Olivia, Laura y Pablo, una joven familia chimbera se disfrutan mutuamente en el calor del hogar. Los tres unidos. Desde el lunes 14 de junio la pequeña sanjuanina recibió el alta después de estar en grave estado desde los primeros instantes de su vida. Sus padres se contagiaron de Covid 19 días antes de que ella venga al mundo, y por eso se complicó su salud. Incluso su madre también estuvo grave, pero superó su contagio y junto a su esposo rezaban para que se produjera el milagro de la recuperación de su pequeñita.

Los médicos fueron sinceros. Olivia tenía un 20% de probabilidades de salvarse, de todos modos Laura y Pablo, junto a sus familias se aferraban a la fe y le pedían a Dios que su primera hija fuera fuerte y saliera. Los pedidos de oración se multiplicaron en las redes. Su tía y futura madrina, Noelia en aquella oportunidad le dijo a Diario 13 que 'la bebé estaba con asistencia respiratoria al 100%, asistencia cardiaca, antibióticos y un sangrado en el cerebro'.

Los días pasaban tan lentos para la joven familia, pero la desesperación no le ganó a ninguno de los dos, ni a sus familiares. Olivia continuaba sedada con antibióticos, internada en terapia intensiva. Mientras Pablo se internó junto a Laura para recuperase juntos del Covid 19. Lo lograron, y se fueron a casa a esperar con ansias y fe en su corazón cada parte médico de la pequeña. No veían el momento de que su pequeña estuviera fuera de la incubadora y los tres pro fin se pudieran fundir en un abrazo. El abrazo que el virus no les había permitido darse en los piremos días de vida de la bebé.

Con el correr de los días, Olivia se fue haciendo fuerte. La sanjuanina de tan solo dos semanas en este mundo distópico por una pandemia que tiene amenazado al mundo entero, iba sorteando pruebas que su estado de salud le iba poniendo. Con la tozudez de los que luchan por vivir abrazándose a la vida, paso a cuidados intermedios y los médicos la dejaron completamente descomplejizada. Los antibióticos y sueros eran parte de un feo pasado para ella.  

Llegó el día en que los médicos le retiraron todo el oxígeno. Olivia se alimentaba por una sonda, por donde le suministraban la leche, de la cual toleraba un buen volumen, mientras en algunas oportunidades ya le empezaron a dar la mamadera. La recuperación marchaba sobre ruedas, pero los días grises fueron tremendos para el joven matrimonio chimbero.

Llegó el día en que madre e hija se reencontraron. Todavía internada, la pequeña conoció a mamá y papá. Pudieron verse a los ojos por primera vez, reírse en complicidad por primera vez, abrazarse por primera vez y completar la familia a la espera del grandioso día en que le darían el alta a la guerrerita.

El ansiado día llegó y ¡Olivia fue dada de alta!. Una alegría inmensa sacudió los corazones de los tres. Laura y Pablo, que agradecieron a Dios el poder tener a su hija recuperada. Entonces emprendieron el viaje que tanto habían soñado. El viaje a casa. Desde el lunes 14 de junio, la joven familia se disfruta entre sí, y disfrutan el calor del hogar, porque por fin están los tres juntos.