Cada 15 de octubre se conmemora el Día Internacional del Bastón Blanco, una fecha crucial para visibilizar las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad visual y la necesidad de contar con un entorno accesible. Diario 13 dialogó con Mauro Juárez, un nicaragüense que, tras enamorarse de una sanjuanina, decidió radicarse en la provincia. Su historia cobra relevancia, ya que hace unos años comenzó a perder la visión de forma progresiva, un cambio que transformó su vida por completo.

Soy veterinario zootecnista y tengo cuatro hijos. Mi última pareja, que es sanjuanin Vivo en Santa Lucía”, contó Mauro. Sobre sus problemas de visión, explicó que desde hace años padecía de un “porcentaje importante de miopía y astigmatismo”. La situación se agudizó cuando sufrió un desprendimiento de retina en Mendoza, y luego, mientras ya estaba en San Juan, sufrió otro desprendimiento en el ojo derecho.

 “Lamentablemente, durante la pandemia no se pudo retirar el líquido que me habían introducido, lo que me originó un glaucoma y fue así como perdí la visión”, detalló.

Estos problemas dificultaron enormemente su trabajo, “ya que me costaba mucho encontrar venas en los animales para colocar vías. Prácticamente ya no podía ver, todo se veía turbio”, señaló. Luego de ello mencionó  "Aunque aún puedo distinguir algunos colores, ya no logro ver imágenes con claridad”.

La pérdida de visión no solo ha impactado en su desempeño profesional, sino que también ha afectado su vida personal. “Cuando una persona enfrenta este tipo de enfermedades, hay quienes se alejan", dijo. A pesar de ello, no todo fue malo: "en mi caso, siempre estuvo conmigo mi esposa, mis hijos, y pertenezco a un grupo católico que se llama los Catecúmenos. Eso me ha ayudado a enfrentar el choque inicial de perder la visión y a aceptar mi enfermedad”, afirmó Mauro.

A pesar de sus dificultades, Mauro sigue ejerciendo su profesión de veterinario, aunque de manera limitada. “Hago lo básico y me desenvuelvo con medicamentos, siempre con ayuda de alguien", explicó. Además, mencionó que esta llevando a cabo "algunos trabajos en ventas de productos veterinarios al extranjero, haciendo de broker. Quiero ofrecer laboratorios argentinos para Centroamérica y el Caribe”, explicó.

Mauro enfatizó que, en San Juan, lo que más se necesita es contención y espacios de inclusión laboral para personas con discapacidad visual. “Cuando empecé a perder visión, sentí que mi entorno se alejaba y eso me llevó a una tristeza profunda", dijo. Además mencionó  que "el duelo por la pérdida de la visión es enorme”. A pesar de poder distinguir algunos colores, enfrenta numerosas dificultades, especialmente en la movilidad.

 “Transitar solo en colectivos es complicado y los taxis son muy costosos. Intenté asistir a una escuela de Braille, pero no pude hacerlo debido a los altos costos del transporte”, lamentó.

Agradecido por haber encontrado una nueva familia y ser ciudadano argentino, Mauro también hizo un llamado a la mejora de las infraestructuras en San Juan. “Lo que más se necesita son mejores veredas y calles. Muchos, como yo, hemos sufrido caídas porque no están adecuadas para nuestra condición. El mal estado de la vía pública provoca accidentes”, concluyó.