Historias del terremoto: la nena que casi muere, familias que se quedaron sin casa y un bar derrumbado

Este 18 de enero del 2022 se cumple el primer aniversario del terremoto en San Juan, con una magnitud de 6,4 en la escala de Ritcher y su intensidad de Grado VII en la escala de Mercalli. Para algunos fue un susto y quedó como una anécdota para contar entre amigos, pero para muchos sanjuaninos se convirtió en una pesadilla que tendrían que revivir una y otra vez todos los días. Tal fue el caso de Agustina Flores, una vecina de Pocito y el dueño de un bar, Mario Naser.

Estos tres testimonios exclusivos de Canal 13 San Juan sufrieron en carne propia el derrumbe de sus hogares, de sus lugares de trabajo e incluso con graves heridas en su cuerpo. Aquella noche, Agustina Flores se encontraba en una cena familiar. Estaba su familia, sus abuelos y tíos. Ella estaba jugando en la calle con sus primos cuando comenzó el horror. Aquella noche, la del lunes 18 de enero, reinó la desesperación en la vivienda de Villa América, en Pocito.

En la penumbra, los niños atinaron a mantenerse pegados a una pared, la que finalmente se desmoronó. 'Se cayó encima de los niños. Agustina se llevó la peor parte porque quedó atrapada debajo de los ladrillos', dijo una tía de la nena. Fueron momentos desesperantes para la familia Flores. El terror y la urgencia fueron incrementándose con los segundos. Hasta que finalmente dieron con ella. 'Lograron sacarla y llevarla al hospital de Pocito, de ahí fue trasladada al Hospital Rawson', afirmó.

Pocito fue uno de los departamentos más afectados por el sismo de la noche del lunes. Durante el evento se derrumbó un centenario bar de adobe, en cale 14 y Aberastain. Se trata de una una centenaria esquina de Pocito. "Me salvé porque 15 minutos antes me fui a mi casa que es de material", dijo Mario Naser, titular del local que tiene unos cien años y.está construido de adobe y techos de caña y barro.

Según Naser perdió el pool, freezers, plasmas además de otros elementos  en el comercio del departamento. El comerciante destacó que se había ido a su casa que está al lado y es de material, pero también sufrió grietas en la estructura sin provocarles heridas a él y su pareja. 

En ese mismo lugar, varias familias se quedaron literalmente en la calle, se escapan del fulminante sol de la siesta, conviven con alimañas y duermen al lado de la calle. Una de las vecinas contó enérgicamente en la puerta de lo que queda de su rancho: "ésta es mi casa, me la hice yo con mis hijos a fuerza de cañas, palitos, así como la ven". "Acá han habido lluvias grandes, desastres grandes y lo único que han traído es un bolsón, un palo y un nylon, es lo único que han traído". Criticó a las autoridades provinciales y municipales a quienes acusó de "poner fotos para las elecciones solamente".

Otra mujer contó que es madre soltera y vive junto a uina amiga con sus hijos, ahora el rancho de adobe, palos y nylon donde estaban quedó inutilizable: "nos hemos quedado sin nada, no sirve nada, acá estamos en la sombra y dentro de una hora da el sol y nos tenemos que poner en la calle", relató sobre cómo hacen para escapar de los terribles calores de la siesta sanjuanina.