La empresta Dilexis estuvo a punto de entrar en quiebra el pasado lunes, ese día se vencía el último plazo para realizar un pago que se venía postergando desde febrero. Tenía una deuda con el Banco San Juan, en calidad de acreedor por la compra de máquinas para la planta que estaban bajo aval de hipoteca, que ponía en jaque los puestos laborales.

Desde la compañía pudieron conseguir un nuevo inversor que afrontó el pago, por lo que el Banco San Juan ya no es acreedor, y de esta manera se pudo preservar la fuente laboral de 350 trabajadores. “Teníamos la posibilidad del remate del bien si nosotros no levantábamos esa hipoteca”, dijo Alejandro Ripani, en Paren las Rotativas.

Para el acuerdo se necesitaba tener la mayoría tanto en votos como en capital para poder cumplir con la convocatoria de acreedores este 9 de abril. “Por suerte hemos logrado subrogar la hipoteca en una figura financiera que nos permite seguir y no tener esa espada de Damocles que nos tenía en vilo a todos”,  en concreto, se trata del remate de un galpón en la planta de Albardón, “están aseguradas las fuentes de trabajo”.

La entidad crediticia accedió al acuerdo, y desde la empresa ya presentaron lo necesario a la Justicia para dictamine la homologación de lo concertado, “nos va a permitir afrontar el concurso de pagos que hemos planeado y llevado adelante”.

Agotados por los momentos duros que les tocó pasar, seguró que se encuentran en una nueva etapa, “lo que nos queda es trabajar duro y bien, estoy convencido de que a partir de ahora vamos a tener una senda muy prospera”.

En relación a la situación que les tocó vivir hizo una autocrítica, que se suma a los embates y fluctuaciones que golpearon al sector productivo en los últimos años, “nos tenemos que hacer responsables porque hemos cometido algunos errores comerciales y de inversión, y sobre todo no haber leído la política macroeconómica”, finalizó.