La dura lucha de una mamá sanjuanina por la extraña enfermedad de su hijo
Se trata de Mariana Rodríguez, una madre que recibió la inesperada noticia de que su pequeño padecía un síndrome muy poco común en el mundo, que le provocó serios problemas de salud. En esta nota te contamos su historia.
Una de las peores noticias que puede recibir una madre es que sus hijos padecen una enfermedad grave. Este fue el complicado escenario que debió enfrentar Mariana Rodríguez junto a su marido. Esta pareja se percató de que Bautista, su pequeño de apenas un año de vida, comenzó a padecer síntomas inusuales que luego de varios diagnósticos erróneos, los profesionales de la salud confirmaron que se trataba del extraño Síndrome de Kawasaki.
Si bien su hijo llamado Bautista llegó a este mundo sin ningún tipo de complicación en su salud, antes de que el pequeño cumpliera sus dos años de vida, Mariana Rodríguez comenzó a notar que algo extraño estaba sucediendo. Esto se debe a que la criatura empezó a presentar algunos síntomas inusuales.
"Bauti empezó con una erupción en todo el cuerpo que luego se le fue. Después le aparecieron los ojos rojos y también se le fue. Después la boca toda roja y se le fue. Día a día le iban apareciendo distintos síntomas, hasta que por último le aparecieron todos juntos. El cuerpo con erupciones, los ojos rojos, la boca totalmente roja y lastimada, los tobillos y todas las articulaciones inflamadísimas", contó la madre.
Ante esta situación Mariana y su marido Diego no dudaron en llevar a su hijito a un hospital, para saber que le estaba pasando. Sin embargo, los profesionales de la salud tampoco terminaban de comprender que era lo que estaba produciendo estos síntomas en el cuerpo de Bauti. Cuando vieron sus erupciones pensaron que lo habían picado hormigas, luego cuando notaron sus ojos rojos creyeron que se trataba de conjuntivitis y finalmente cuando notaron sus labios tan rojos le aseguraron a sus padres que era anginas.
Finalmente, luego de más de tres semanas de diagnósticos equivocados, esta mamá sanjuanina recibió la dura noticia de que su hijito padecía el extraño y peligroso Síndrome de Kawasaki. "Recibir esa noticia nos afectó muchísimo, fue un baldazo de agua helada. No teníamos idea que era este síndrome. Yo lo llevaba supuestamente por picaduras, después por anginas, después me dijeron que era conjuntivitis. Cuando me dijeron que era Kawasaki yo no sabía lo que era. No entendía nada entonces me asusté demasiado", reconoció Mariana.
Lo más complicado de esta situación no era el sólo hecho de que la criatura padeciera esta enfermedad, sino que los especialistas lo detectaron cuando ya estaba muy avanzada y había generado serias complicaciones en su cuerpo. "Cuando agarran a tiempo esta enfermedad no daña tanto la salud. A él tardaron mucho en diagnosticarlo, ya estaba en la última etapa. Él ya tenía problemas coronarios. Le había afectado las venas y las arterias, la aorta. Tuvo bastantes complicaciones por ese tema", relató la mamá.
Cuando le detectaron este síndrome las arterias y las venas de Bauti se habían engrosado mucho, poniéndolo en riesgo de sufrir un aneurisma. "Las tenía muy engrosadas. Las venas iban a seguir inflamándose hasta que reventaran. Él estaba al límite", aseguró esta luchadora. Debido a esta situación los trabajadores de la salud que atendieron al pequeño, tuvieron que internarlo en terapia intensiva debido al estado delicado en el que se encontraba.
"Cuando lo internaron lo pasaron a terapia intensiva, estuvieron bastantes días pasándole Gammaglobulina porque lo tenían que controlar", recordó. Afortunadamente luego de que le realizaran varios estudios el niño pudo regresar a su casa con su familia, pero con un estricto tratamiento que buscaba que sus arterias y sus venas volvieran a tener un tamaño normal.
Esto consistía en que el portador de este extraño síndrome debía ingerir un total de siete aspirinetas y media cada 24 horas, para que la sangre pudiese circular con mucha más facilidad por su cuerpo. Mariana mencionó que una caja de estas pastillas sólo le duraba dos días, pero que afortunadamente su familia siempre los apoyó y les ayudó a costear el medicamento.
Luego de más de un año de tener que cumplir estrictamente con este tratamiento, Bautista pudo superar esta complicada e inusual enfermedad que lo aquejaba. "Gracias a Dios superó la enfermedad, no ha quedado ninguna secuela. Pero podría haber quedado porque hay casos donde han tenido que hacer transplantes", expresó Rodríguez.
Afortunadamente Bauti actualmente es un niño sano que ya puede vivir una vida completamente normal, sólo que debe acudir a realizarse controles cada cierto tiempo para que los médicos evalúen en que estado se encuentra. "Tuvo un control a los cuatro años y su último control fue hace dos meses. Se los van haciendo cada cuatro o cinco años. Le hacen un ecocardiograma. Pero no tiene que tratarse de por vida gracias a Dios y la Virgen", manifestó la mamá del recuperado.
Finalmente Mariana contó que esta complicada situación que le tocó vivir le dejó una enseñanza muy grande. "Uno por ahí vive la vida sin darse cuenta de muchas cosas. Cuando a mi hijo lo pasaron a terapia se me paralizó el mundo. Lo único que pensaba era en su vida. Me olvidé de problemas económicos y de problemas de trabajo que quizás tenía mi pareja. Un montón de cosas que uno les presta atención y se olvida que lo más importante es la salud. Después de lo que le pasó a Bauti nos dimos cuenta que mientras mis hijos tengan salud todo es bello, todo es hermoso y todo lo demás tiene solución, verlos sanos, sonriendo y siendo felices me llena el alma", sentenció.