charla común y corriente, una persona desconocida lo interrumpió para avisarle algo realmente delicado.

'Cuando estaba trabajando, me dio algo que no se lo que es. En ese momento me vio un señor, que no se quien es. Estaba conversando con un hombre que cuida motos en la calle Sarmiento entre Ignacio de la Roza y Mitre. Estábamos hablando y pasó este señor que me dice: 'Pedro, andate ya a un sanatorio, te está dando un ACV', relató.

Sin saber realmente por que, 'Pedrito' sintió algo dentro de él que le decía que debía seguir ese consejo. Así que después de pensarlo un poco, fue hasta la Clínica Santa Lucía para pedir ayuda. Allí fue atendido por dos enfermeros que apenas lo vieron cruzar la puerta, lo llevaron a una de las habitaciones para que fuera asistido inmediatamente.

'Le hice caso y gracias a él estoy bien. De verdad me estaba dando un ACV, pero no se como se dio cuenta y no se quien es, no lo he vuelto a ver. No se porque le hice caso, pero me fui al Santa Clara porque yo tengo PAMI. Cuando entré me agarraron una enfermera con otro hombre y ahí nomás me subieron a una camilla. Me pusieron un suero que le agregaron otro líquido con jeringas. Me quedé internado hasta la noche ese día, luego me tenía que ir para trabajar', contó.

Si bien los médicos le recomendaron quedarse ingresado para estar controlado él, fiel a sus principios, necesitaba salir a trabajar. Él decidió retirarse del centro asistencial para vender todos los sobrecitos posibles. Si bien tuvo una jornada donde tuvo buenas ventas, a la mañana siguiente volvió a sentirse realmente mal.

En ese contexto empezó a sentir un fuerte dolor en uno de sus brazos, por lo que regresó a la mencionada clínica. Ahí volvieron a internarlo ya que su afección persistía. Debido a esto estuvo unos 10 días en una camilla recibiendo asistencia médica hasta que finalmente recibió el alta médica. A pesar de lo complejo que era su cuadro, sorpresivamente este hombre de 67 años sólo quedó con una pequeña secuela que lo afecta en días de baja temperatura.

'La he tenido presente a su cara por mucho tiempo, como 2 o 3 semanas pero la perdí porque ya no la recuerdo. Si lo veo no recuerdo, pero pienso que si él me ha salvado en el centro me tiene que ver algún día. Yo soy creyente, creo que es el señor, que él me habló. Me salvó porque gracias a Dios estoy bien, tengo secuelas porque cuando hace mucho frío me tirita mucho el brazo y el cuerpo sobre todo, es a consecuencia de eso. Es un tiritón muy fuerte que da porque está la enfermedad, pero casi no la percibo', sentenció esta persona que realmente es un milagro andante.