Le entregaron casa del IPV donde se crió junto a sus abuelos en un ‘ranchito’
Don Caraballo trabajó muchos años en las mismas tierras en las que desde este martes, su nieta María José tendrá su hogar junto a su familia.
Una historia conmovedora dejó la entrega de 111 casas del IPV en San Martín. El terreno donde fueron construidas las viviendas bajo el sistema de cooperativas fue la clave. Es que este 30 de Julio del 2024 quedó marcado a fuego para María José, una mujer que le contó al móvil de Canal 13, que en esos terrenos ella y sus abuelos vivieron en un ranchito.
María José, que acudió a la entrega de viviendas con un cartel con los nombres y fotos de su abuelo Gerardo Carballo y su abuela Flora Ligui, rememoró viejas épocas de la niñez en ese pedacito del departamento, a la cual definió como ‘muy sana’. La mujer contó que el ranchito 'no tenía ni luz ni agua', pero que la crianza con ellos fue 'todo un ejemplo y años llenos de amor'.
'No teníamos luz eléctrica. Yo viví con ellos casi 16 años, hasta que ellos fallecieron. Siempre trabajando para poder tener una casa digna. Los años pasaron, ellos fallecieron y no pudieron cumplir su sueño', recordó.
La nieta de Don Carballo siente que al haber cumplido con el sueño de la casa propia está cumpliendo también el sueño de toda la vida de sus abuelos. 'Hoy es una alegría muy grande porque se ve multiplicada en 111 viviendas. También me toca una casa a mí que soy su nieta, y yo siento que cumplo el sueño de ellos', sostuvo.
El barrio lleva el nombre del abuelo de María José. Con una amplia mueca de profundo orgullo, la nieta de Don Carballo expresó: 'Se lo merece con todo porque él trabajaba día y noche cultivando estas tierras y es una emoción muy grande que lleve su apellido'
Además del pequeño ‘ranchito’ donde María José y sus abuelos vivieron, también hubo plantaciones de acelga, melones, granadas, etc que Don Gerardo y Doña Flora cuidaban y trabajaban. Además, de la crianza de animales como gallinas, conejos, ovejas.
'Mientras ellos vivían era una familia muy unida, de navidades de mesones gigantes. Era una infancia libre que ahora no se ve, nos divertíamos con cosas simples como escuchar una novela en la radio. Hoy la tecnología no permite eso, no se disfruta tanto la naturaleza. Mi abuelo me dejó la enseñanza de que debemos de disfrutar con lo poco que tenemos', aseguró la nieta de Don Carballo, que se mudará a su nueva vivienda con sus tres hijos y su nuera, luego de haber esperado eso por 17 años.
María José confesó que nunca se imaginó que algún día viviría en las tierras en la que tanto trabajaron sus abuelos. 'No me imaginaba que iba a comenzar de vuelta en el lugar donde nací. Es una emoción muy grande', cerró notablemente emocionada sosteniendo el cartel con la foto de sus abuelos.