La felicidad de Alicia: de vivir entre palos y nylons a una casa del IPV
El móvil de Canal 13 entró a la vivienda de una de las familias que hace una semana recibió las llaves de su nuevo hogar en el Barrio Sierras de Marquesado. Cómo vivían antes, las cosas que sufrían y lo que están disfrutando con este cambio de 180º.
Es incomparable la experiencia de sufrir el vivir en un rancho a pasar hacerlo a una casa de barrio. Las diferencias de comodidades son muy grandes. Es la historia de muchos sanjuaninos y sanjuaninas que suele salir a la luz después de que el IPV les entrega las llaves, y además de sus sonrisas abren las puertas de su nuevo hogar.
Este lunes, al cumplirse una semana de la entrega de las 837 viviendas que entregó el presidente Alberto Fernández y el gobernador Uñac, Alicia y su familia le abrieron la puerta al móvil de Canal 13 para mostrar y contar el cambio de 360º que dio su vida desde que dejaron atrás el rancho hecho de nylons y palos para disfrutar el vivir en una casa de barrio, con electricidad segura, agua fría y caliente, buen techo y habitaciones.
Con una sonrisa gigante Alicia empezó contando que la felicidad es absoluta y que todavía no puede creer que ve a sus tres hijos viviendo en una ‘casa decente’. Hace 5 años atrás, eligió que su familia sean sus pequeños y ella. Así llegó a comprar un terrenito en el Asentamiento La Paz, el cual solo constaba de eso: el terreno. A falta de baño se valían del amplio espacio de los alrededores hasta que pudo construir uno propio, pero primero levantó de a poco, y con mucha paciencia las humildes paredes de adobe de su casa.
‘Yo lo que ganaba trabajando lo gastaba en comida y en ir ampliando con hileras de adobe que mis vecinos mismos me iban haciendo. Les tenía que pagar la mano de obra, por lo que me costaba el doble el seguir, y muchas veces pensé en bajar los brazos, pero el ver a mis hijos me hacía salir adelante, no darme por vencida’, contó Alicia mientras invitaba a la cámara de Canal 13 a recorrer su nuevo hogar.
Mientras mostraba el flamante comedor-cocina, la trabajadora contó que cobra un plan, pero se ocupó de dejar en claro que lo trabaja día a día. Alicia y sus compañeros se desempeñan el sector de la construcción haciendo premoldeados. ‘Soy planera, si, y a mucha honra. Una vaga a la que le regalan las cosas no soy’, aclaró la mujer que también contó que además del plan social hace changas y su pareja también trabaja.
Volviendo a la comparación entre su rancho y su casa, y habiendo terminado de mostrar la cocina-comedor, llegó el turno de mostrar el baño y las habitaciones. Alicia contó que el cambio es enorme, porque antes tenían un espacio para comer y otro en el que dormían todos juntos, siempre dividido con palos y nylons. Ahora en cambio, sus hijas lo primero que hicieron al entrar a la vivienda es correr hacia una habitación y adueñársela. ‘Ahora tenemos cada uno nuestra privacidad’, señaló.
A esta sanjuanina que le tocó sufrir por cinco años el vivir con su familia hacinados en un rancho, por momentos hasta le cuesta creer su nueva realidad. Alicia y los suyos vieron como su humilde hogar se vino abajo en tres oportunidades. Por el terremoto, por las inundaciones y por un fuerte viento. Sin embargo, la voluntad inquebrantable de ella y su pareja hizo que hoy en día estén tranquilos sabiendo que pueden dormir a salvo.
‘En invierno el frio hace vivir en un rancho con nylon sea aún más frio, y en verano los calores son insoportables’, aseguró Alicia. Quien en el final de la recorrida que los hizo llegar al fondo de la casa, con ruidos vecinos de construcción, contó que en muchas oportunidades le tocó cubrir con sus abrigos a sus hijos para que no pasen fríos.
‘Todos los que dicen que nosotros somos delincuentes se equivocan, no saben lo que sufrimos. Yo y mi pareja trabajamos mucho y nos esforzamos para ir adquiriendo. Mis hijos van a la escuela como cualquier niño. No nos hace falta andar robando para tener lo que ahora tenemos’, expresó con orgullo Alicia, quien por último manifestó: ‘Por esta casa estoy muy agradecida con el presidente, con el gobernador, con la referente barrial’.