Inició su arte en la plaza y hoy la rompe con sus métricas
A sus 20 años, Iván Voyra sueña en grande, crea versos que le salen del alma y cuida su arte como pocos. Conocé a una de las jóvenes promesas de la música local.
A sus 20 años, Iván Voyra, joven cantante y escritor urbano, encontró en la música una forma de expresión que va más allá del simple entretenimiento. Nacido en Santa Lucía, Iván define su arte como una evolución natural de su interés por la escritura y el rap.
"Artista ya es una definición en sí misma", comentó. Sin embargo, para él, el rap y la escritura son los medios más cómodos y naturales para plasmar sus emociones y experiencias.
El camino de Iván en el arte comenzó en un espacio clave para muchos artistas urbanos: la plaza. “Ahí se fue gestando todo", recordó. "Yo hacía mis instrumentales y escribía, siempre tuve eso en mí. Conocí a Mati, que tenía su home studio y las mismas ganas de crear. Todo fue muy natural después de eso, solo fue aprender juntos y unir fuerzas", mencionó.
Iván no siempre supo que quería dedicarse al arte. “La verdad que no, al principio todo fue un hobbie, pero poco a poco fue adquiriendo cierta seriedad”, explicó. Ese cambio de enfoque también lo llevó a asumir un mayor compromiso a la hora de crear, aunque siempre manteniendo el placer de hacerlo por gusto: "Nada más que eso".
Cuando se trata de componer, Iván se deja llevar por lo que siente o lo que ocurre a su alrededor. “A veces es el hecho de querer descargarme y de contar lo que me pasa o lo que pasa alrededor", confesó. "Otras veces, es después de escuchar un disco o ver alguna película", agregó.
Aunque no tiene una canción favorita entre las que ha escrito, hay una que le resulta particularmente especial. “Es la primera letra de la Golden Session, porque la escribí después de perder a mi viejo", reveló.
"Era muy necesario tratar de plasmar en palabras todo eso que estaba pasando en ese momento”, fue lo que mencionó el joven sanjuanino.
Aunque Iván no proviene de una familia de artistas, su familia siempre ha estado presente en su proceso creativo. “En parte sí, quizás no de una forma tan directa", aclaró. En esta línea sumó: "No vengo de una familia de artistas, pero saben que esto es lo que me mueve y lo apoyan".
En cuanto a las estigmatizaciones que a menudo enfrentan los artistas urbanos o contraculturales, Iván es claro: “Ayuda a que se le dé más visibilidad”. Según él, los prejuicios no afectan su forma de crear. “Al final son solo eso”, afirmó. Y cuando se trata de los llamados ‘haters’, Iván los deja a un lado: “Por suerte, toda la gente con la que compartí o comparto siempre suma. Estoy al margen de lo que no aporta”.
En el momento de imaginarse en 10 años, Iván se ve haciendo lo que más ama: la música. “Espero estar haciendo lo que me gusta y disfrutando", concluyó.