Era una persona muy querida. Con acento español pero con un carisma y fuerza que hizo que se ganara el cariño de los vecinos del Pueblo Viejo, desde aquel 1933 en el que pisó suelo sanjuanino. El presbítero Eustiquio Esteban Aguilera se sacó una foto, una imagen que quedó reflejada en el diario de la época, despidiendo a un grupo de scouts que él había formado, que emprendían un viaje fuera de la provincia. Y despidiéndose de la sociedad con la que tanto afecto había desarrollado. Todo un día antes del 15 de enero del ’44, siendo lo que sería su última foto.

El padre Esteban quedó en la historia porque fue el único sacerdote que falleció en el terremoto de 1944. Y falleció en pleno acto de su función. En el altar, otorgando uno de los sacramentos a una pareja que pasaban a ser matrimonio en ese momento. Pero a las 20:52hs las paredes se vinieron abajo.

Justo un día antes había tenido un acto de despedida. Los scouts que formó en su iglesia de la Inmaculada Concepción, partieron a Buenos Aires, precisamente a Mar del Plata. Una imagen del él, despidiendo a los niños que viajaban, sería su última foto. A la vista de todos, porque el diario Tribuna fue el que publicó aquella noticia en su edición del día 15 de enero.

La historia cuenta que cuando ocurrió el terremoto, muchos sanjuaninos pensaron que el sacerdote también había partido hacia Mar del Plata con los chicos. Es que no se lo veía en el medio del caos, ayudando como a la comunidad como siempre lo había hecho. Hubo otras versiones que decían que había estado colaborando con la quita de los escombros, rescatando personas. Y también que minutos antes de encontrarlo debajo de los escombros, se escuchaba su voz pedir ayuda y solicitar que atendiesen a los heridos.

Nada de esto había pasado. El padre Esteban quedó sepultado junto a una pareja de novios que estaba casando. Cubierto por las paredes de aquel edificio en el que tantos rezos y sacramentos entregó a los fieles. Los muros de la iglesia no le dieron oportunidad en aquel fatídico terremoto que destruyó casi todo San Juan pero no pudo terminar con la fe de quienes quisieron al padre Eustiquio Esteban Aguilera, cremado en el lugar que lo hallaron 5 días después del terremoto pero con un funeral en aquella misma iglesia, el 20 de abril para darle descanso eterno, al presbítero que un día antes se sacó la última foto.