Una vez más, San Juan se ve enlutada por una tragedia silenciosa y letal: la intoxicación por monóxido de carbono. En esta ocasión, tres vidas fueron arrebatadas por este veneno invisible: dos mujeres trans adultas y una joven de 17 años perdieron la vida en una vivienda ubicada en Concepción, en la zona de Capital.

Este trágico suceso hace eco de una lamentable realidad que se repite año tras año en la provincia. Para evitar futuras víctimas, es esencial recordar y aplicar las pautas de prevención que las autoridades sanitarias han estado difundiendo. Los expertos alertan sobre los síntomas característicos de la intoxicación: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, debilidad, fatiga y pérdida de la conciencia.

Ante la presencia de uno o más de estos síntomas, es crucial que la persona afectada se comunique de inmediato con las líneas de emergencia o busque asistencia médica en el centro de salud más cercano.

Consejos para Prevenir la Intoxicación por Monóxido de Carbono:

1. Realizar revisiones periódicas de los artefactos a gas con profesionales matriculados.
2. La llama de los artefactos debe ser de color azul uniforme.
3. Encender y apagar braseros y estufas a leña fuera del hogar.
4. No utilizar la cocina, horno ni hornallas como fuente de calefacción.
5. Mantener una puerta o ventana entreabierta para permitir la circulación de aire.
6. Evitar arrojar plásticos, gomas o metales al fuego encendido.
7. No colocar recipientes con agua sobre estufas u hornallas.
8. Asegurarse de que los respiraderos estén despejados.
9. Apagar brasas y llamas antes de ir a dormir.
10. Ventilar las viviendas diariamente.

El Monóxido de Carbono, el enemigo invisible

El monóxido de carbono es un gas inodoro e insípido que puede ser mortal. Surge cada vez que se enciende algún tipo de combustible, como gas natural, gas propano, gasolina, petróleo, queroseno, madera o carbón.

Cuando este gas tóxico es inhalado, penetra en el torrente sanguíneo y bloquea la entrada de oxígeno al cuerpo. Esto puede causar daños en los tejidos y, en casos extremos, llevar a la muerte. Es fundamental comprender la gravedad de este enemigo silente y actuar con responsabilidad para evitar futuras tragedias.