En una semana se robaron más de 5 millones de pesos con estafas telefónicas
Si bien en la mayoría de casos los afectados fueron adultos mayores, también hubo víctimas más jóvenes. A su vez se pudo apreciar diferentes estrategias utilizadas por los timadores para cumplir su objetivo.
Esta última semana de febrero estuvo marcada por las estafas telefónicas en San Juan. Se trata de delincuentes que llaman a distintos teléfonos con un solo objetivo: robar dinero engañando a la gente. Se hacen pasar por familiares, por empleados de un banco o del mismo gobierno. Valiéndose de dichos recursos en menos de una semana lograron hacerse con más de 5.500.000 de pesos.
El primero de estos casos se registró el pasado martes 23 de febrero. La víctima fue un jubilado de 80 años de edad. En esa ocasión una persona se hizo pasar por su nieta, iniciando la conversación diciendo: "Hola papi". La malviviente conocía el nombre real del ser querido del anciano y utilizó ese dato todo el tiempo.
En cuestión de minutos la estafadora lo convenció de que un contador de confianza pasaría por su casa para revisar su dinero. Efectivamente una persona se trasladó hasta su vivienda y el pobre abuelo le entregó todos los ahorros que tenía. En total eran 200.000 pesos y 9.000 dólares. Es decir una cifra cercana a los 1.535.000 pesos.
La segunda víctima cayó en la trampa durante la misma jornada. Esta vez fue una adulta mayor de 94 años residente en Trinidad. En este caso la voz al otro lado del teléfono era de una mujer que simuló ser su hija que vive en Chile. Esa persona la convenció de que reuniera todo su dinero para entregárselo a una persona que pasaría por su domicilio.
Eso efectivamente sucedió y la afectada entregó 6.000 pesos junto a 200 dólares dentro de una caja de cartón. Una suma que ronda los 35.600 pesos argentinos. Finalmente ese mismo martes se concretó una tercera estafa en donde se vio perjudicada una señora de apellido Pérez, vecina del barrio capitalino de San Martín.
En esa ocasión el timador era un hombre y se presentó como un contador del Banco Nación, llamado José Campo. Este supuesto trabajador le dijo a la mujer que, por un nuevo "corralito", debía entregar toda su plata. El objetivo era cambiar sus billetes por otros nuevos. Lamentablemente la sanjuanina accedió y dio una impresionante suma de dinero.
400.000 pesos y 6.500 dólares, es decir 1.364.000 pesos aproximadamente, fue lo que se llevaron. Horas después se supo que la persona estafada había reunido todo este dinero luego de concretar la venta de un inmueble. Tristemente la ola de estafas no cesó y al día siguiente cayeron tres personas más.
La primera de ellas fue una abuela de 81 años de edad de Capital. Para engañarla una estafadora se hizo pasar por su hija. Le pidió que reuniera sus ahorros porque en cuestión de minutos alguien de confianza pasaría a retirarlos, ya que ella lo necesitaba urgentemente.
La inocente terminó cayendo en la trampa, entregando 700 pesos y 3.350 dólares. Un monto que ronda los 497.000 pesos argentinos. Horas más tarde el objetivo de los farsantes fue una mujer mayor de 77 años de Sarmiento. Esta vez el accionar tuvo ciertas particularidades.
Primeramente la abordaron diciéndole que uno de sus hijos se encontraba internado y que necesitaba dinero para pagar por los servicios médicos. Si bien esta coartada es muy utilizada, lo que pasó a continuación llamó la atención de las autoridades.
Dos hombres y una mujer aparecieron en su casa en un taxi. La dueña de casa les entregó 40.000 pesos y le dijeron: "Que poca plata". De esta manera los malnacidos obligaron a la señora a darles un televisor junto con alhajas y un anillo tanto de oro como de plata. La supuesta finalidad de ello era empeñarlas y así conseguir más plata para ayudar al hombre internado. Luego de que todo sucediera la víctima llamó a su hijo de 39 años y se enteró que se encontraba en buen estado de salud.
Para finalizar esta caterva de engaños, se produjo el último de la semana. Este caso puntual fue totalmente diferente a los demás, ya que las personas afectadas no eran ancianos. Además, quienes realizaron la llamada, no jugaron con la salud de un familiar o con un inminente "corralito".
Esta vez quien levantó el teléfono fue un rivadaviense de 44 años, quien se encontraba acompañado por su hijo de 20 años. La persona que realizó la llamada, alrededor de las 17:30, le avisó que calificaba para cobrar un nuevo plan de gobierno. El mismo se llamaba "Ayuda por el coronavirus" y constaba de 28.000 pesos. Los mismos serían entregados en dos pagos de 14.000.
Sin embargo para poder hacerse acreedor de dicha suma, debía dar ciertos datos bancarios. Para ello el afectado, de apellido Moreno, se dirigió a la sucursal del banco Santander Río situada en Avenida Libertador y Juan B. Justo. Una vez que un empelado del banco le entregó la información que necesitaba, él la compartió mediante fotos de WhatsApp al estafador.
Horas después Moreno fue a un cajero para retirar el monto de la primera cuota de dicho beneficio. Para su sorpresa se encontró con que solamente contaba con 2.000 pesos en su cuenta. Ante esta situación intentó comunicarse con quien le ofreció el plan en cuestión. Recién el jueves 25 de febrero consiguió que un hombre le atendiera, quien le aseguró que "no pudieron hacerle la acreditación".
Una vez llegado el viernes 26 de febrero, el rivadaviense recibió la noticia que se esperaba pero que no quería recibir. Desde el banco ICBC le informaron que alguien había sacado un préstamo de 400.000 pesos utilizando su cuenta. De esta manera, sumando todo el dinero, se puede afirmar que en cuestión de días estos delincuentes recaudaron 5.600.748 pesos mediante llamadas telefónicas.
¿Qué dicen las autoridades sobre esta situación?
Acerca de este gran número de hechos el comisario mayor Carlos Avella, jefe de la D5, expresó que están investigando los casos con distintas brigadas. La autoridad mencionó que esta modalidad había desaparecido por un tiempo, pero que ha vuelto a resurgir durante dicha semana.
"Se ha retomado una modalidad que había desaparecido pero que ha retornado nuevamente. La modalidad es que llaman alguien al domicilio, ya sea a teléfonos particulares o fijos a las personas adultas mayores. Durante el llamado se les manifiesta que el Banco Central o Nación va a mandar un contador para que entregue todos sus ahorros para cambiarlos ante un posible corralito que puede venir o porque los dólares están cercanos a salir de circulación", mencionó Avella en comunicación con Canal 13.
Para evitar más situaciones similares, el jefe de la D5 dio una serie de consejos de vital importancia. Los mismos van dirigidos sobre todo a los adultos mayores. Primero y principal lo más recomendable es no atender el teléfono si el número es desconocido. En el caso de atender no se debe sucumbir ante la presión, entregando datos que los estafadores puedan utilizar a su favor.
Si la conversación se torna extraña y les genera alguna sospecha, se debe interrumpir la comunicación de inmediato. Por último, se debe tener en claro que ningún banco va a enviar personalmente a un trabajador a buscar dinero. Las entidades bancarias no se manejan de esa manera.
"Hay que ser conscientes de que ningún banco manda a buscar dinero. Hay que hacerle entender a nuestros adultos mayores para que se pongan en alerta, si llaman en número anónimo, que no atiendan. Uno a veces entrega los mismos datos debido a los nervios que se generan porque les dicen que son hijos o familiares. Sin embargo por las investigaciones que fueron realizadas hasta el momento, se trata de estafas que fueron hechas al azar", sentenció.