Carla Meglioli, bióloga  de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), contó este jueves en el programa Banda Ancha que la universidad logró conservar más de 100 especies de flora de alta montaña en un banco de germoplasma, con un enfoque particular en la flora nativa de la cordillera. Sin embargo, Meglioli destacó que el conocimiento sobre la biodiversidad de esta región es aún limitado, especialmente en cuanto a las especies nativas.

“La diversidad vegetal en la cordillera es abundante, aunque es difícil identificar muchas especies porque suelen ser pequeñas y sus colores se camuflan con el entorno rocoso”, explicó Meglioli y  añadió que esto puede dar la impresión de que existen pocas variedades, cuando en realidad la cantidad es considerablemente mayor.

La investigadora subrayó que el acceso a la cordillera, ubicada a unos 200 o 250 kilómetros de distancia, representa un desafío por los altos costos y el esfuerzo físico que implica. Además, advirtió que muchas de estas especies son endémicas, lo que significa que crecen exclusivamente en determinadas zonas, lo que las hace particularmente vulnerables a los cambios ambientales.

 “Ante los cambios en su ambiente, estas especies son un poco más vulnerables, pero no conocemos el estado real de conservación de esas especies”, afirmó.